Mil y una
noches de soledad, sin horizonte. Mil y una noches al borde de la desesperación
y la locura. Aquel accidente en el que perdieron la vida su hijo y su marido la
convirtió en un espectro, una sombra flotante que vagaba sin más objeto que
consumir las horas. Un cuerpo insomne sin nada a que aferrarse, varado en el
tiempo.
Mil y una noches y, como Scherezade, busca entre sus recuerdos, cada anochecer, una historia para evitar la muerte.
Mil y una noches y, como Scherezade, busca entre sus recuerdos, cada anochecer, una historia para evitar la muerte.
Es un relato magnífico. Esa frase final contiene todo el relato. Todos nos contamos la vida, finalmente, para evitar la muerte. No solo la física, sino la del espíritu, la de lo que llamamos alma. Que no deja de ser una parte evolucionada del cuerpo, seguramente, pero es la que sostiene nuestros sueños y anhelos. A veces la vida golpea fuerte y otras veces golpea más suave. Pero siempre nos toca. Nos llama la atención con su transcurso, con sus imprevisibles giros y su manto continuo de casualidad que nos arropa o nos arroja a la aventura inmensa de vivir.
ResponderEliminarEs precioso Mari Carmen, y de acuerdo con Emilio, el final rotundo lo contiene todo. Me ha gustado mucho y me ha llevado hasta ese dolor sordo de la pérdida y la muerte.
ResponderEliminarBesos
María
El dolor que causa la muerte al que sobrevive....Besos emocionados
ResponderEliminarMinirelato magníficamente contado, lleno de sentimiento y transmitiendo todo el dolor de la pérdida.
ResponderEliminarSin embargo, la protagonista con el tiempo se dará cuenta de que la muerte no se evita en el pasado sino mirando al futuro. Y el pasado será un recuerdo dulce que merecerá la pena haberlo vivido y que siempre formará parte de ella.
Un beso, Mari Carmen. Feliz Navidad y mi deseo de darte en el 2012 ese abrazo que nos debemos.
Querida Mari Carmen:
ResponderEliminarLa vida está llena de contrastes. Ahora que los habitantes de medio mundo celebramos (quizá sin saber por qué) el nacimiento de la vida, tú nos haces meditar sobre la muerte y sus espectros. Y qué bien lo has hecho, "condená", que diría un castizo. Condenados todos al cerrojazo de la puerta que se nos cerrará inexorable, sabemos que una ventana se abrirá para gozo de quienes sigan en el lado de los vivos. En el otro, no lo sé. No voy a hablar de creencias religiosas, que hay mucho susceptible por aquí y no quiero herir a nadie, pero no obviaré las esperanzas. Mientras hay vida, hay esperanza. Sherezade confió en que el sultán esperaría con ansia el final de su cuento, librándose de cruzar el portón de la vida aquella noche, y así mil y una noches más. Confió y su confianza surtió efecto.
Quién sabe si Sherezade, la hija del visir, había tenido otra vida en el futuro, siete siglos después, por ejemplo, y aprendió de Machado que "La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos".
Quién sabe Mari Carmen, todo es posible en este mundo de misterios, donde hay tantos accidentes en la muerte que nos devuelven a la vida...
Muchos besos.
Alex
Mari Carmen, la vida es un largo viaje. A veces por tierra, otras por mar y cuando soñamos pareciese que nos transportásemos por las nubes. Sin embargo, desgraciadamente, a veces hay tempestades, como la que tú con gran sensibilidad nos muestras en tu relato. Según dijo Baltasar Gracián, “la muerte para los jóvenes es naufragio y para los mayores es llegar a puerto”. Para los que quedan, al igual que Scherezade, acaso el mejor bálsamo sea el de la reflexión sobre lo qué vale la vida para aferrarse con fuerzas a ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos tenemos que contarnos historias para querer seguir viviendo. Pero cuando se pierde mucho, se hace más difícil. Menos mal que nos queda la escritura, y tu escritura sobre todo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Querida Mari Carmen, encontrar en textos tan cortos tanto contenido es un arte. Tenemos la enorme suerte de compartir contigo esa mirada humana, y hermana, que tan admirablemente nos entregas en tus entradas y comentarios. Es un lujo, te lo aseguro.
ResponderEliminarGracias y un cariñoso abrazo.
Mari carmen
ResponderEliminarTu triste historia me conmueve. La pérdida de un ser querido es muy difícil de superar.El duelo ,duele.
Desde aquí, tu espacio mando un fuerte abrazo a todas esas personas que han perdido algún familiar en el frente.
Mucha fe para los que esperan que los suyos regresen.
