Comienza
a anochecer. Las sombras lastiman y golpean las ramas de los árboles,
mientras Mary camina hacia el viejo molino. Sus aspas
protestan en un lento pero insistente girar. De repente, escucha la cadencia de unos pasos que se acercan a su
espalda. Tap, tap, tap… Una criatura, grande y deforme, avanza hacia ella desde
la espesura del bosque. Mary se gira lentamente, sin prisa, para enfrentarse a
esos ojos que la miran con reconocimiento. Ella sostiene el peso de su mirada.
Todo a su alrededor parece haberse detenido, excepto la mano del monstruo que se
aproxima a su rostro.
Mary se despierta, aprieta los
parpados y aguanta la respiración durante unos segundos. Un
momento fugaz que desea transformar en imperecedero, como una fotografía
congelada en el tiempo. Abre los ojos y tapa su boca para acallar el llanto. A su lado el corazón de Percy, su esposo, envuelto
en palabras de amor.
Envuelta en palabras de amor, es fácil dormir. Los monstruos no se atreven a traspasar la barrera.
ResponderEliminarUn abrazo de sábado.
Cierto, Rosa, siempre y cuando ese amor no se convierta en otro monstruo.
EliminarBesos y muchos abrazos
Ninguna pesadilla asusta más que la que nace de nuestra propia mente. Por suerte siempre existe una mente maravillosa que nos devuelve a la luz del día, o el llanto de un bebé que nos envuelve de realidad.
ResponderEliminarMaravillosa obra la de Mary Shelly, maravilloso homenaje el tuyo (¡aunque me has dejado con la miel en los labios!)
Un abrazo y felicidades por tu entrevista en la radio.
Por suerte… qué razón tienes, Esther. Esos retazos de esperanza, de luces entre sombras son los que, además de alejarnos de nuestros fantasmas, nos impulsan a poner, cada noche, el reloj a cero y encarar el día con mejor estado de ánimo.
EliminarMary Shelly, qué mujer tan extraordinaria, ¿verdad? Conocer su biografía es entender su obra más allá de la faceta romántica y macabra que se nos ha mostrado. Magnifica cronista de la época en la que le tocó vivir, nos hace reflexionar sobre esos límites tan difusos y cuestionables en los que se mueve siempre el Ser humano, entre la búsqueda de conocimiento y jugar a ser dioses.
Gracias por escucharme y tu aliento constante. Me alegro de que te haya gustado este pequeño, pero merecido homenaje.
Besos y abrazos.
Llegué tarde a la novela de Mary Shelley. Antes, había visto la versión de keneth Branagh, con un impecable Robert de Niro. Siempre me impresionó la escena en la que el ciego acaricia el rostro deforme de la criatura, pero llega el hijo y comienza a apalear al monstruo. Todos necesitamos alguien que nos quiera, algo de comprensión, un amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
No he visto la película, Jose Antonio, pero no dudo de la exactitud del trabajo de keneth Branagh, sus adaptaciones son extraordinarias. Y qué decir de Robert de Niro… Me lo apunto para una futura visualización.
EliminarLa que si he visto varias veces es la antigua en blanco y negro, con Boris Karloff como protagonista y esa escena maravillosa de la niña y el monstruo echando flores al agua. Es tan bella y destila tanta ternura… Como dices, todos necesitamos una mano amiga y comprensión.
Besos y abrazos.
Corto el relato pero intenso los sentimientos que brotan del corazón en sus dos pensamientos que fluyen por la mente en tu relata.
ResponderEliminarUn abrazo señora de las letras.
Me alegro de que te guste, Antonio. Me quedé impresionada al profundizar en la biografía de esta gran dama de las letras y saber que guardó el corazón de su marido, el poeta Percy B. Shelley, envuelto en una oda que él mismo escribió.
EliminarBesos y abrazos
Mari Carmen, casualmente tal día como hoy, 1 de febrero, se cumplen los 164 del fallecimiento de Mary Shelley.
ResponderEliminarUn bello homenaje por tu parte con este texto a la que parece haber sido considerada la autora de la primera historia vigente de ciencia ficción que más ha sido llevada al séptimo arte, “Frankenstein. Increíble esa búsqueda del ser humano por ir más allá de sus posibilidades desafiando a las leyes de la naturaleza.
Estremecedor el encuentro en su mesilla de cabellos de sus hijos fallecidos y el corazón de su marido que finalmente yace con ella en su tumba.
Un abrazo.
Alicia, veo que has ahondado en la biografía de Mary Shelley. Extraordinaria, ¿verdad? Tanto como su obra, que, con sus múltiples lecturas y temas, no ha perdido fuerza y vigencia.
EliminarComo dijo Unamuno. “El escritor solo puede interesar a la humanidad cuando en sus obras se interesa por la humanidad”, y sin duda, ella lo hizo.
Besos y muchos abrazos.