martes, 19 de noviembre de 2013

ROSA

















Rosa era un ser especial. Jamás, desde que el destino me puso en su camino, escuché de su boca una mala palabra, ni la vi un mal gesto. Ni siquiera cuando los transeúntes daban una patada a su platillo o la miraban con desprecio. «No te enfades con ellos, compañero», me decía mientras me acariciaba el pelo, «no saben que lo esencial es invisible a los ojos». Y continuaba su camino sonriendo, empujando su carrito en el que llevaba todas sus pertenencias.

Hoy, mientras me trasladaban a la perrera, vi como la ambulancia se llevaba su cuerpo. Rosa abandonó esté mundo de la misma manera que vivió, en silencio, con los ojos cerrados y el corazón abierto.

24 comentarios:

  1. Cuánta sabiduría en la frase de Saint-Exupery. De nuevo gracias por mirar la vida desde lugares incómodos que nos saquen de nuestra comodidad.
    Un fuerte abrazo

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    1. Mirada que ambos compartimos… Solo hay que leer estos versos extraídos de tu último poema.

      “Decir con cada una de las letras
      que hay en la calle un grito sin dueño
      que avanza sin descanso”

      Gracias por recoger ese grito, mi querido disidente.

      Besos y abrazos.

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  2. Un nuevo relato largo tiempo esperado, a sabiendas de que lo disfrutaría, como siempre me ocurre. Y ha sido tal como suponía pues en este breve pero intenso relato hay un derroche de sentimientos, de ternura, de amor a la vida y al prójimo. Gracias por haberme emocionado. Un abrazo.

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    1. Gracias a ti, José Mª, por tu paciencia y venir a conjugar conmigo el verbo emocionar. No olvidemos que los sentimientos, como los colores, nos ayudan a cambiar detalles, figuras, fondos… Que no perdamos nunca esa empatía ni la conexión con los demás.

      Besos y un fuerte abrazo.

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  3. ¡Como me gustó este micro cuando lo leí por primera vez!
    ¡Y cómo me sigue gustando!
    Será que yo también, a veces, he mirado el mundo son sus ojos.
    Un abrazo, niña dulce.

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    1. Vichoff, cualquiera que te conozca sabe que no has perdido esa mirada :-)

      Besos y un fuerte abrazo

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  4. Mari Carmen, hay muchas personas que abandonan este mundo con la dignidad con la que han vivido, sin casi molestar, con la sabiduría de su alma, con la grandeza de su espiritu,,. Acaso hayan vivido con una necesidad afectiva o material pero sin duda se marchan con una mochila bien llena de calidad humana y de paz interiior.
    Dichosa tu sensibilidad que te lleva a percibirlo y dichoso ese arte literario tuyo que te permite expresarlo como lo has hecho.

    Un anrazo.

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    1. Así es, Alicia... Y nosotras conocimos a una muy especial, que logró que fuéramos mejores personas tan solo con su presencia. Su belleza, como dice este poema, subsistirá en nuestro recuerdo.

      “Aunque nada pueda hacer
      volver la hora del esplendor en la hierba,
      de la gloria en las flores,
      no debemos afligirnos
      porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo.”
      ( William Wordsworth)


      Besos y un fuerte abrazo

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  5. Especial es la sensibilidad que se percibe en la mirada de la autora sobre los personajes.¡Precioso micro!
    Besos

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    1. Y en tu mirada, Rosa, que has sabido leer dentro de ellos. Gracias por compartirla.

      Besos y un fuerte abrazo

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  6. ¡Qué alegría! Una entrada nueva y tan deliciosa como es habitual. Yo, de mayor, quiero escribir cosas tan hermosas.
    Besos.

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    1. Pues si de joven escribes como lo haces, no imagino qué cotas alcanzarás cuando seas mayor ¿Tal vez algún Planeta?

      Me alegro de que te alegres :-)

      Besos y abrazos.

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  7. Qué preciosidad de relato, Mari Carmen. Tan tuyo, tan rebosante de tu sensibilidad.

    Un beso.

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    1. Gracias, Ana, por tu cariño y por la generosidad que siempre demuestras hacia mis textos.

      Besos y un fuerte abrazo

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  8. Es curioso que el mejor amigo de esta mendiga no sea ni un banquero, ni una mujer de la limpieza, ni un adolescente, ni siquiera un señor con bigote. Un perro que ve la vida en blanco y negro. Y luego dicen que Dios está en todas partes. Se te ha echado de menos.

    Un abrazo.

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    1. Jose Antonio, siempre hay algo que me sorprende en tus comentarios, como lo que apuntas sobre que el único amigo de Rosa es un ser que ve la vida en blanco y negro. Curioso, muy curioso… e interesante. Tal vez no sea tan buen consejo eso de que hay que darle color a la vida :-)

      Yo también os he echado de menos… mucho.

      Besos y abrazos

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  9. Conmovedor, como son siempre los grandes hechos de la vida y como tú sabes tratarlos...
    Un fuerte abrazo, amiga mía!!

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    1. En eso, cielo, tú eres mi gran maestra. Nadie como tú para mirar y contar historias… :-)

      Besos y un fuerte abrazo

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  10. Sin duda la manera más hermosa de abandonar este mundo. Gracias por recordarmelo.

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    1. Y no solo de abandonar este mundo, Manuel, sino de habitarlo :-)

      Besos y un fuerte abrazo.

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  11. Qué hermoso ser describes entre el fango que respiramos,mi niña. Esa sensibilidad sólo puede llegar de un ser tan hermoso como tú, que consigue sobrecogerme con esa mezcla de dolor ante tanta injusticiay placer al comprobar, que aún nos quedan seres que merecen la pena... Cuánto aprenderían muchos si fueran capaces de bajar de las alturas. Gracias por este hermoso micro tan inmenso. Un abrazo enorme cielo

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    1. Claro que hay seres que merecen la pena, Rosa, el mundo está lleno de ellos y merecen todo nuestro cariño y respeto… Aunque no los conozcamos, aunque parezcan extraños… Son seres extraordinarios que tiene un universo interior excepcional y que incrementan el nuestro con su sola presencia.

      Los que no bajen de las alturas, aparte de ignorantes, son dignos de lástima, porque saber mirar es saber vivir.

      Besos y abrazos, cielo.

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  12. «no saben que lo esencial es invisible a los ojos».

    Me da miedo decirte: como te comprendo...

    un beso

    Antonio

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    1. No podemos hacer nada por cambiar la mirada de los demás, si ellos no lo desean, pero si demostrarles que hay algo más de lo que los cinco sentidos nos enseñan. Y una manera de hacerlo es a través de la escritura.

      Tú no debes temer nada, Antonio, porque eres de los afortunados que sabes mirar más allá.

      Besos y abrazos.

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