Y para las tropas destacadas en misiones de PAZ ( fuera de España) que pasaran la Navidad alejado de los suyos. Mucha suerte para todos.
¡Feliz Navidad a todos! ( incluida tú, Mari Carmen)
Un saludo.
Excelente narrativa, es un placer
ResponderEliminarpasar por tu bonito espacio.
para estas fechas entrañables, llenas de paz y felicidad.
¡felices fiestas!
un abrazo.
Hola entrañable Mari Carmen.
ResponderEliminarTragedia, desesperación y supervivencia, una trilogía como la vida misma, fuerza que nos aprieta y nos empuja a buscarnos por dentro y desde fuera de nosotros mismos por necesidad de hallar un resquicio de luz extraviada de esta daga entrada a un corazón que sano resolvió el destino a querer ir a herir.
La crueldad no intencionada en ocasiones es un designio con el que también podemos ser tocados sin previo aviso cuando todo parece tan perfecto como anidando en ese sueño salvaje que tu ya conoces y desde quien la realidad tejida con la que hemos sido agraciados viene a resquebrajarse en un instante volcando la existencia de antes a otra nueva en una dimensión distinta y casi fúnebre que nos dilapida los sentimientos positivos hasta pasar un dolo para el que no existe fecha ni tiempo concreto.
Esto es lo que percibo al leerte entre líneas, y mucho mas, pero prefiero parar aquí o la tristeza me abarcara por entero, y no, no quiero estropear la dicha que he sentido al haber descubierto tantas emociones en ese puñado de versos tan concisos que magnánimos y bien apretaditos nos han bajado trocitos de cielo que nos avisan de que la vida anda contenida de otros condimentos opuestos al amor y a la alegría, aspectos a los cuales la humanidad jamás podrá ser inmune, en esta, en la otra cara de la moneda por donde la naturaleza nos concede el don de hacernos más fuertes en base a sufrir porque caerse es volver a levantarse.
Son las victorias traídas a hombros desde las derrotas anteriores en una esencia como para no olvidar.
Tremendo tu alegato desde la lucidez de un puñado de versos visionarios que apretaditos expresan la amplitud de un océano inmenso.
Me han gustado estos azules intensos con sabores amargos tan reales y ciertos.
Un tremendo abrazo y más besos.
Mari Carmen, nos enseñas que son las historias, las de los libros y las de la gente con la que hablamos todos los días, las que nos sostienen y nos mantienen vivos.
ResponderEliminarLa falta de historias me abocaría a la desesperación y la locura. Soy un miserable cotilla.
Un abrazo.
Qué tristeza emana... el dolor de la pérdida ,a veces,hasta de nosotros mismos.
ResponderEliminarUn beso, Atxia.
Mi querida Mª Carmen: creo que lo de Sherezade (Sherazada se llama el barco de mi último viaje) es una práctica común. Buscar una historia, darnos una oportunidad cada día para burlar la muerte.
ResponderEliminarEs como una gimnasia. Ojalá nunca dejemos de practicarla.
Feliz Navidad!. Un beso.
Triste y emocionante texto, querida Mari Carmen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo con mis mejores deseos Navideños.
Para asimilar una pérdida se necesita tiempo, mucho tiempo. Es una opción buscar en los recuerdos historias que nos ayuden a seguir viviendo, por lo menos momentáneamente... Pero poco a poco hay que comenzar a mirar al futuro, aunque sigamos manteniendo vivos los recuerdos agradables.
ResponderEliminarMe parece precioso cómo has hilado la historia de Scherezade y de la protagonista en la frase final... REALMENTE MAGISTRAL.
Un beso y muchas gracias por compartir tu escritura.
Si, querido Emilio, la frase final contiene todo el relato y, aunque pueda parecer lo contrario, no deja de ser un canto a la vida y a la esperanza.
ResponderEliminarEs cierto que la vida nos golpea a veces, es inevitable... Por suerte, el sentido de la supervivencia, presente en nuestros genes, activa en nosotros, de una manera consciente o inconsciente, mecanismos de autodefensa (recuerdos, sueños, anhelos...) que nos ayudan a superar esos golpes y a reconocer que la vida es una aventura que merece la pena. Como dices en ese verso extraído de tu poema “Alejandría”:
CONTRA VIENTO Y MAREA
“La luz del faro, sigue ahí.”
Besos y un fuerte abrazo para este año y el que viene, y el siguiente, y el siguiente...Nos quedan muchos años, por delante, para encender o seguir tras la luz de ese faro.
