Trabajaba sin red. Era el mejor trapecista del
mundo y no quería seguir los pasos de los demás. Cuando vio que, pese a sus
esfuerzos, no podía conseguir que su espectáculo se viera en todo el planeta,
dejó de ser un obcecado trasgresor y aceptó trabajar con red. Se conectó a
internet y puso su número en You Tube.
sábado, 30 de junio de 2012
miércoles, 13 de junio de 2012
FÍSICA NUCLEAR
Berenice aprendió, a una edad temprana, que una mentira a tiempo era la
mejor estrategia para huir de las responsabilidades y obtener el placer
inmediato. Fue acumulando práctica, hasta graduarse, como la primera de su
promoción, en la Escuela Superior de Ciencias aplicadas para la hipocresía y el
engaño.
“Espejito, espejito, ¿quién es el centro
del Universo?”, preguntó, una vez más, Berenice. Pero
nadie respondió. A golpe de mentiras alejó cualquier rastro de comprensión que
hubiera a su alrededor. Se quedó sola en un laberinto de ficciones. Nadie le
advirtió que jugar a la ruleta rusa con la verdad era perder de antemano.
Y con la última mentira, que ni ella misma
creyó, se desintegró.
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