Tras
el alarmante aumento de casos de violencia se efectuó un estudio de ADN a todos
los habitantes de la galaxia y se certificó que el código genético de algunos
individuos había mutado haciéndoles proclives a la autodestrucción. Los gobernantes del consejo interestelar
dictaminaron que todos aquellos que dieran positivo debían ser aislados y
retenidos hasta su posterior traslado al planeta Tierra, donde serían
abandonados a su suerte.
Algunas
veces sienten piedad por ellos y efectúan viajes de reconocimiento con la
esperanza de que su naturaleza haya cambiado. Pero los informes de los exploradores
no han variado a través de los siglos: muerte, guerras, destrucción... El gen
continúa activo.
Gran relato, Mari Carmen. Ese gen no lleva a la extinción de la especie si alguien no lo remedia.
ResponderEliminarBesos.
EliminarEsperemos que no sea así, Lana. Espero que con todos los avances tecnológicos y estudios genéticos que hay logren aislarlo. Aunque como dijo Einstein: Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Como él, yo tampoco estoy segura del Universo.
Besos y muchos abrazos
Así nos luce el pelo, el consejo interestelar los dejó por aquí y abundan más que las piedras, no hay manera de desactivar el gen.
ResponderEliminarBesos Karmiñe.
Así es, Rosa. Por suerte, también existen personas con genotipos radicalmente opuestos al suyo. Esperemos que estos últimos sean los que ganen la batalla de la selección natural.
EliminarBesos y muchos abrazos.
Pero que activísimo.
ResponderEliminarUn beso grande
Cada vez más, Luismi :-(
EliminarBesos y muchos abrazos
Ojalá pudiéramos aislarlos a todos y que de una vez por todas nos dejaran vivir en paz. Buen relato, cariño. Un besazo.
ResponderEliminarOjalá… Tampoco es pedir tanto vivir en paz ¿verdad?
EliminarBesos y muchos abrazos
Tras la destrucción de los recursos básicos, llegará el fin de todas las especies. Seguro que un matemátic@ podría aportar las probabilidades que tenemos de sobrevivir si nuestros sabios gobernantes continúan empecinados en mantener su ruta. Personalmente tengo una teoría que nace de una paradoja, pero es demasiado largo de explicar.
ResponderEliminarTu relato me ha recordado una buena historia que leí hace unos meses, "La carretera". No es el cuento de hadas al que nos tienen acostumbrados quienes deciden lo que debemos soñar. Es la realidad a la que tú aludes en este fantástico microrrelato (por suerte hay quien sueña por su cuenta).
Un abrazo.
Espero, Esther, que algún día tengas tiempo de explicarnos tu teoría, porque seguro que será muy interesante. Lo que si tengo claro, es que la vida siempre se abre camino. Mira lo que ocurrió tras el cataclismo que extinguió a los dinosaurios… otra cosa es que el ser humano esté incluida en ella.
EliminarEspero que seamos sensatos y sepamos rectificar a tiempo, antes de llegar a nuestra autodestrucción. Continuemos soñando :-)
Besos y muchos abrazos.
Por favor, qué busquen más y mejor, que algunos hemos sufrido una mutación genética regresiva y hemos vuelto a los orígenes!!! Que miren bien y nos metan en un arca espacial, nos abduzcan, o lo que sea, que yo no quiero quedarme aquí entre tanto violento.
ResponderEliminarDíselo, por favor, si puedes.
Un abrazo.
Yo lo intentaré, Josep Mª, pero recuerda que nos abandonaron a nuestra suerte. Creo que ellos esperan que seamos nosotros los que busquemos la solución para atajar tanto odio y violencia. No obstante, si algún día los veo prometo decírselo.
EliminarUn fuerte abrazo
Una idea muy original. Ahora comprendo por qué tenemos los seres humanos esa sensación de abandono que, erróneamente, muchos han atribuido a la existencia de Dios. Sin embargo, yo no creo que los habitantes de las estrellas hayan aparcado a algunos especímenes por ser violentos. Sencillamente, destruir está en nuestra naturaleza. Todos somos mutantes. Y controlar al monstruo depende de nuestra educación y nuestras elecciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tal vez tengas razón, José Antonio, pero a pesar de todo —llámame ingenua si quieres— me niego a pensar que la violencia es inherente al Ser humano. Una cosa es jugar con la ficción como he hecho yo y otra es utilizar ese discurso para justificar o racionalizar ciertas acciones, que tiene que ver más con el egoísmo, la envidia… que con una naturaleza destructiva. La mayoría buscamos la paz y el entendimiento.
EliminarUn fuerte abrazo
En algún lugar del universo, la sensatez persiste e insiste.
ResponderEliminarUn placer, Mari Carmen.
Saludos enormes.
Y eso es lo importante, Luna, sobre todo la insistencia :-)
EliminarBesos y muchos abrazos