"Para toda clase de males hay
dos remedios; el tiempo y el silencio."
………………………………………………………………….. (Alejandro Dumas)
………………………………………………………………….. (Alejandro Dumas)
De cartón
piedra
Su mundo se ha vuelto silencioso, estático. Alejado de la
eficacia como unidad de tiempo, ya no corre veloz y desatinado. En su
improvisado escenario comienza su transformación. Un poco de maquillaje, una
seta de cartón piedra sobre la que apoyarse, un reloj sin manecillas que
marquen las horas...
Desde su enigmática quietud, convertido en estatua viviente, espera esos
segundos de respiro que le da la moneda al caer en el platillo que hay a sus
pies.
Y busca, con la mirada perdida en la distancia,
a Alicia en este lado del espejo.
Cada vez tengo más claro que el tiempo y la distancia lo curan TODOOOOOO Besos
ResponderEliminarEntiendo que la busca en los escasos segundos que le permite la caída de la moneda. Qué bueno.
ResponderEliminarUn abrazote.
¡Ole, ese pedazo de guiño a Alicia! Nuestra pequeña heroína. Gracias, Atxia, creo que las dos llevamos una pequeña Alicia dentro. Qué bonito el texto, qué bonito.
ResponderEliminarUn beso de todo corazón, decoradora de casas en el aire.
Querida Mari Carmen:
ResponderEliminar¡Qué pena! Se me ha ido el comentario en el momento de enviarlo.
Te decía que el individuo, cuando en la vida le falta lo fundamental, se inventa el tiempo, un tiempo con minutos que caminan despacio sobre un reloj sin agujas, una seta de cartón, una cara pintada con colores de mentira, un viento sujeto con alambres, un vestido de barro, un sombrero de papel, un bebé de trapo con bracitos de plástico... una celosía que esconde unos ojos y unos oídos que ven y oyen el caer de la moneda al otro lado. Algo insuficiente para un desayuno con nada y una cena con ingredientes que regala una sociedad cada mes menos solidaria, porque las carencias llegan a todos.
Querida amiga, qué bien has pintado el retrato urbano que nos saluda cada día, cada vez con más profusión, en las esquinas de las grandes avenidas y en el centro de las calles peatonales.
Algo así te decía, en ese comentario perdido, recuperado por la memoria que cada vez da para menos en estas horas construidas con el tiempo, para mí, inexistente.
Con la mirada en ese retrato tan presente, recibe todo mi cariño.
Alex
Wow..te entiendo mejor que nunca.
ResponderEliminarBesos mil.
Precioso, Atxia.
ResponderEliminarDesde este lado del espejo te doy un abrazo. Mare.
Siempre me han causado una extraña desazón esas estatuas vivientes que sólo recuperan la vida unos segundos cuando cae la moneda.
ResponderEliminarMuy bueno, Mari Carmen.
Beso
No me disgusta mi propia imagen en ese escenario cartón piedra de sustento. No me disgusta la ausencia si un tintineo no me hace volver la mirada hacia un suelo que apenas me sostiene.
ResponderEliminarGracias por llevarme de la mano a volar, M Carmen. Un beso
Me quito el sombrero ante estos artistas de la quietud, capaces de convertirse en elementos vivos de la decoración urbana. ¡Y lo que observan! ¡Y lo que viven desde su podio!
ResponderEliminarMe quito el sombrero hoy, también, ante tu bello relato.
Qué sabia la frase de Dumas...
Un abrazo.
Siempre es una delicia leerte.
ResponderEliminarMe encanta la brevedad de este texto y su perfecta medida. Manifestarse a través de la estática y el silencio, como hacen esas personas, debe ser estar en otra unidad de tiempo que has sabido captar admmirablemente, Mari Carmen. ¡Precioso!.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Recuerdo las primeras estatuas vivientes que vi. Con unas monedas hacían simplemente un gesto o saludo de agradecimiento. Ahora desde una inquietante quietud y con la mirada perdida en el infinito están a la espera de ese sonido de las monedas al caer que da el inicio a movimientos más enérgicos y activos. Mari Carmen nunca entendí este “oficio”. Más bien creo que en muchos de los casos sea una forma de subsistir para lograr lo que realmente anhelan. Y sin embargo me quedo expectante ante la presencia de un ser aislado de la realidad y del pulular de peatones durante esos segundos de respiro.
