Había visto el expediente. Y
conocía la Ley. La legalidad vigente era clara y concreta. Y también la vida de
aquella familia cuya casa ya no podían pagar. Tenía que firmar el papel de
lanzamiento judicial, pero miraba en su interior, y veía los ojos de aquel
hombre sin trabajo, a sus niñas dando un beso de buenas noches a su madre antes
de acostarse... Cogió el expediente y puso "Improcedente. No ha
lugar al desahucio".
Poco después recibió una
denuncia del banco que tenía la hipoteca en su poder. Y una sanción del Consejo
Judicial. Pero siguió haciendo lo mismo con todos los desahucios que le
llegaban.
Le expulsaron de la carrera
judicial. Dejó de ser juez, pero siguió siendo un ser humano.
Muy actual y muy humano, ojalá muchos jueces actuaran como éste. Quizá ciertas leyes deberían ser incumplidas para que se vuelvan más justas. Hay muchas actuaciones que son legales, pero que no son justas. Y esto es difícil de digerir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué razón tienes, Maribel. Ojalá los que hacen leyes tuvieran en cuenta aquello que dijo Montesquieu: “Una cosa no es justa porque sea ley. Debe ser ley porque es justa”.
EliminarBesos y abrazos.
Genial, tierno y actual Mari Carmen Un beso
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EliminarAsí es, Winiie, actual. ¿Qué lástima que no todo en este texto sea ficción, ¿verdad?
Besos y abrazos.
Un ser humano...Más allá de cargos y funciones, actuando con justicia aún por encima de las leyes que, a veces, están hechas a la medida de los poderosos. Obrar en conciencia lleva, a veces, a saltarse las normas sociales, las costumbres, arriesgar o perder, incluso, el propio trabajo. Este relato, Mari Carmen, es un prodigio de sensibilidad, solidaridad...Y es tan adecuado al momento que nos toca vivir, que les toca vivir a muchos...Enhorabuena, porque, sin dejar de hacer Literatura de la mejor, al mismo tiempo, levantas la voz y empujas para que, al menos, podamos reflexionar y ver, en medio de este caos de corrupción, egoísmo, maldad - sí, maldad - sin alma ni vergüenza que es la sociedad occidental actual (y la de nuestro país, desgraciadamente, aún más que el resto - que aún hay lugar para gente honesta capaz de seguir los impulsos del corazón y de la decencia. Esa es la verdadera decencia: no aplastar a los débiles, ayudar a los que lo necesitan. Ser, como tú dices, un auténtico ser humano.
ResponderEliminarComo dices, Emilio, son tiempos muy difíciles. No hay día que no despertemos con alguna noticia sobre corrupción, mentiras o engaños, en las que alguno@s se saltan la legalidad, con total impunidad, mientras a nosotr@s se nos exige que acatemos las leyes aunque sean injustas y abusivas. Pero también es cierto que en circunstancias complicadas, como la que estamos viviendo, es cuando más aflora la solidaridad que sirve de esperanza ante el desconsuelo. Y eso sí que no es una ficción como este relato. Hay mucha gente honesta que une el pensamiento al corazón.
EliminarBesos y abrazos.
Qué hermosa ilustración, también, por cierto...
ResponderEliminarEs chula, ¿verdad? Hay imágenes que valen, como mínimo, mil palabras :-)
EliminarTodos aplaudiríamos a ese juez tuyo, cariño.
ResponderEliminarOjalá cundiera su ejemplo.
Un abrazo, niña dulce.
Aplaudiríamos hasta que nos dolieran las manos...
EliminarSí, Vichoff, ojala… Todavía no ha habido ningún juez como este, pero sí que algunos jueces han sabido encontrar resquicios legales para, al menos, paralizar los desahucios. Quizás ese sea el paso previo.
Besos y abrazos.
Una cosa es la Ley y otra la Justicia y últimamente se enfrentan demasiadas veces. Hermoso relato, Mari Carmen.
ResponderEliminarUn beso
Así es, Ana, fíjate que hasta los personajes más terribles de la Historia tuvieron sus legislaciones y nada más alejado de la justicia. Es una cosa que conviene recordar. Ya se encargan los gobernantes de que no disociemos los dos conceptos, para hacernos creer que hay justicia y equidad en ciertas leyes, cuando ni siquiera son justos a la hora de aplicarlas. No es el mismo rasero para poderosos que para la ciudadanía.
EliminarBesos y abrazos.
Magnífico juez que antepone la justicia a la legalidad vigente -tan injusta en este caso-
ResponderEliminarMagnífico ser humano que antepone el corazón al código correspondiente.
