La lancha blindada se acerca a
la orilla sorteando el oleaje. Stuart mira la foto de una mujer con un bebé
en brazos y la aprieta contra su
corazón.
Se abre la compuerta y todos
corren hacia la playa. Una lluvia de disparos les recibe desde las posiciones
enemigas. Stuart siente un impacto seco y doloroso en el pecho. Cae y extiende
la mano, cogiendo un puñado de arena. Tendido e inmóvil, deja que los granos se
deslicen entre sus dedos, como segundos de un reloj natural.
Desde el mar, Neptuno observa la
escena y escribe en su diario:
“Normandía, verano de 1944. Han muerto más de medio millón de personas. Hoy las
redes de pesca son humanas”
Me ha gustado Maari Carmen lo impactante que es este micro en pocas palabras, como es capaz de plasmar el horror de la guerra. Ese final me parece muy logrado.
ResponderEliminarUn abrazo
A la guerra no le hace falta muchos calificativos para describirse. Ya rellenamos sus silencios con las imágenes que tenemos en nuestras retinas.
EliminarGracias, Amaia, por tu compañía siempre grata.
Besos y abrazos.
Una visión originalísima del horror de la guerra, Atxía, escrita como solo tú sabes hacerlo.
ResponderEliminarUn microrrelato de antología, niña dulce.
Un beso.
Gracias, cielo, por ser tan generosa. Tengo muchos maestros de los que aprender :-)
EliminarBesos y abrazos.
Cómo me gusta mi niña. Cada una de sus partes cumple perfectamente su cometido y cada una de ellas te sobrecoge, poniendo las cosas en su justo lugar, sin faltarle nada. El final me ha encantado.
ResponderEliminarMi admiración in crescendo cada día, mi querida Mª Carmen. Un abrazo desde el calor murcianico
Me alegro de que te haya gustado el final, cielo. Si la realidad nos hace duros, al menos, que no perdamos jamás la ternura.
EliminarBesos y un fuerte abrazo.
Me recuerda aquellos versos:
ResponderEliminar"La miseria se convirtió en poeta
y escribió en los campos en forma de trinchera.
Y los hombres fueron hacia ellas
cada uno como una palabra
del victorioso poema"...
Escalofriante realidad generada por los señores de la guerra.
Manuel, no sé cómo agradecerte que hayas traído estos versos tan extraordinarios.
Eliminar“cada uno como una palabra
del victorioso poema…”
Palabras, números…eso es lo único que son los hombres para los señores de la guerra. Siempre ha sido así…y continuará siéndolo. Para ellos, el mundo es el ecosistema perfecto para una guerra eterna. Pero no por ello dejaremos de señalarlos, ¿verdad? Nosotros también abriremos nuestros campos en forma de trinchera.
Besos y un fuerte abrazo
Mari Carmen ya sabes lo que pienso sobre este micro...sencillamente genial.
ResponderEliminarSentimiento, ternura y dureza.Perfecto.
Un abrazo.
Gracias, cielo, por animarme siempre.
EliminarBesos y abrazos
Sobrecoge y duele al tiempo que el placer de lo bien escrito se extiende sin dilación. Muy buen microrrelato, Mari Carmen.
ResponderEliminarGracias, Ana, por no perder la empatía ni la capacidad de sentir el dolor ajeno, y, sobre todo, por ayudarme a alejar el frío de las cifras sin rostro.
EliminarEs un placer tenerte aquí. Vuelve cuando quieras, siempre encontrarás la puerta abierta.
Un fuerte abrazo.
Conmueve de principio a fin. Es sencillamente perfecto.
ResponderEliminarGracias, cariño, por estar aquí :-)
EliminarBesos y un fuerte abrazo
Ese final es tremendo. Me encanta. Qué bueno, Mari Carmen. Eres única estremeciendo al lector. Un beso grande.
ResponderEliminarGracias, Frida, intentaré regalaros la próxima vez una sonrisa :-)
EliminarBesos y un fuerte abrazo
Un poco de magia en ese final para suavizar los horrores de la guerra. Que descansen en paz en sus tumbas multitudinarias o en el fondo del mar junto a ese Neptuno que se muestra tan compasivo.
ResponderEliminarUn beso.
Sabes, Pedro, que me gusta buscar la magia y mezclarla con la realidad, no para evadirme de ella, sino para sobrellevar la sinrazón humana.
EliminarBesos y un fuerte abrazo
Como sabes sacarnos el corazón a que le de el aire amiga mía...
ResponderEliminarpero yo también saco unos versos de los granos de esa mano:
Me dejaría atrapar
por la palma de esa mano
confundido como
un grano de arena.
Y ser el ultimo en
deslizarme has el mar
donde las tormentas
me camuflasen,
en los textos de tu alma.
un beso
Antonio
EliminarYa eres un grano de arena, Antonio. Todos los que estáis a mi alrededor existís dentro de mí y, por ende, en mis textos.
Gracias por estos versos y por dejar tu corazón abierto a mis palabras,
Besos y un fuerte abrazo.
