Hubo un tiempo en el que el mundo se dividía entre los niños que jugaban a guerras y los que suplicaban que terminara la suya. Entre los que erigían castillos de arena y los que picaban las paredes de una mina de carbón. Entre los que acudían a los estadios para ver ídolos del deporte y los que miraban lapidaciones.
Hubo un tiempo en el que el mundo se dividía entre
niños que soñaban con genios y hadas y los que no podían soñar.
Y colorín colorado... ojalá cuando llegues al final,
este cuento haya cambiado.
Carmbiará, Carmen, gracias a gente como tú, que no solo escribes maravillosamente: también tienes un corazón noble y generoso.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, preciosa.
¿Cambiará? Complicado lo tenemos, Vichoff. Pero si podemos transformar, cada día, pequeñas cosas que ayuden a hacerlo.
EliminarSi el aleteo de una mariposa puede modificar los cambios climáticos en Nueva York,¿ qué no podremos hacer nosotr@s?
Besos y un fuerte abrazo.
Te mando mis mejores deseos para el 2013 MCarmen Un beso enorme
ResponderEliminarMi querida Winnie, yo también te deseo un 2013 cargado de ilusión. Espero que nunca pierdas esa alegría que compartes con los que estamos a tu alrededor.
EliminarQue todos tus deseos se cumplan.
Besos y un fuerte abrazo.
Ojalá, Mari Carmen, que alguna vez se termine este cuento interminable.
ResponderEliminarMuchos besos.
Ojalá... Sí, es una bonita palabra llena de posibilidades. Con esta entrada quiero recordarme a mi misma que los pequeños gestos valen, que lo que no sirve es la comodidad de pensar “no está en mi mano”.
EliminarYo sé, Ana, que tú piensas como yo, y que agitarás las alas cuantas veces sean necesarias. No provocaremos tsunamis, seguro, o tal vez sí, quién sabe. Lo que es seguro es que sabremos que lo hemos intentado.
Besos y un fuerte abrazo.
El mundo está cambiando siempre. Yo mismo ya no soy el mismo. Bueno, nada de lo que hoy soy es ni por asomo lo que un día fui. El mundo está cambiando siempre, imperceptiblemente, a veces, con una lentitud que me saca de quicio. Lo que no sé es si ese cambio es para borrar esas fronteras de las que hablas en tu cuento o para remarcarlas más todavía. Yo creo que los que nos pasa es que hemos olvidado una cosa que cuando niños sabíamos bien. Y es algo tan sencillo como que para jugar necesitamos a los otros. Sin los otros nuestro juego está incompleto. Sin los otros no somos nada. Y los otros son todos los demás, no sólo nuestros cuatro o cinco elegidos para la gloria. Si comprendiéramos que todos los demás, sí TODOS LOS DEMÁS, son parte imprescindible del juego que llamamos vida, entonces, quizás, ese cuento se pudiera escribir de otra manera.
ResponderEliminar¡Ójala, querida Mari Carmen, ójala, que este 2013 sea el año de la verdad eterna que anida en todos y cada uno de los corazones del hombre!
Aunque yo me temo que...
Iacob
Así es, Iacob, la vida es cambio y, al vez, movimiento en un complejo universo en el que todo esta interrelacionado. Resistirnos es ilógico. El cambio, incluso en el peor de los casos, debe ser una herramienta para el aprendizaje y progreso continuo. Lo que importa es la actitud que tomemos cada uno, porque, al fin y al cabo, la sociedad, el mundo, es una suma de actitudes que hacen que caminemos hacia un lado u otro.
EliminarComo bien dices, no somos nadie sin los demás, incluso nuestra propia identidad depende de ello… y es una cosa que no debemos olvidar nunca. Un grano de arena no es nada, pero millones forman un bello desierto, ¿verdad? Si entendemos eso y usamos la generosidad para con los demás quizás consigamos cambiar el final de este cuento.
Ojalá, querido amigo, porque juntos podemos. Creer es poder…
Besos y un fuerte abrazo.
ojala, pero está complicadillo. Yo ya me voy conformando con que la vida no nos cambie mucho a nosotros para peor.
ResponderEliminarfeliz año
Complicadillo, sí, pero no imposible, Luismi. Recuerda que lo que tenemos que alejarnos de la pandemia del “no puedo”, y la manera es no perder la esperanza y seguir soñando. No hay que conformarse, mi querido disidente.
EliminarTe deseo todo lo mejor para este año, te lo mereces.
Besos y abrazos.
Mari Carmen, es lo de siempre. La mayor cantidad de riqueza y poder la tienen unos pocos en prejuicio de muchos. La injusticia aún duele más cuando las víctimas son pequeños inocentes a los que les roban incluso algo tan barato como que tengan ilusión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto, Alicia, es lo de siempre. Pero como dijo Cervantes: “Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia. “
EliminarTal vez, solo tal vez, si pensamos que las utopías son proyectos y no sueños, y que no hay locura en pedir lo que es justo consigamos, al menos, creer en que el cambio es posible, que está en nuestras manos. No podemos dar esperanza e ilusión si no la albergamos nosotros dentro.
Besos y un fuerte abrazo.
Atxia, ¡Qué bien escribes y a qué profundidades llegas! Tus escritos tienen la perfecta conjugación entre fondo y forma. Gracias por deleitarnos con joyas como ésta.