ResponderEliminarMari Carmen creo que has atrapado ese momento de una manera magistral entre tus palabras.
Un abrazo.
La frase de Dumas...tan comentada, es una gran verdad. Sobre todo el definitivo. Tiempo y silencio definitivos que, sin duda, no nos van a faltar. Bueno, esto es solo una entradilla debido a tu frase de cabecera, pero, en realidad, lo que me parece espléndido es el texto, el microrelato que abres con esa frase y una magnífica foto e ilustración. La conjunción de ambos, texto e imagen, produce un efecto especial. Escribir sobre los mimos, esos personajes que forman parte ya del paisaje urbano de las grandes ciudades, en cuyo corazón actúan, deteniendo su cuerpo y casi sus latidos. Qué bonita entrada, Atxia.
ResponderEliminarHe tardado en contestaros porque quería buscar una frase de lewis carroll para cada uno de vuestros comentarios. Pero, aunque en “ Alicia en el país de las maravillas” hay diálogos muy interesantes, no he hallado las palabras apropiadas excepto esta frase que si quiero regalárosla a todos.
ResponderEliminar“PUEDES LLEGAR A CUALQUIER PARTE, SIEMPRE QUE ANDES LO SUFICIENTE”
Creo que es una frase adecuada a nuestra forma de pensar, de sentir, de actuar...a pesar de los avatares que nos depara la vida y que desajusta, a veces, nuestro ritmo y nuestros pasos
Y yo también Winnie, es una frase que parece un estereotipo, pero no por eso deja de ser verdad. Es un buen tratamiento terapéutico, quizás el único que existe.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo, mi ágil amiga.
Querido Luismi, si y no, me explico. Esta entrada pretende ser una unión entre el mundo real y el imaginario, esa puerta que tod@s, en mayor o menor medida, mantenemos abierta a través de la imaginación y los sueños.
ResponderEliminarLa búsqueda de Alicia es lo que le permite abstraerse de la realidad, en ese arte que ha desarrollado de la inmovilidad, y las monedas son las que, además de un descanso físico, le acercan a esa realidad en la que hay que sobrevivir.
Gracias por tu compañía, mi querido disidente.
Besos y un fuerte abrazo.
Hola mi querida hada piráta, claro que llevamos una Alicia en nuestro interior ...Cómo todas aquellas personas que no comprenden el mundo que les rodea,
ResponderEliminary buscan, en esa unión de los dos mundos, la inspiración para vislumbrar lo que les rodea y a ellos mismos. Por suerte hay muchas Alícias.
Decoradora de casa en el aire...Cómo me gusta ese oficio imposible. Estoy creando un muestrario con las más finas telas, con los colores más brillantes, con los más hermosos pensamientos...Ya lo verás. Es una gran responsabilidad la que me has encomendado.
Besos y un fueeeeerte abrazo.
Mi cronista de la vida...tú les entiendes como nadie, ¿verdad? Alex, la necesidad agudiza el ingenio. Ese teatro del silencio, ese hermoso decorado viviente, late con corazón propio. Tras cada máscara hay una historia, y no todas tienen que ver con el arte.
ResponderEliminarNo te puedes imaginar cómo disfruté en mi visita a Madrid al contemplarlas. Por desgracia me quedé sin monedas enseguida, pero me traje una historia.
Gracias por tu mirada, por el Sol que no la abandona nunca. Tú siempre encuentras el centro.
Besos y un fuerte abrazo, querido amigo.
Muchita, no puedo dejar de sonreír con tus comentarios siempre tan espontáneos y llenos de frescura.
ResponderEliminarGracias por acompañarme e intentar comprenderme, me alegro de que te guste.
Mil besos, querida niña.
En este lado y en el otro siempre me acompañas, hasta cediéndome un lugar en un acantilado de cartón piedra para ver llover...
ResponderEliminarGracias por todo.
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Ana, está claro que las estatuas no nos dejan indiferentes, a mi me emociona esa manifestación pura de la imagen y del gesto.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo, ya queda menos...
Querido Manuel, a mi tampoco me disgustaría si fuera para sentirme viva, para unirme al entorno de la realidad desde ese espacio temporal en el que residen, para encontrar esa delicada línea de la identidad tan difusa...Al fin y al cabo cuantos escenarios de cartón piedra no creamos para encontrar la paz interior.
