
“ La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo,
el ensayo de un camino, el boceto de un sendero.”
(Hermann Hesse)
Caminar con la confianza del corazón es seguir el
camino de baldosas amarillas del mundo de Oz. Pero no somos personajes de un
cuento ni de un sueño. No se escuchará el dulce latido de un corazón de
hojalata, ni el rugido de un valiente león, ni los consejos de un
espantapájaros, ni una dulce música que anime el camino.
En este viaje, que hay que hacer en solitario, no
existen brujas, pero si vientos y fantasmas. El árido viento del Sur, que ahoga
y asfixia, morderá nuestros sentidos con ira e intolerancia. El gélido viento
del Norte exhalará dudas y nostalgias de un invierno que estremece las cortinas
del pensamiento... Y el fantasma del miedo nos dejará suspendidos en el vacío,
en la nada.
Pero ni todos los miedos del mundo podrán hacernos
olvidar el único camino que nos lleva a la felicidad. Es el camino de baldosas
amarillas que guardamos en nuestro interior.