sábado, 14 de septiembre de 2013

CABINETA



















Cabineta recuerda los viejos tiempos en que todos solicitaban sus servicios... Incluso hacían cola para acariciarla y hablar en la intimidad. Sonríe al recordar a aquel director de cine y televisión que la lanzó al estrellato convertida en un personaje kafkiano. Qué caras de terror en aquellos a los que, durante unos segundos, en un divertimento sin malicia, dejó encerrados tras sus puertas de librillo.
Una lágrima rueda por su cristal ya opaco y ceniciento.  Los que antes la buscaban pasan a su lado con sus móviles de última generación, hablando sin notar su presencia. Ya no hay palabras para ella,  ni siquiera una mirada de soslayo.
Sola, abandonada, maltratada... espera el día en que un funcionario arranque del todo sus raíces... y muera.