He vuelto de mi descanso con un ramillete de sueños y me han atrapado las dunas del estrecho, con 50 granos de arena que me he traído del desierto.
Eliminarun beso
Antonio
Tengo ganas de conocer El Estrecho. Tiene que ser hermoso ver confluir las aguas, las culturas… Guarda con cuidado la arena, entre sus granos hay mucho más de lo que aparentemente se ve.
EliminarBesos y abrazos.
Cuando los dioses, incluso los del mar, inspiran un texto a una autora, los mortales nos encontramos atrapados en la lectura. Sí, este texto atrapa, encoge el corazón y, al mismo tiempo, abre horizontes a la conciencia. Y eso es, ya lo sabes, muy importante para mí como lector. Cuando el contenido - básico aquí - se entrega a la forma y se muestra de modo tan original, tan fuerte, y tan bello a la vez hay poco que decir, solo leer despacio.
ResponderEliminarSe nota tanto tu sensibilidad, Atxia... Espero que este micro abra un capitulo importante de tu nuevo libro, aunque, en realidad tienes tantos relatos para abrir esas nuevas páginas que cualquiera merece un espacio preferente. Yo, como Neptuno, seré un testigo más de ese lanzamiento al océano de la buena literatura. Pensaba que era difícil superar Pacthwork pero veo que no. Lo que estás acumulando desde hace más de un año es tan completo y, literariamente, tan bueno... A ver si el mundo cultural vasco reconoce pronto a una autora, tan vasca como la que más, pero que escribe en castellano. Por cierto...¿has pensado en traducir Patchwork al euskera?. No es que haga falta pero, a lo mejor, así la plaquita en Portu es más fácil de poner, je, je. Por cierto ¿en qué idioma se escribe más en estos momentos en Euskadi? Tengo curiosidad por saberlo. Supongo que pasará lo mismo que en Cataluña que, pese a lo que parece, se escribe en un porcentaje mucho menor en catalán.
Emilio, nunca encontraré la manera de agradecerte todo lo haces. Tus comentarios de aliento, la confianza que desde el principio me concediste, las lecciones que me has dado a través de estos años… Incluso Patchwork es una realidad gracias a ti. Ten la seguridad de que si algún día ve la luz un nuevo libro mío, no serás solo un espectador como Neptuno. Me acompañaras a lanzarlo al océano.
EliminarSobre lo de traducir Patchwork… He de reconocer que sería bonito, pero no veo que sea factible. Aunque quién sabe :-)
Contestando a tu pregunta sobre si se escribe más en euskera que en castellano, y no se puede comparar nuestra situación con la de Cataluña, supongo que por porcentaje será más en castellano. Una cosa es aprender un idioma y otra tenerlo como idioma materno. Si puedo decirte que pocos libros se editan en ambos idiomas, solo los de aquellos que han obtenido un cierto éxito o que se prevea que lo tengan.
Besos y un fuerte abrazo.
¿Qué decir después de tantas palabras de elogio de quienes están mucho más cualificados que yo para opinar sobre la calidad de un texto? Pero no por ello voy a evitar complacer la necesidad que siento de decirte que me conmueven tus escritos. Muchas gracias por escribirlos.
ResponderEliminarJosep Mª, estás tan cualificado como cualquier persona que se acerque a este espacio a compartir compañía y literatura. Es una mezcla insuperable, ¿verdad? Te parece poco decirme que el texto te ha emocionado… Recuerda que un texto está vivo solo si le da vida el lector.
EliminarGracias por hacerlo y dejarme tus palabras de aliento.
Besos y abrazos.
Desde luego que el hombre es burro cuando quiere y las guerras son buena prueba de ello. En tu micro te conviertes en testigo, como caracola de mar, de esa sinrazón. Mientras los sargentos fumaban puros y planeaban el siguiente ataque, estos pobres chavales se dejaban la vida en la playa.
ResponderEliminarComo diría Rick en Casablanca, yo no me juego el cuello por nadie y menos por la patria.
Un abrazo.
Qué razón tienes, Jose Antonio, mira que somos necios. Se supone que todos deseamos lo mismo: vivir en paz y seguridad, un buen futuro para nuestros hijos y seres queridos... Y sin embargo caemos en la sinrazón de pensar que una causa es más legítima que el respeto por la vida.
EliminarEs triste pensar que hemos cerrado el más sangriento siglo de la historia. Y lo peor es que este que hemos comenzado lleva el mismo camino o tal vez peor. Gandhi dijo: No hay camino para la paz, la paz es el camino. ¿Cuándo aprenderemos?
Besos y abrazos.
Dice tanto en tan poco. Me parece original y con un final redondo. Un abrazo, Mari Carmen.
ResponderEliminarMe alegro de haber compartido este texto contigo, Alais, y de tenerte aquí. Me hizo mucha ilusión leerte en Gigantes la semana pasada. Espero que repitas, echamos de menos tus letras.
EliminarBesos y abrazos.