Magnífico relato que, con unas pinceladas breves, cuenta una gran historia.
Un fuerte abrazo.
Lo que es magnífico, mi querida Mare, es tener amigas como tú. Ya sabía yo que este juez te caería bien. Tú eres de religión “protestante” como yo, y últimamente nos están dando tantas razones para protestar… :-)
EliminarBesos y abrazos.
Es un relato ejemplarizante, Atxia. ¡Cuántos jueces de este tipo acen falta en España para impartir justicia aunque ésta no esté protegida por las leyes.
ResponderEliminarUn besote.
No sé si ejemplarizante, Carmen, pero si espero que nos sirva para reflexionar y para, en la medida en que podamos, implicarnos.
EliminarBesos y abrazos.
Mari Carmen, primeramente alabarte el gusto por la sensibilidad que muestras en este texto frente al gran drama de los desahucios que se vive diariamente. Por otro lado, creo que llegan tiempos muy complicados para muchos colectivos de trabajadores por las situaciones injustas que habrán de presenciar y que seguro que estarán avaladas por ley, boletín, circular,...
ResponderEliminarMari Carmen, aplaudir a este juez sería muy fácil, pero ¿Estaríamos dispuestos a perder el trabajo y dejar al aire nuestros hogares por ser más humanos? Habrá que buscar otras soluciones.
Un abrazo.
EliminarQué razón tienes, Alicia, cuantas injusticias tendremos que ver aún, auspiciadas por leyes, boletines y reales decretos. La intención de este texto no es aleccionar ni ejemplificar, no soy quién para dar lecciones a nadie… Mi intención no es otra que la crear un espacio para reflexionar, eso lo estamos haciendo, y aportar, a través de la fantasía, un poco de ilusión.
Besos y abrazos.
Un ser humano que puede dormir cada noche, arropado por sus principios... Me ha encantado, Mari Carmen, has dicho tanto con tan poco texto...
ResponderEliminarLa foto es acertadísima.
Un fuerte abrazo, escritora de todos los frentes.
Así es Juji. ¿Hay mejor sedante para dormir que ser fiel a uno mismo y no hacer daño a los demás?
EliminarMe alegro que te guste la imagen. Quizás algún día consigamos que pese más el platillo de la derecha de la balanza.
Besos y abrazos.
No sé, Mari Carmen.
ResponderEliminarEl Corazón y la Razón siempre han estado en conflicto, al menos en lo que a mí respecta.
Tal es la tormenta que nunca he llegado a ver claro del todo.
En cuanto al texto que nos propones, dos cosas:
- Que todos los expedientes de desahucios sean improcedentes, me parece cuando menos sospechoso.
- En cuanto al párrafo final; bueno, un humano siempre es humano, antes y después de cometer o no cualquier felonía. Uno puede ser un humano malo, o más malo, o uno bueno, o más bueno, pero siempre humano. Es cuestión de matizar, creo.
Bueno, un beso.
Iacob
Mi querido Iacob, es normal que el corazón y la razón entren en conflicto. Es muy complicado mantener el equilibrio, pero lo que si tengo claro es que la razón sin corazón, al menos para mí, no sirve.
EliminarEn cuanto al texto:
- “Que todos los expedientes de desahucios sean improcedentes, me parece cuando menos sospechoso”
Sospechoso es que se consientan las cláusulas abusivas de los créditos (por fin, se está estudiando su legalidad por parte de Europa), sospechoso es que se vulnere los derechos de la infancia, de las personas dependientes, de los ancianos… ( familias completas se han quedado sin casa), sospechoso es que se desahucie por impago cuando ellos son los mayores morosos ( según un estudio, los bancos y constructoras son los que más adeudan a las comunidades), sospechoso… Hay tantas razones hay para declarar todos los expedientes improcedentes...
-“ En cuanto al párrafo final; bueno, un humano siempre es humano, antes y después de cometer o no cualquier felonía. Uno puede ser un humano malo, o más malo, o uno bueno, o más bueno, pero siempre humano. Es cuestión de matizar, creo.”
Entiendo que para los dioses haya ciertos matices de la naturaleza del Hombre y su idioma que se les escapen y que tiendan a englobarnos a tod@s en un mismo conjunto. Pero si quiere matizaciones, querido amigo, hagámoslas. La tercera acepción de la palabra humano, según la RAE, es “adj. Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos.” No… no todos son humanos.
Besos y abrazos.
Es de estos relatos que deseas con todas tus fuerzas que pasen a la vida "real". Una gran historia. Un beso
ResponderEliminar¡Mara…!! Qué alegría encontrarte aquí, en este espacio que espero consideres tuyo.
