La
calle San Francisco ofrece al anochecer un panorama tenso e intimidante. Sin
embargo Ane es feliz viviendo en ella. Prostitución, violencia, drogas... son
conceptos adosados al asfalto del lugar. Allí, sin moverse, entre el
particular paisaje humano del barrio, sonríe a Sandokan que, recién llegado de
Borneo, cansado de viajes, regenta el bazar de la esquina. También puede
ver a Robinson Crusoe y Viernes que doblan la esquina conversando en un idioma
ininteligible.
Ane no tiene que dejar volar la imaginación para
encontrar a los personajes que, hasta hace poco, solo existían en sus libros.
En su calle, en la que diecinueve cámaras vigilan los movimientos de sus
habitantes, ha encontrado la realidad de la Literatura.
Eterna realidad, que cruje en mis oídos. Son lugares perdidos de un mundo de deshechos, que creía olvidados y parece que algunos, custodian los lugares para su propio provecho, utilizando a seres humanos como reclamo de un mundo muerto. Sobretodo cuan do se dice que la homosexualidad es una enfermedad. vueltas al pasado a la tiranía de sectas y cuervos.
ResponderEliminarun beso
Antonio
A veces, poco o nada podemos hacer, Antonio, por cambiar la actitud de ciertas personas. Cuando eso ocurre solo nos queda fortalecer la nuestra y comprometernos en trabajar contra esa ideología del rechazo y la exclusión. Alguien dijo que tal vez no se pudiera cambiar el mundo, pero que si se podía todos los días transformar las cosas.
EliminarGracias por acompañarme en este paseo por el centro de Bilbao.
Besos y abrazos
Mari Carmen, quiero pensar que ese mundo literario imaginario que ha encontrado Ane en la calle San Francisco le ayude a sobrellevar ese otro mundo real con tantos dramas adosados al asfalto.
ResponderEliminarMuchos somos los que al asomarnos a esa calle intentamos convertir lo que vemos en un fragmento de un texto literario, como si de esa manera nuestra pequeña denuncia limpiase al menos una de las múltiples baldosas ensuciadas por los pasos de los que explotan a los que aún no han encontrado una puerta para salir de ahí. Compañera, creo que es lo que has hecho tú con este breve pero intenso texto. Enhorabuena.
Un abrazo.
Así será, Alicia, mis personajes siempre mantienen la esperanza y buscan un resquicio que les ayude a sobrevivir. Por desgracia, no es así en la vida real y no podemos —ni debemos— maquillar esa realidad complicada y, no podemos obviarlo, problemática. Pero eso no debe ser un impedimento sino un estímulo para cruzar esa frontera, mental que no física, y pisar esas baldosas.
EliminarSiempre he llamado mi atención que en Bilbao sean los puentes, esas estructuras creadas para unir, para mejorar la comunicación… los que separen “La pequeña África”, como llama Jon Arretxe a la zona en sus novelas, del resto de la ciudad. Merece la pena cruzarlos y ver que no solo puede ser un extraordinario escenario para una novela negra, ¿verdad? El número de cámaras va en aumento, creo que ya son veintiuno, pero el de las personas que aparecemos en ellas, también :-)
Besos y un fuerte abrazo.
Es obvio que la literatura nos acompaña allá donde vamos, y que los personajes de los libros que un día nacieron de la realidad vuelven, por qué no, a ella de vez en cuando. O si me apuras, nunca dejaron de estar ahí. Cuántos quijotes habrá sueltos por el mundo. En cuanto a Robinson Crusoe y Viernes, leí hace años una versión moderna de la novela llamada La vida sexual de Robinson Crusoe. Si Daniel Defoe levantara la cabeza...
ResponderEliminarUn abrazo.
Como siempre, tu comentario tan interesante, Jose. Me gusta ese apunte que haces sobre los personajes que salen de la realidad y que regresan a ella. La vida y la literatura se mezclan constantemente en una simbiosis casi perfecta, en la que cuesta dilucidad quién alimenta a quién.
EliminarNo sé lo pensaría Defoe si levantara la cabeza… yo en su lugar estaría encantada porque más que un personaje ha creado un mito que le sobrevive. Y conociendo su activismo panfletista, en el que utilizó la ironía y la parodia como herramientas, él seguro que también.
No conocía “La vida sexual de Robinson Crusoe”, pero subsanaré el desliz. Con lo divertido que es coger un mito y darle la vuelta :-)
Besos y abrazos.
Naufragar no precisa de islas, ni barcos ni olas gigantes. Solo hay que repasar más despacio nuestra existencia. Y del apego a los viernes qué decir, todos lo padecemos.
ResponderEliminarFelicidades, como siempre.
Un fuerte abrazo.
Qué razón tienes, mi querido Luismi, sobre todo en nuestro apego a los viernes… Como dice Jose Emilio Pacheco en su poema Titanic: “El único destino es seguir navegando en paz y en calma hasta el siguiente naufragio.”
EliminarBesos y un fuerte abrazo.
Un breve texto con una gran denuncia, cada ciudad tiene calles por las que intentamos pasar de puntillas.
ResponderEliminar¡Gracias! Un abrazo
EliminarAsí es, Rosa, el de Bilbao no es un caso aislado, todas las ciudades tiene un espacio como este… Pero lo más triste es ver que, a veces, son nuestros propios prejuicios y fundamentalismos los que lo acotan.
Gracias por no pasar de puntillas.
Besos y abrazos.
Traigo aquí el poema de José Emilo Pacheco, por si alguien no lo conoce o por el solo placer de su lectura.
ResponderEliminarTITANIC
(José Emilio Pacheco)
Nuestro barco ha encallado tantas veces
que no tenemos miedo de ir hasta el fondo.
Nos deja indiferentes la palabra catástrofe.
Reímos de quien presagia males mayores.
Navegantes fantasmas, continuamos
hacia el puerto espectral que retrocede.
El punto de partida ya se esfumó.
Sabemos hace mucho que no hay retorno posible.
Y si anclamos en medio de la nada
seremos devorados por los sargazos.
El único destino es seguir navegando
en paz y en calma hasta el siguiente naufragio.
¿Cómo en un texto tan breve consigues reflejar la realidad de la literatura de la vida con esa intensidad?. Dotas a tus personajes de una dimensión tan humana que es difícil no conmoverse, Mari Carmen.
ResponderEliminarAunque a veces lo haga con retraso, siempre es un placer leer todo lo que escribes (comentarios incluidos).
Un abrazo fuerte.
Mi querida Nines, como en el cuento de Pinocho, tiene que venir el hada a dales el aliento. Sin vosotros, mis personajes solo tendrían vida para mí.
EliminarGracias de su parte y de la mía por vuestra generosidad y empatía.
Siempre te siento cerca…
Besos y abrazos.