Sí, querida Maria, la perdida duele, nadie se merece ese sufrimiento. Por desgracia no está en nuestras manos, es un hecho que debemos afrontar como síntoma de vida...Y nuestro compromiso es sobrevivir, por los que se van, por los que se quedan, por nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias Maria por estar cerca. Te deseo una feliz salida de año y una mejor entrada, con una obligación por tu parte: ser feliz.
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Winnie, sé que te ha emocionado esta entrada porque tú eres una superviviente. Como sé que tienes los medios necesarios para hacerlo: fortaleza y un gran corazón.
ResponderEliminarGracias por tu compañía, por tus sonrisas de los lunes...Por todas esas cosas y muchas más te deseo lo mejor para el 2012 y el 2013...y el 2025...
“la muerte no se evita en el pasado sino mirando al futuro. Y el pasado será un recuerdo dulce que merecerá la pena haberlo vivido y que siempre formará parte de ella”
ResponderEliminarQuerida Ana, poco puedo añadir a tu comentario tan lleno de esperanza...tan hermoso.
Nuestros seres queridos viven en nosotros a través de su memoria, tienes razón, y por eso no deberíamos permitir que su recuerdo sea triste, sino de los más alegres que tenemos.
Gracias por ser como eres.
Te deseo lo mejor para el 2012 y para el resto de los años que nos quedan por compartir. El año que viene nos daremos ese abrazo, no lo dudes. Mientras tanto, recibe este beso.
Gracias, don vito, por tus palabras hacia mi escritura y el blog. Será un placer visitar el tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz año 2012
“no obviaré las esperanzas. Mientras hay vida, hay esperanza. Sherezade confió en que el sultán esperaría con ansia el final de su cuento, librándose de cruzar el portón de la vida aquella noche, y así mil y una noches más. Confió y su confianza surtió efecto. “
ResponderEliminarNo obvies las esperanzas, Alex, no lo hagas nunca. Como bien dices, cuando se cierra un puerta se abre una ventana y, muchas veces, es más lo que se nos da que lo que se nos quita, sólo hay que estar preparada para ver las señales. No podemos evitar la muerte, pero si la muerte en vida...Si hemos de buscar alguna razón para aceptar una muerte, que sirva, al menos, para revitalizar la nuestra.
No abandones nunca ese deje castizo. Ese “condená” es uno de los más efusivos y cariñosos abrazos que podrías darme. :-)
Te deseo una buena entrada en el 2012, brindaré contigo con las doce campanadas.
Besos y un fuerte abrazo.
Mi querida Alicia, hay que aferrarse a la vida, claro que sí, porque es lo más valioso que poseemos. Siempre hay razones para hacerlo. Te dejo un poema de Gioconda Belli que sé que te gustará. Como ella dice, nacimos para ser felices.
ResponderEliminarY eso es lo que te deseo para el 2012, que seas feliz, y que compartamos muchas alegrías, en los mejores momentos, y como mínimo una sonrisa en los peores.
Besos y un fuerte abrazo.
CLARO QUE NO SOMOS UNA POMPA FÚNEBRE...
Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.
Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.
Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.
Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada
porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semillas
y habitación de una sonrisa íntima
que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.
Mi querido Luismi...Sí, en el fondo todos somos como Sherezade y no sólo buscamos razones para vivir, que ya en sí debería ser suficiente razón, sino que las encontramos. Ser feliz no es tan difícil, a veces, incluso el Adagio de Albinoni, con una guitarra eléctrica, lo consigue al arrancarnos una sonrisa.
ResponderEliminarMis mejores deseos para el 2012 . Razones para ser feliz no te faltan y espero que continúes compartiéndolas con todos nosotros.
Besos y un fuerte abrazo.
El lujo, querida Nines, es tenerte cerca y aprender de tu forma de mirar la vida, de tu solidaridad... de tu cariño y apoyo constante.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor para el 2012, te mereces todo lo que pidas y mucho más. Se feliz, te lo exijo.
Besos y un fuerte abrazo.
Sí, querida Carmen, el duelo duele, y es inevitable afrontarlo, cada uno a su manera, pero es la única manera de superar una perdida.
ResponderEliminarMe uno a tu buenos deseos y a ese abrazo hacia quienes hayan perdido un ser querido. Ojalá consigamos, algún día, que la paz sea una realidad y no una misión.
Te deseo lo mejor para el 2012.
Besos y un fuerte abrazo.
Gracias, Ricardo, por pasar por este espacio y dejar la huella de tu compañía.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor, no sólo para estas fechas tan entrañables, sino para siempre.
Besos y un fuerte abrazo
Mi querido Guadiana, siempre me alegran tus apariciones porque, además de saber que te encuentras bien, llegas cargado de bellas y certeras reflexiones.