ResponderEliminarMe gusta volar a tu lado, que lo sepas, ¿o ya lo sabías?
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Maribel, como te puedes imaginar yo también me quito el sobrero. No todas las estatuas tienen la misma historia, y supongo que no todas lo hacen porque se lo hayan planteado o quieran, pero me fascina el espectáculo que muestran desde su pedestal-escenario mientras la gente paga una moneda para verlo.
ResponderEliminarLos personajes no son elegidos al azar, son ideas y conceptos, es todo un arte.
Gracias por tus palabras, siempre las tengo muy en cuenta, significan mucho para mí.
Besos y un fuerte abrazo.
Querido Rafael, lo que es una delicia es tu presencia y compañía.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Querida Nines, este texto no deja de ser una fotografía a contraluz en la que se perfilan los contornos, solo ellos saben qué hay tras el maquillaje.
ResponderEliminarOjalá tengas razón y haya sabido poner voz a sus gestos, se merecen algo más que unas monedas.
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Alicia, estoy de acuerdo contigo en que la mayoría lo hacen para subsistir, pero también creo que han hecho de su necesidad un arte. Y que en esas performances, de cuidada estética, han encontrado una forma de expresarse, de crear arte y una forma distinta de entender la vida.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado esta pequeña crónica de la vida.
Besos y un fuerte abrazo.
Emilio qué hermoso es el lenguaje de los gestos, ¿verdad? Conseguir que el cuerpo proyecte imágenes, sentimientos y pensamientos. Es como encontrar la voz del silencio. Por eso me gusta observar a las personas, ver como andan, como mueven sus manos...
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Me alegro de que te guste esta entrada, este juego simbólico.
Besos y un fuerte abrazo.
No le hacen falta boletus, ni níscalos, ni amanitas, a este pedazo de relato, por eso el número fue el que fue. Ahora, sacado de aquel marco, veo, aunque ya lo vi entonces, que además de ser un precioso homenaje a nuestra querida Alicia, es un texto de enorme calidad literaria.
ResponderEliminarFelicidades. Un abrazo.
Siempre me fascinaron las estatuas humanas, quizás por la semejanza que tienen con aquellos que no tratan de cambiar. Si tú no te mueves, ¿quién lo hará por ti?
ResponderEliminarPero tú, Mari Carmen, no cambies nunca.
Un abrazo.
Lo que menos importa, querida Frida, es el número porque el marco se diluye cada semana y lo que queda es la calidad de los textos y el esfuerzo personal. Esfuerzo que pronto veremos recogidos entre las hojas de ese libro que, independientemente de las votaciones, será de una calidad incuestionable.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por encontrar la frontera entre los dos mundos sobre una seta de cartón piedra.
Besos y un fuerte abrazo, compañera.
Qué curioso son las percepciones particulares, Jose Antonio, nunca me lo hubiera planteado desde tu punto de vista.
ResponderEliminarLo que si está claro es que nada es para siempre y que los cambios, los queramos o no, son inevitables. Aceptarlos y adaptarse es avanzar.
Yo cambiaré, y tú a mi lado ¿vale?
Besos y un fuerte abrazo.
Hermoso homenaje a la sensibilidad de esas personas que esconden tras una sonrisa pintada su verdadero drama.
ResponderEliminarArtistas de la expresión con apenas un guiño... Algo parecido a lo que haces tú con este corto pero delicioso relato.
Un abrazo mi querida y dulce observadora de la vida
Estimada Carmen:
ResponderEliminarSiempre me gusta recurrir a mis propias citas, pero tu texto, muy bonito por cierto me ha recordado a una frase de Séneca. Cito: "La vida es como una obra de teatro: no es la duración sino la excelencia de los actores lo que importa"
Recibe mi estima,
Montserrat Tejera.
hola, Mari Carmen, encantado de conocer tu escritura, tan sugerente. Sí, porque captaste fenomenal la poesía implícita en los mimos, en su silencio de estatuas vivas como detenidas en el tiempo con su cara pálida que a la vez sin quererlo nos interrogan, ¿dónde vaís?
ResponderEliminarsaludos blogueros
"Para comprender algo solo tengo que pensar mucho" es la frase que la niña curiosa de mi relatillo decía cuando había algo que no entendía.. me la ha recordado la que has puesto de Lewis C.