ResponderEliminarBesos desde Anaga.
Gracias, Carmen, a ti por tu aliento y palabras de ánimo. Bienvenida a Escritores :-)
EliminarBesos y abrazos.
Querida Mari Carmen:
ResponderEliminarMe gustaría que nunca hubiesen existido esas realidades que nos recuerdas: las protagonizadas por niños en las guerras y en las minas, o niños presenciando lapidaciones y sin puertas a la fantasía. Si eso no hubiese ocurrido, no habrías tu sensibilidad no te llevaría a contar ese cuento que nadie queremos: Hubo un tiempo...
Lo peor es que todo eso lo verbalizamos en presente, no tenemos que recrear nada, ni imaginar, ni utilizar recursos literarios. Es una realidad canalla cuya erradicación nos necesita, pero de verdad, de forma activa, con la fuerza de la razón y con todos los medios a nuestro alcance. Si hoy mismo nos damos una vuelta por las calles de nuestras ciudades, veremos embalajes de lo inútil y desperdicios de los excesos; cerca, algún indigente -podríamos ser cualquiera- buscará entre esas basuras algo que llevar a sus niños, que no pueden soñar, porque con hambre tampoco pueden dormir. No hay que ir a las minas, ni a Sierra Leona, ni a culturas incomprensibles. Lo tenemos entre nosotros, en nuestro barrio, en nuestra comunidad.
Que este año que acaba de empezar pinte nuevos panoramas, más placenteros, y acabe con situaciones que nunca deberían existir.
Besos, abrazos.
Siempre he pensado, mi querido Alex, que la mejor manera de caminar por la vida es con los pies el la tierra y la cabeza en las nubes. Es, creo, la única manera de no perdernos, de no caer en la indolencia, de no quedarnos en un constante “¿para qué…?”
EliminarAntes de que los indignados tomaran las calles, antes que esta crisis estallara, ya nos advertías de que caminábamos errados. Y no porque seas clarividente, sino porque eres un gran analista de la realidad. Prueba de ello es este comentario tuyo. Si a eso le sumas un gran corazón y ganas de cambiar la realidad, pero no solo con palabras, sino, me consta, que con actos tenemos un ejemplo claro de lo que digo. El cambio si es posible.
Es cierto que verbalizamos en presente, y que no tememos que recurrir a la imaginación para recrear nada, pero creo que es bueno verbalizar los deseos. Es como si de esa manera volvieran a coger fuerza, como volver a encender la esperanza de lo posible... y dejar que sean ellos los que nos definan e impulsen.
Va a ser una año complicado, eso lo sabemos, pero los retos existen para superarlos.
Besos y un fuerte abrazo.
Hay que tener el corazón de piedra para mirar una lapidación. Aunque en nuestra sociedad no se cometan estas barbaries, muchas otras se permiten, como dejar a una familia sin hogar.
ResponderEliminarComo ves, en muchas cuestiones aún estamos en las cavernas. Somos lobos con piel de cordero.
Por cierto, feliz 2013.
Un abrazo.
En las cavernas dices… que va, si en eso de barbaridades e injusticias el ser humano tiene una trayectoria histórica impresionante. Hemos llegado a cotas de refinamiento tal, que algunas veces hasta las vestimos de civismo y urbanidad. Pero, por suerte, no todos somos así.
EliminarFeliz 2013, que consigas superar todos tus retos.
Besos y abrazos.
Seguiremosm confiando en las Hadas, Gnomos, Silfos...
ResponderEliminarComence el nuevo año, sentado en el suelo con un grupo de personas, hablando de sentimientos. Pintamos folios. Reíamos. Jugábamos a juegos añejos, como niños nuevos…Una luna verde nos alumbraba, dos cuerdas verdes se descolgaban de ella, sujetaban un columpio y, un sol radiante con sus rayos al viento, y dentro de él un corazón pletórico de sueños, nos alumbraba por dentro. En el columpio se balanceaba Federico García Lorca en su huerta sagrada. Yo me columpiaba con él para seguirle los pasos un año más..., sin él, no sería nada. Sin sus versos y palabras que llevarme a la boca, sería un ánfora bacía…, sin agua…, sin nada.
Molina
un beso
Así es, Antonio, seguiremos confiando en las hadas y genios, y en la capacidad del ser humano para abrir la mente más allá de lo común, de lo cotidiano… para ver lo extraordinario en lo ordinario.
EliminarSé lo que Lorca supone para ti. Me alegro de que hayas comenzado el año a su lado, en sus paisajes, en sus colores… Le pido prestadas sus palabras para desearte que, tras mirar a la derecha e izquierda del tiempo, tu corazón aprenda a estar tranquilo.
Besos y abrazos.
Leerte me ha recordado a Hobbes, "el hombre es un lobo para el hombre".
ResponderEliminarSoñemos, Mari Carmen. Algún día el hombre será feliz.
EliminarAsí es, Luna, pero no consintamos que nos roben los sueños.
Besos y abrazos.
No ha cambiado, en esta ocasión, pero volveré para leerlo y leerlo con la esperanza de que un día puedas reescribirlo. Un abrazo grande.
ResponderEliminar
EliminarYa sé que con desearlo no basta, Frida, pero no perdamos la esperanza. Si llega ese día, ¿me ayudarás a reescribirlo?
Besos y abrazos