jueves, 4 de diciembre de 2014

Stop deshaucio

Miguel y Gabriel caminan presurosos hacia el Scrinium querelis et rebus. El archivo general donde se guardan las quejas, dudas y sugerencias que llegan al Paraíso, en espera de ser revisadas en los juicios finales de los que las han emitido. Entran en el edificio y suben hasta la planta veinticinco, donde observan un inusual ajetreo en el pasillo. Decenas de ángeles caminan con premura llevando cajas y amontonándolas en las habitaciones contiguas al despacho del director, que les saluda con visible preocupación en el rostro.
—¿Qué es eso tan urgente de lo que querías hablarnos? —pregunta Gabriel.
El director, por toda respuesta, le entrega una carta con membrete del Tribunal Apostólico de la Rota Romana. Gabriel abre el sobre y lee el pliego que hay en su interior.
—Pero esto es… es inaudito.  —dice Gabriel perplejo, mientras le entrega el documento a Miguel.
—Y como esa hay miles más —añade el director—.  Ayer nos remitieron la primera y, desde entonces, no cesan de llegar.
Gabriel y Miguel se miran, conscientes de la necesidad de contarle lo que ocurre a Dios. ¿Pero quién se lo dirá?
—Y si  le enviamos al Ángel de la Anunciación. —sugiere Miguel.
—Imposible. Desde que posó para Rafael, el pintor, está que no hay quién le aguante. Lleva dos meses de tratamiento con un psicólogo para intentar superar su síndrome de narcisismo. Como no cambie de actitud, me temo que acompañará a nuestro hermano Luzbel en el exilio.
—Creo saber quién puede ser la persona adecuada. —añade sonriente Miguel.

*****

El sonido de una dulce voz llega hasta Dios que, en ese momento, está mirando  la Tierra aburrido. « Con un poooco de azúcar esa píldora que os dan, la píldora que os daaan... ». Sonríe al escuchar cantar a Mary Poppins, esa niñera, casi perfecta como ella se define, y que tanta gracia le hace. «…pasará mejor. Si hay un poooco de azúcar,  esa píldora que os daaaan satisfechos tomaréis». Balancea el pie al ritmo de la música, hasta que toma conciencia de qué canción es, y recuerda que siempre anticipaba malas noticias. A pesar del tono distendido de su cantar, Dios observa que Mary camina con indecisión y percibe la mirada que lanza de soslayo, hacia una rosaleda que flanquea el camino. Escruta entre el ramaje y ve a Gabriel y Miguel agazapados.
—¿Qué ocurre, Mary?
—Yo… me han encargado que te entregue estas misivas.
Dios las coge. Lee la primera.

Don/Doña XXX Ha Interpuesto una querella, ante el Tribunal Supremo de la Asignatura Apostólica, por la expulsión, sin juicio ni defensa, de Adán y Eva del Edén. Como heredero/a suyo/a exige le sea restituido el derecho a vivir de nuevo en el Paraíso.

Firma del denunciante
XXX

—¡¿Pero qué broma es esta?! —dice, mientras la lanza al suelo.
Y así, una tras otra, hasta que termina de leer todas. Miguel y Gabriel esperan un ataque de furia al ver la rabia contenida en su gesto, sin embargo, para su sorpresa, explota con una sonora carcajada.
—Miguel, Gabriel… salid de vuestro escondite. ¿De qué tenéis miedo? Es atípico el modo en el que lo han hecho, pero, al fin y al cabo, solo son las mismas quejas de siempre.
Señor... —explica temeroso Miguel— el problema es mayor de lo que parece. Estas solo son unas pocas de las miles que han llegado. Nos hacen responsables, como al resto de los poderes públicos, de mirar hacia otro lado mientras se vulneran sus derechos.
—¿Derechos?
—Uno de los cuales, según ellos, tú les concediste —acota Gabriel— al decirles: «ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado ».
—Pero esa tierra no es…
—También argumentan —continúa diciendo Gabriel— que un padre tiene obligaciones para asegurar la protección y el bienestar de sus hijos. Y que ahora que no hay trabajo, ni manera de ganarse el pan con el sudor, recurrirán a leyes que establezcan  los mecanismos administrativos necesarios que los garanticen. Ya se han formado varias plataformas a lo largo de todo el planeta.
Las manos de Dios se contraen sobre los brazos del trono, su cuerpo se contorsiona… Miguel y Gabriel leen la ira en su rostro y temen lo peor. ¿Qué será esta vez? ¿Un  diluvio, un seísmo… plagas?
 Supercalifragilísticoexpialidoso —interrumpe Mary Poppins.
—No es momento de cantar, Mary. —señala Gabriel, molesto por la intromisión.
—No es eso... Solo quiero llamar vuestra atención sobre el hecho de que, a veces, las palabras no alcanzan a decir lo que se siente. Puede que hayan errado en las formas, pero no en sus reivindicaciones. Nada lograréis con debates internos, y menos —añade mirando fijamente a Dios— enviando un cataclismo que diezme a la humanidad. Vosotros los observáis desde las alturas. Pero no es lo mismo verlo que vivirlo. Creo que sería conveniente que tú, Señor, descendieras a la Tierra y cohabitaras con ellos durante un tiempo. Así tendríais la perspectiva exacta de lo que ocurre antes de juzgar.