ResponderEliminarUn auténtico placer leeste , Atxia.
Beos y poemas¡¡
Es un grato placer leerte,
ResponderEliminarbonito espacio.
feliz fin de semana.
un abrazo.
Mi querida Rosa, en tus palabra siempre se combina la exactitud y la belleza.
ResponderEliminar“Artistas de la expresión con apenas un guiño.” Y tú hablas de sensibilidad...Qué bonito, estoy segura de que a ellos les gustaría ser evocados de esta manera.
Gracias por tu cariño y compañía.
Besos y un fuerte abrazo con todo mi corazón.
Querida Montserrat, tu visita siempre es motivo de alegría porque, ya sean de cosecha propia o prestadas, llegas con sabias palabras. Y es verdad, así es la vida, como el teatro...lo que importa, al caer el telón, es la calidad de los momentos vividos.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Hola, José Antonio, bienvenido a este espacio que espero concibas como tuyo, porque yo sólo pongo el medio, vosotros vuestras valiosas palabras.
ResponderEliminarQué interesantes resultan esas personas que maquillan su vida, ¿verdad? Sus máscaras avivan nuestra curiosidad. Hay tantos interrogantes tras ellas...
Gracias por tus palabras hacia mi escritura y por tu visita.
Un abrazo.
Qué razón tiene tu niña curiosa, Carmen, para comprender tenemos que pensar mucho.
ResponderEliminarDudar, cuestionar, investigar... atesorar formación para digerir la información... pensar, sacar conclusiones y volver a comenzar. El camino del conocimiento es inmenso, pero merece la pena adentrase en él.
Besos y un fuerte abrazo, siempre me alegra encontrarte tras la puerta.
El placer es compartir espacio y letras contigo, Ricardo, gracias por tu visita.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo.
Querida Mari Carmen, has elegido un tema muy interante y, desgraciadamente, de gran actualidad.
ResponderEliminarEs impresionante cómo se ganan la vida estas personas. Estatuas vivientes a la espera de una moneda en la gran urbe, donde la gente suele pasar indiferente. Ojalá, como dices en tu brillante relato,y aunque solo sea desde la ventana de la esperanza, puedan ver a Alicia en el otro lado del espejo.
Besitos.
Gracias, Mari Carmen, por seguir il mío blog, te sigo yo el tuyo, tan bueno. Un abrazo, guapa.
ResponderEliminarsaludos blogueros
“Hazme y deshazme en colores del tapiz que bordan tus labios. Ríete y sálvame del ahogo que trae a mis días la costumbre.”... ¿Será esto lo que le dice el conejo a Alicia mientras la espera al otro lado del espejo? :-D.
ResponderEliminarUna gran entrada en la que se lee mucho más de lo que está escrito.
Enhorabuena, Carmen.
Toñi
No hace falta caminar mucho para darnos de bruces con la dura realidad, ¿verdad? Y lo peor es lo que tú apuntas, la indiferencia. Acostumbrarse a la desgracia ajena me parece terrible.
ResponderEliminarPero mantengamos la esperanza, querida Mila. Hay una cita que me gusta mucho: “La ilusión vale cuando la realidad la toma de la mano.” Alarguémosle la mano, que no pase y nos encuentre con la mano encogida.
Besos y un fuerte abrazo, mi dulce soñadora.
Gracias a ti, José Antonio, tenemos mucho tiempo por delante para descubrirnos y conocernos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Toñi, como dijo Lewiss Carroll, ¿qué forma de proverbio prefieres: mejor tarde que nunca, o mejor nunca que tarde? Espero que hayas elegido la primera opción y sepas perdonar mi tardanza en contestarte.
ResponderEliminar“Hazme y deshazme en colores del tapiz que bordan tus labios. Ríete y sálvame del ahogo que trae a mis días la costumbre.”
Pobre conejo, oprimido por la eficacia, abrumado por la responsabilidad, casi vencido por el miedo. Sí, sería una gran frase. Encontrar la salvación en unos labios y en la risa... Me gusta.
Gracias Toñi por traer, desde Netwriters, esta pequeña joya de Rafael Bonaval. A cambio te debo ...
¿Te conformarías con un fueeeeerte abrazo?