EliminarNo sé si es una gran historia, pero sí que es un gran deseo que compartimos much@s. Quién sabe… Creo que fue Einstein el que dijo que si se puede imaginar se puede lograr. Así que a imaginar y creer :-)
Besos y un fuerte abrazo.
Y lo creo...
ResponderEliminarEs una fuerza que a pocos acomete,
donde el agua limpia los cristales
y se mira y se mira ensimismado,
porque hay otro mundo que merece
darlo todo sin esperar nada a cambio,
que ni los que te rodean pueden
comprenderte y menos los que
solo buscan el vil metal entre sus brazos.
Eso es vivir..., yo diría eternamente.
Un beso
antonio
Dar sin esperar recibir, saber que el mundo merece nuestros esfuerzos, creer en él. Qué bonito… Tener fe en nosotros y en nuestra capacidad para el cambio. La fe se antepone al miedo que es inmovilismo y acorta el camino hacia el futuro. Así es, Antonio, la vida merece ser vivida :-)
EliminarGracias por la tarde que pasamos ayer. Visitar Granada y la huerta de San Vicente, a través de vuestras voces y la guitarra de Jose, fue un placer. Enhorabuena. Hoy he vuelto a disfrutar de los limoneros, de las celindas… y como dicen los versos de Daniela de nuevo :” Granada, encarnada y nazarí, a lo largo de su Vega, su bata de cola verde extendió para mi”
Besos y abrazos.
La vida y la justicia, la ley y la razón, la realidad y el sueño de su cambio.. pensamientos todos enmarcados en este gran micro.
ResponderEliminarFelicidades Mari Carmen , un beso¡¡
EliminarCarmen, ya solo nos falta encontrar esas dicotomías en la realidad :-)
Besos y abrazos.
Esta adicción a la Justicia es la que deberíamos todos ejercitar, porque el desahucio es la emigración del tiempo presente que mata la democracia de los corazones que aman la vida a través de sus familias directas, prioritariamente. Si hubiera muchos jueces como el de tu micro..., veríamos la esperanza y la alegría en esos niños y ancianos que forman parte de nuestro verdadero ser, en vez de la tristeza y la desesperación. Felicidades, Axia. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarYo no pierdo la esperanza, Laura, porque sé que hay personas, independientemente del puesto que ocupen, que sí se están implicando en lograr que la ley se acerque cada vez más al a la justicia. Sé que cuesta verlo con todo lo que está ocurriendo… Son pasos pequeños, pero valientes.
EliminarBesos y abrazos.
La justicia y la legalidad lamentablemente no suelen coincidir. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarTú lo sabes bien, querido amigo, por eso escribiste :
EliminarSIN EMBARGO
(A todas las victimas de desahucio)
Tiene la vida a veces la costumbre
de arraigar en espacios improbables:
las juntas de los adoquines,
los bordes de las tejas,
los ojos del vencido,
las grietas del asfalto,
los corazones hechos trizas
de quienes expatriaron del futuro
por orden judicial.
Incluso aquí brota la vida
sin embargo.
Gracias a ti :-)
Besos y abrazos.
Un cuento precioso, Mari Carmen. Desgraciadamente es solo eso: UN CUENTO.
ResponderEliminarBesitos.
EliminarAsí es, mi querida soñadora, es solo un cuento. Pero los adultos, sobre todo cuando la realidad es tan complicada, también necesitamos esa ilusión tímida y llena de posibilidades que asoma de ellos.
Besos y un fuerte abrazo.
Ojalá la realidad superara a la ficción. Que no hubiera que dictar autos de deshaucio; que no hubiera gente que pueda llegar a perder algo tan necesario, como es una vivienda, aunque no llegue a ser un hogar.
ResponderEliminarSaludos.
Suele decirse que la realidad supera la ficción, sin embargo, como tú reseñas, no siempre es así. Sobre todo en cuanto a deseos se refiere. Y eso que lo único que queremos es que se cumpla el artículo 47 de la Constitución. Ojalá la realidad cambie y nadie quede sin hogar.
EliminarGracias por venir a este espacio y unirte a este deseo. Quizás uniendo energías consigamos que se cumpla.
Besos y abrazos.
ResponderEliminarQuerida Mari Carmen, he tenido problemas para dejarte un comentario pero sigo intentándolo para felicitarte, una vez más, por este espléndido relato en su justa medida.
Siempre es un placer leer tus entradas y comentarios hechos siempre desde el respeto y la generosidad del ser humano. Es realmente admirable.