ResponderEliminar“Son las victorias traídas a hombros desde las derrotas anteriores en una esencia como para no olvidar.”
Tú que has viajado tanto, que has compartido tiempo con los que apenas nada tienen, que les prestas tu voz, tus cinco sentidos...sabes mucho de esa trilogía de la que hablas. Es difícil caminar sin dolor, es cierto, pero, como tú, creo que las adversidades, los avatares de la vida, con el sufrimiento que a veces nos produce, nos hacen crecer.
No importan las veces que nos caigamos, sino las veces que nos levantemos. Ahí está nuestra fuerza. Sin ser inmunes a la crueldad, al dolor, al sufrimiento, propio o ajeno, debemos buscar la felicidad a la que tod@s tenemos derecho.
No estemos tristes, Rafael, tenemos muchas cosas que agradecerle a la vida y unas manos para intentar cambiarla, mejorarla. Qué tus deseos para el 2012 se cumplan y vengas a compartirlos con tod@s nosotros.
Besos y un fuerte abrazo.
Querido Jose Antonio, siempre he pensado que si los sueños empujan nuestra vida, la memoria, tanto la propia como la ajena, la sostiene y nos enseña. Así que continua buscando historias y relatándonoslas.
ResponderEliminarCotilla, lo acepto; miserable, nunca. Un poco crápula, eso sí... pero me gusta.
Feliz encuentro con el 2012, brindaré contigo para que logres tus deseos.
Besos y un fuerte abrazo.
Qué razón tienes, Carmen, a veces, el peligro no está en sentir dolor sino en refugiarse en la tristeza.
ResponderEliminarTe deseo tantas alegrías para el 2012, como sonrisas nos has dedicado en el 2011, y han sido muchas...
Besos y un fuerte abrazo.
“Buscar una historia, darnos una oportunidad cada día para burlar la muerte.
ResponderEliminarEs como una gimnasia. Ojalá nunca dejemos de practicarla.”
Querido Manuel, que curiosa la coincidencia con el nombre de tu último barco, y que bello tu comentario.
Me gusta lo de que es como una gimnasia. Ejercicios para mantener sana nuestra alma, para combatir las inquietudes cotidianas...para, en definitiva, reconciliarnos con la vida que es la manera de alejarnos de la muerte. Sí, ojalá no dejemos de practicarla nunca.
Feliz año 2012. Cuando haga balance de este año, al sonar las campanadas, me acordaré de ti, de Rosa, de lo feliz que fui al haberos conocido, y brindaré para que el 2012 nos dé la oportunidad de reunirnos de nuevo.
Besos y un fuerte abrazo.
Mi querida Mila, sé que el texto es triste, pero espero que te haya quedado la sensación, tras leerlo, de que la esperanza es lo último que se pierde cuando se ama la vida.
ResponderEliminarAunque, mi querida soñadora, a ti, con tu vitalidad, no hace falta que nadie te lo recuerde. Tienes un don y lo contagias.
Gracias por estar siempre cerca. Mi mejores deseos para ti y los que quieres en el 2012.
Besos y un fuerte abrazo.
Sí, querida Toñi, tiempo, mucho tiempo...el tiempo lo dulcifica todo y nos da una perspectiva distinta para afrontar los sucesos y plantarle cara al futuro.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste el texto. A Scherezade y la protagonista les costó ponerse de acuerdo. Tenían una gran idea que no supieron trasmitir, al final, ese símbolo se ha convertido en un buen relato.
Gracias a ti por compartir mi escritura, eres una de las que más la sufren jajaja...
Besos y un fuerte abrazo.
Y no dejes de contar cuentos...la vida depende de eso...y , si a eso vamos, también es un cuento
ResponderEliminarMi querido Bob, no te imaginas que ilusión me ha hecho tu visita, además con la imagen que más me gusta: rebelde, desenfadada...a la par que, no podía ser de otro modo, elegante :-D
ResponderEliminarNo te preocupes, no dejaré de contar cuentos. Y cuando no pueda hacerlo yo, tú me tomarás el relevo, porque al final, en cierto modo, la vida es lo que contemos ¿verdad?
Gratxias por tu visita, por tus palabras, por tu compañía.
Besos y un fuerte abrazo.
Es un relato muy triste y muy duro, es verdad. Pero como toda buena literatura se imbrica en los aspectos más reales y cotidianos. La pérdida es una sombra que planea sobre todos nosotros desde el momento en que nacemos. No obstante, es un texto bello. Felicidades primor, y feliz año nuevo.
ResponderEliminar(Por cierto, te llamé y me dio apagado el móvil, pero lo vuelvo a intentar)
Muakas en los morritos y todo.