*****

Un grupo de personas se acercan a las puertas del Paraíso. El anciano que encabeza la comitiva solicita entrar, asegurando ser Dios. Pedro le niega el acceso y comienzan a discutir. Gabriel se acerca al escuchar el altercado.
—Señor… Por fin has regresado. —dice Gabriel, mientras Pedro observa la escena abochornado por no haberle reconocido. Pero quién iba a pensar que ese tipo demacrado y lívido, casi cadavérico, pudiera ser Él.
—Gabriel, qué razón tenía Mary Poppins... Ha sido duro, pero he aprendido que solo a través de la recuperación del inconsciente, de los sueños, se puede caminar hacia una sociedad nueva donde vivir en plenitud. Ellos lo intentan… pero no se pueden alimentar quimeras cuando no se tiene el sustento asegurado. Por eso he decidido dejarles regresar al Paraíso, pero no como propietarios, sino como inquilinos, a cambio de que trabajen para alcanzar esa utopía que desean y merecen.

14 comentarios:

  1. ¡Qué maravilla y cuanta verdad encierra! Me ha encantado.
    Besos y abrazos.

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    1. Y a mi me encanta que te haya encantado, mi querida Rosa :-)

      Besos y abrazos

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  2. Las cosas más esenciales en la vida de un ser humano no son gratis, porque si lo fueran, no merecerían nuestros desvelos, ni nuestros sueños, ni nuestros suspiros, ni nuestros gritos.
    Has dibujado una parábola matemáticamente perfecta y, para ello, te has calzado las sandalias del pescador, del pescado y hasta del gusano que todo lo ve desde su anzuelo.

    Un abrazo.

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    1. Desde luego que no son gratis, Esther. El problema es que, a veces, es demasiado el precio que se nos exige.

      Cómo me ha hecho sonreír tu comentario, lo de la parábola es genial. Gracias ;-)

      Besos y muchos abrazos

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  3. Marii Carmen... sin palabras.

    Genial, besos

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  4. Que relato tan original. Imaginativo y bien escrito.
    Te mando un envidioso abrazo :P

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    1. Qué alegría tenerte aquí, Jhon… Espero que te sientas a gusto en este espacio y lo consideres como tuyo.

      Gracias por el impulso que me dan tus palabras y por ese abrazo ;-)

      Besos y abrazos

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  5. Desde luego, se trata de un relato muy actual pese a transcurrir ni más ni menos que en las nubes. Hay denuncia social a los poderes competentes para que los más necesitados recuperen ese paraíso que constituye el hogar, pero sobre todo lo dices con un sentido del humor muy refrescante. Felicidades.

    Un abrazo.

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  6. Mari Carmen, que no quede por seguir proclamando lo que por justicia debieran tener todos. Es verdad que nada es gratis pero es que en la mayoría de los casos no tienen la opción de ganárselo. Tras un envoltorio amable se ha descubierto el problema de la injusticia.

    Un abrazo.

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  7. Que siga brillando esa luz que mana de tus ojos... un año mas y siempre.

    un beso

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  8. José Antonio, Alicia, Luismi, Antonio, gracias por vuestra generosidad y palabras de aliento que siempre me acompañan. Saberos cerca es una de las mejores recompensas que concede la escritura.

    Besos y abrazos a repartir.

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  9. Ya casi estamos de parto y ya ves sigo creyendo en esas utopías, que nos hacen libres y no esclavos. La luz es mas intensa cuando caminamos y las sombras se diluyen a cada paso que damos. Los sentimientos se acumulan siguiendo el rastro de pisadas de antaño.
    un año de recuerdos que nos hacen soñar que el pasado esta hay y nos sale al paso y yo pobre jornalero de las letras mal puestas seguiré caminando mientras este corazón ya cansado siga tañendo sonidos de guitarra de la Andalucía del llano.

    un beso

    y
    Feliz año 2015.

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