Un abrazo muy fuerte.
Gracias, Nines, por estar aquí a pesar de los problemas. El placer es contar contigo, con tus palabras y tus versos. Espero que no te moleste que traiga uno de ellos para compartirlo. Cuando los compañer@s lleguen al final, comprenderán por qué lo he hecho.
EliminarBesos y abrazos.
TRACA FINAL
Tengo hoy un corazón enredado entre zarzas,
sanguijuelas libando la sustancia
de un aliento dulzón que no enmascara
el ácido sabor de la tristeza.
Son espinosas sus calles de arabescos
subterfugio de oscuras avenidas
donde la principal ya no se encuentra.
Tengo hoy un corazón quebrado
y entre tanta desolación tan solo queda
apurar, con rigor, el dolor del engaño,
matar, sin piedad, el gusano de insidia,
prender, de una vez, la mecha que nos dejan
y esperar que arda, al fin, la traca de la fiesta.
Excepcional, Mari Carmen. Cala muy dentro por motivos de sobra conocidos. Dudo que alguna Señoría siga tu ejemplo, pero si uno solo lo hiciera sería apoteósico. Se están creando leyes, pero van muy despacio. A los jueces les queda la última palabra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que sería excepcional, Jose Antonio, es que se crearan leyes que nadie tuviéramos que saltarnos, ni buscar resquicios en ellas para encontrar algo de justicia. Máxime, cuando ellos son, en parte, responsables de lo que ocurre. No se puede dinamizar la economía de un país con los sueños y esfuerzos de la ciudadanía, como lo hicieron, y luego dejar que sean los ciudadanos los que sufran la pesadilla.
EliminarEspero que no tengamos que sufrir más desgracias para que se aceleren esas leyes que, de verdad, nos protejan de la mala praxis.
Besos y abrazos.
Las leyes, Mari Carmen, contemplan a una generalidad, no al individuo. Es por ello que, a menudo, nos parecen terriblemente inhumanas. De ahí que se diga que están para saltárselas.
EliminarNinguna ley estaba preparada para los desahucios, pero llegaron. Cambiarán las leyes, pero siempre existirán personas.
Un abrazo.
Tener una ley para cada persona sería, además de imposible, arbitrario. Lo que hay que intentar es crear leyes que se acerquen lo más posible al ideal de justicia y, sobre todo, que amparen a los más desfavorecidos. Sobre todo, ahora que nos quieren dejar sin el acceso gratuito a la justicia.
EliminarBesos y abrazos.
Que hermoso sueño cielo: que de verdad siempre se pudiera hacer justicia. Justicia de verdad y no enlatada en unas leyes que no pueden ver, ni pensar, ni cambiarse en un momento... Quien sabe, Martin Luther King también lo tuvo y con el tiempo se hizo realidad.
ResponderEliminarUn abrazo mi querida y dulce soñadora
Así es, cielo. Martin Luther King tuvo un sueño, pero se trasformó en realidad porque otras personas creyeron en él, y se implicaron. Y no solo con el pensamiento. Pero como dices, quién sabe, quizás he llegado el momento del cambio. De momento, unimos nuestras voces. Tal vez paremos la avaricia y el dolor en casa ajena como dices en este poema.
EliminarBesos y abrazos.
DESHAUCIO
No hay primero sin segundo
ni terceros sin ganancia.
No hay cuarto que esté a la altura.
ni quinto que dé la talla.
No hay quien pare la avaricia
ni el dolor de casa ajena.
No hay sexto que aguante vivo
más allá de la azotea.
No hay ático sin sufragio.
No hay medalla
sin su muerto
Querida Mari Carmen, como siempre, me has sobrecogido. Decir que todo lo que está pasando me crispa, me enerva... es decir algo demasiado abstracto, como para quedar bien. Tengo que callar lo que de verdad me apetece expresar, por respeto a este lugar tan especial y a la concurrencia que te honra. Es incomprensible que un humano sea vea tratado como un malhechor por hacer el bien a sus semejantes. Todos los servidores de la (in)Justicia deberían objetar y seguir el ejemplo de tu personaje, y a la vez "actuar de oficio" y entrar a saco en las sacas de los corruptos y ponerles a todos donde se merecen. Pero no puede ser, por ahora. Para eso la Justicia ha de ser independiente, absolutamente libre e independiente. Esto llegará cuando todos nos quedemos sin casa, cuando todos los jueces humanos sean retirados de sus funciones y cuando unos y otros, unidos por la nada, salgamos a la calle armados de razones y derechos naturales, dispuestos a recuperar lo que nos pertenece: primero, la soberanía; luego, todo lo que nos han expoliado.