Uauuuuuuu
ResponderEliminarQue hermoso mini-relato, a pesar de la dureza que contiene.
ResponderEliminarEse juego final que asocia el dolor de la noche al que sobrevive con quien para sobrevivir contaba cuentos cada noche, me parece fascinante.
Qué placer en tan corto espacio. Un abrazo mi querida Sherezade
Sí, mi querida Laura, es un relato duro, lo reconozco, pero a pesar de todo no quiero que os quedéis con la tristeza del texto sino con el amor de Sherezade por la vida. La vida nos quita, pero también nos da...o es lo que prefiero pensar.
ResponderEliminarUn beso mi hadita, te deseo, aunque con bastante retraso, espero que me sepas disculpar, lo mejor para este año. Te lo mereces.
Enrique, parco en palabras que no en gestos...Eso es lo mismo que digo yo muchas veces cuanto te leo. Gracias :-)
ResponderEliminarBesos y un abrazo enorme.
El placer es tenerte aquí, mi querida Rosa, y por eso te dejo estas palabras de "Las mil y una noches" que hago mías:
ResponderEliminar“En aquel momento Schehrazada vió aparecer la mañana, y discretamente dejó de hablar, sin aprovecharse más del permiso. Entonces su hermana Doniazada dijo: "¡Ah, hermana mía! ¡Cuán dulces, cuán amables y cuán deliciosas son en su frescura tus palabras!" Y Schehrazada contestó: "Nada es eso comparado con lo que te contaré la noche próxima”
Qué ganas tengo de verte, nos quedan tantas historias que contar...
Besos y un fuerte abrazo, mi querida Doniazada
Querida amiga:
ResponderEliminarTodos sabemos que esxiste la muerte total o terrenal del que ha partido -independientemente de aquellos que intentemos mantener la fe en Dios- y el estado físico y mental del que vive su propia muerte en vida. Eso es más duro.
Esta vez para tu magnífico texto te dejo una cita que no es mia, para no repetirme ni afanar protagonismo. Cito: Conóceme cual soy ¡Soy la verdad! Agua, tierra, llama, aire, éter, vida, mente, individualidad, esos ocho forman mi espectro actual y están suspendidos de mí, como cuelgan las perlas de su hilo.
Mahabharata.
Recibe mi admiración y estima.
Montserrat Tejera.
Querida Montserrat, sí, toda vida tiene un principio y un final. Por eso debemos valorar el tiempo que se nos da como lo que es, un regalo, y buscar la paz en esta vida sin esperar la del más allá, si es que existe...La batalla por subsistir es dura. Llena de envites y tropiezos, pero tenemos fuerza para afrontarla y miles de razones para que, como Scherezade, busquemos cada día el amanecer.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y por la cita tan interesante del Mahábharata. Una gran epopeya, sin duda, y llena de buenas y profundas reflexiones.
Besos y un fuerte abrazo.
Mari Carmen, juraría que te había dejado comentario en esta entrada, porque lo que sí sé es que la leí hace tiempo. Gracias a los recuerdos somos capaces de sobrevivir cuando el dolor aprieta.
ResponderEliminarMuchas gracias por mostrar la portada de Los meses cuentan. Te he dejado comentario en otra entrada antigua que me ha encantado, pero no estoy segura de que entre, me ha dado error.
Un abrazo.
Maribel el comentario que dejaste en “Patchwork” ha entrado perfectamente, pero te contesto aquí porque, en cierto modo, las dos entradas comparten un pensamiento semejante: el de reinventarse cada día a fuerza de costuras. Y no hay duda de que los recuerdos nos ayudan a hacerlo. Siempre he pensado que los sueños nos empujan y los recuerdos nos sustentan.
ResponderEliminarNo tienes que darme las gracias, si acaso al contrario, porque los meses que he pasado en tu compañía cuentan...y pesan mucho en mi afecto hacia ti. Te deseo suerte con este maravilloso libro, un pequeño cofre con grandes historias, y con el resto de los proyectos. Te lo mereces.
Besos y un fuerte abrazo.
Es un relato vibrante... hermosamente descorazonador. No he podido evitar reseñarlo en http://fragmentsdevida.wordpress.com/2012/09/10/la-noche-oscura/
ResponderEliminarFrancisco Javier, no sé cómo agradecerte que, de todos los miles de blogs que hay en la red, hayas elegido el mío para dejar tu huella. Es un honor que reseñes el que, ahora, ya es nuestro texto. Me has encontrado y te has encontrado en él, esa es la magia de la Literatura.
ResponderEliminarReitero mi agradecimiento.
Un abrazo.