jueves, 16 de febrero de 2012

PATCHWORK

























Escucho los latidos de mi corazón, las pulsaciones de mis arterias, mientras abandono el lastre de mi cuerpo.

Mi sombra es más real que mi ser y vuela tras mis pensamientos, delicados y precisos, en un universo de infinita quietud. Aquí no existe la ley de la gravedad y puedo, si lo deseo, expandirme como una gota de agua o una nota musical hasta desaparecer en la Nada.

¿Pero de qué me serviría vivir en otros mundos si ni siquiera sé vivir en éste?

Poco a poco mis moléculas se unen.

Regreso.

Abandono el sueño del olvido.