jueves, 16 de septiembre de 2010

EL GRITO








“ El sol se estaba poniendo,
 las nubes estaban teñidas de rojo. 
Oí un grito que atravesaba la naturaleza.” 
Edvard Munch ............




Sonó el despertador. Con movimientos de autómata cojo la ropa que dejé preparada el día anterior. Un café y ya estoy lista para enfrentarme al nuevo día. Salgo del ascensor y me sorprende ver la luz que ilumina el portal..." No puede ser. ¿Me habré dormido? Debería ser de noche." Corro hacia el metro pero la verja de metal cierra la boca. A lo lejos el silbido del convoy que parte sin mí.
Miro alrededor y no reconozco mi calle. No sé dónde estoy. Unos edificios insólitos, de estructura curva, flanquean las aceras. Las fachadas de colores fuertes, puros...azules, verdes, amarillos...el triunfo del color sobre la forma. Sus sombras invertidas se extienden en el suelo, se alargan como si quisieran romper el hilo que les une a lo que las proyecta. Unas rejas articuladas y flexibles adornan las ventanas. Tras los cristales, ni luces ni movimiento, sólo silencio.
Un escalofrío recorre mi espalda mientras busco con esperanza algún rastro de vida humana. Nada. De repente el suelo se mueve. Me tambaleo mientras un extraño sonido, como el de las ramas de un árbol al partirse, rompe la soledad. Pero aquí no hay árboles. El sonido llega de los edificios que se arquean y retuercen, como si fueran de plastilina y amenazan con derrumbarse sobre mí.
Corro mientras todo se distorsiona a mi alrededor. Los edificios desaparecen dejando a la vista un cielo rojo. El asfalto se deshace hasta convertirse en un mar de tinta con remolinos azules. Una barandilla la aleja de mi. Dos figuras misteriosas y fantasmales se acercan. La angustia y el espanto se apoderan de mi espíritu. Intento que salgan de mi interior, pero nadie oye el grito. Y aquí estoy, mientras unos ojos me miran desde la distancia, atrapado en un mundo que no me pertenece, en un lugar cerrado, colgado en las paredes de un museo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

TIEMPO ANTIGUO






















“Praga tiene los ojos llenos de tiempo antiguo.”


Emilio Porta


Tiempo antiguo


Reflejo del universo en la tierra,
donde el sol, vagabundo cíclico tras la luna,
ilumina el errante caminar de los hombres.

Al este el amanecer y la aurora,
al oeste el ocaso y el crepúsculo.

Círculo continuo de energías renovadas
mientras unas manos doradas acarician el tiempo.
El tiempo de los hombres...nuestro tiempo.