ResponderEliminarPerdona, Mari Carmen, he vuelto a calentarme otra vez. Debe ser porque, con esto de la Sanidad pública o privada, tampoco me han recetado las pastillas verdes que tanto necesito, en cuyo prospecto dice: "Mejor que hablar, actuar. No consulte al farmacéutico".
Besos, abrazos y fuerza para seguir.
Cielo, no hay nada que perdonarte y sí mucho que agradecerte. Sabes que soy un fan incondicional de tu mente clara. Has hecho una buena crónica del momento que estamos viviendo. Y una vez más has dado en la diana al hacer el apunte sobre la independencia que debería tener la justicia. Qué podemos pedir cuando el Consejo General del Poder Judicial es designado por el Parlamento, esto es, escogido por los grupos políticos.
EliminarAh, ¿pero es cierto que existen esos comprimidos verdes de los que hablas? Yo solo conozco las pastillas contra el dolor ajeno y el Omeprazol para las indigestiones. Fuerza, mucha fuerza, Alex.
Besos y abrazos.
Sí, Mari Carmen. ¡Existen! A los pocos días de empezar el tratamiento se nota que la mirada es más clara y poco a poco se ve cómo desaparecen los parásitos ambientales que tanto nos aquejan, y el paciente recobra la esperanza de siempre. No tienen efectos secundarios. Pero ya no los recetan. Habrán embargado al laboratorio, y como ya han defenestrado al JUEZ de tu cuento, seguro que no ha podido librarse del desahucio. Así estamos. Con tan poca humanidad...
EliminarBesos.
Pues entonces, querido Alex, quizás podamos recurrir a las plantas medicinales que refuerzan el sistema inmunitario y ayudan a cicatrizar :-)
EliminarY ahora, quisiera compartir con vosotr@s un poema de Ana Montojo que me impresionó tanto cuando lo leí, que lo tenía guardado para, de vez en cuando, releerlo.
ResponderEliminarYO, SOLAMENTE ESCRIBO
En la noche pasada he debido soñar algo muy triste;
me despertó un sollozo
que no sé si era mío o era el mundo
quien lloraba escondido en mi conciencia.
Todavía mi casa está caliente
a las dos menos diez de la mañana
y fuera está lloviendo; por lo visto
era muy necesario.
Pero no sé si el hombre que malduerme
en la puerta del banco
necesitaba tanto de esta lluvia.
Yo me permito el lujo
de escribir de las cosas que ocurren en las calles
para la mayor gloria de mis versos
y cuento con los dedos las miserias de otros
tratando de que cuadren en un alejandrino.
Pero no hay una métrica que se ajuste a un desahucio,
no sé dónde poner el acento a la insidia,
a los viejos sin techo,
a los ojos absortos de niños embozados
en mantas empapadas de noche y de intemperie.
No sé. Y me da vergüenza.
Yo, solamente escribo.
Ante palabras tan rotundas, solo se me ocurre un respetuoso silencio. ¡Que también calle la lluvia!
ResponderEliminarQuerida Mari Carmen.
ResponderEliminarPodría replicar, punto por punto, a todas y cada una de las apasionadas palabras con las que respondes a mi comentario.
Pero quiero ser un poco como tu juez, que me convence y con el que tengo no pocos puntos de humanidad en común.
Así que, abatido que estoy, me declaro improcedente a mí mismo. Con tu permiso, desde luego.
Iacob
¿Improcedente? Por supuesto que no te doy mi permiso. Nada hay en tu actitud y palabras que te lleven a declararte así. Pero entiendo, mi querido Iacob, que hay momentos que no son adecuados para juegos ni debates.
EliminarSabes que me tienes a tu lado…
Besos y abrazos.
Y el mundo sigue dando vueltas, la razón? Este relato es una de ellas. Un poquito de humanidad, un empujoncito. Imagínate si TODOS uniéramos fuerzas...
ResponderEliminarQué bonito, Luna, pensar que el mundo gira gracias a nuestros esfuerzos… Me gusta ese pensamiento, da fuerzas.
EliminarBesos y abrazos.
Desgraciadamente, asunto de rabiosa actualidad. Como dicen, sí se puede. Entre todos, un poquito cada uno. Parece que no, pero lo estamos consiguiendo. Un beso enorme, Mari Carmen.
ResponderEliminarClaro que se puede, Frida. Lo terrible es que hemos tenido que contabilizar varios muertos para que se tome cartas en el asunto. Duele hasta pensarlo…
EliminarBesos y abrazos.