martes, 9 de agosto de 2016

Hablamos con Mari Carmen Azkona


Entrevista realizada por la editorial Mundopalabras, con motivo de la publicación, en su sello Blanco y Negro, de «En el silencio de los puntos suspensivos».
Pequeña biografía que te interese destacar
Desde pequeña, mi amor por la literatura creció exponencialmente al número de páginas que leía, en las que encontraba, a través de  los personajes, una fuente inagotable de historias cuyo  empuje, lucidez e inspiración abrieron mi mente a la vida. Ante todo, para mí, la literatura es conocimiento e intercambio.
               
Estoy inscrita en la plataforma y grupo de comunicación digital Netwriters, en la Asociación Plaza Nueva Idazleak y en la Asociación de Escritores en Red Marqués de Bradomín, en la que tengo alojado mi blog.

He publicado varios relatos en antologías, revistas literarias e internet. En 2012 publiqué mi primer libro en solitario, «Patchwork», y en el 2016, con mundopalabras.es, «En el silencio de los puntos suspensivos», en el que ofrezco una panorámica de mi narrativa.

¿Cómo definirías en un máximo de cinco líneas de qué trata tu libro y por qué deben comprarlo los lectores?
Partiendo de los seis interrogantes, que toda historia debe contener: qué, quién, cuándo, cómo, dónde y por qué, se despliega un universo temático, variado y comprometido, que transita entre lo veraz y lo verídico. Porque, al fin y al cabo, cualquier ficción no deja de ser una gran mentira que alberga en su interior algo de verdad.
¿Cuál es el principal objetivo que te planteaste con la escritura de esta obra?
Hay un objetivo que siempre tengo presente a la hora de escribir. Como escribió Enrique Gracia Trinidad, gran poeta y autor de las ilustraciones que acompañan cada capítulo de este libro:
«Escribir por si alguien, algún día,
tiene un dolor de corazón idéntico
o sufre una alegría semejante».

¿Qué es para ti ser escritora? ¿Te cuesta utilizar esa palabra para definirte?
Me ha costado mucho tiempo definirme como tal, incluso aún siento vértigo al pensarlo… Pero he de admitir que sí soy escritora, está en mi naturaleza. De otro modo no se entendería esa necesidad que tengo de buscar aquello que, como dijo Saint-Exupéry, es invisible a los ojos y mi deseo de traducirlo en palabras.
¿Qué ha sido lo más bonito y lo más difícil de todo el proceso de publicación de tu libro?
Lo más bonito: cada uno de los pasos que se han dado hasta ver el resultado final y el aprendizaje que eso ha supuesto para mí.
Lo más difícil: el miedo a que cada decisión tomada no haya sido la acertada.
¿Les aconsejarías a otros escritores que se embarcaran en la aventura de la autoedición?
Esta es mi primera incursión en el mundo de la autoedición y no creo ser un buen referente, pero si es el camino para alcanzar su sueño, ¿por qué no?
¿Cuál ha sido tu experiencia con mundopalabras.es?
Muy buena. Era una experiencia nueva para mí y los nervios juegan malas pasadas. Sin embargo, el equipo de mundopalabras.es, con extraordinaria profesionalidad, me asesoró durante todo el proyecto, hasta despejar mis dudas. Con tan solo unas pequeñas directrices, supieron comprender qué es lo que yo quería.
 ¿Qué sentiste cuando tuviste el libro entre tus manos?
Verlo, sentirlo, olerlo… son tantas las emociones que se desatan en ese momento. Nervios, miedo, emoción, alegría… y mucha satisfacción.
¿Algún consejo para escritores que están empezando?
Uno que me dieron a mí cuando comencé a escribir: olvidar todo lo leído, para volver a leer de nuevo pero con otra mirada: la de un escritor. Cada lectura debe ser una lección de escritura.
Tu principal fuente de inspiración es… el día a día.                                  
Para llamar a las musas nada como… no se las puede llamar, son díscolas e imprevisibles. Solo pido que, como dijo Picasso, me pillen trabajando cuando aparezcan.
Tu lugar preferido para escribir… ninguno en especial. Es el acto de escribir el que convierte cualquier espacio en mi lugar favorito.
¿Prefieres el día o la noche?, ¿el silencio o algún sonido de fondo? Mentalmente estoy más activa de día, pero es por la noche cuando vuelco a papel toda esa actividad. Y en completo silencio.
¿Libro electrónico o libro en papel? Como lectora utilizo los dos formatos y creo que es bueno que coexistan. Sin embargo, como escritora sí siento la necesidad de dar una extensión física a lo que escribo.
¿Alguna superstición? A la hora de escribir, ninguna. Sin embargo, sí reconozco tener unas cuantas en la vida diaria como, por ejemplo, no pasar por debajo de una escalera o abrir un paraguas en espacios cerrados.
Un sueño como escritor/a… Nunca perder la capacidad de disfrutar escribiendo.
Tu escritor/a favorito/a… Son tantos que cuesta seleccionar uno. En prosa, Víctor Hugo y Pessoa en poesía.
Un personaje literario que te cautivara especialmente… El sombrerero loco de «Alicia en el país de las maravillas».
La novela que te hizo llorar… «El médico», de Noah Gordon.
Por último, nos gustaría conocerte un poquito mejor, ¿te animas a responder a nuestro apartado “muy personal”?
Tu comida favorita es… las patatas en cualquier forma; ya sean guisadas, fritas, al horno o en tortilla.
Serías capaz de insultar si… se agrede a los más débiles.
Tu ciudad favorita es… para inspirarme cualquiera, todas tiene algo que mostrar. Para vivir, mis dos villas: Bilbao y Portugalete.
Lo que te hace más feliz… la sonrisa de las personas.
Lo que más odias de este mundo… la intolerancia, la xenofobia, la discriminación… todo aquello que atente contra la dignidad de las personas.
Una manía personal…  creo no tener ninguna en especial.
¿De qué te disfrazarías en una fiesta de disfraces? Me gusta tanto disfrazarme que no tengo preferencias por ninguno en especial.
Ahora mismo estás leyendo… «Demasiado ruido», de Javier Abasolo.