Confidencias
Me niego a ser un fantasma
que se arrastra por finales injustos,
que juega con reglas inventadas para perder,
con la adversidad
como única ganancia posible en la ruleta.
Me desvío de la pandemia del “no puedo”
para buscar ese antídoto,
esencial y profundo,
que nace de la tierra y del aire
y que me ofrece un precario abrigo
para la tormenta que arrecia.
Escucho,
entre un amasijo de códigos indescifrables y misteriosos,
las sutiles confidencias
que la vida me ofrece
en silencio.
Me niego a ser un fantasma
que se arrastra por finales injustos,
que juega con reglas inventadas para perder,
con la adversidad
como única ganancia posible en la ruleta.
Me desvío de la pandemia del “no puedo”
para buscar ese antídoto,
esencial y profundo,
que nace de la tierra y del aire
y que me ofrece un precario abrigo
para la tormenta que arrecia.
Escucho,
entre un amasijo de códigos indescifrables y misteriosos,
las sutiles confidencias
que la vida me ofrece
en silencio.
Solo el que es capaz de escuchar las sutiles confidencias que ofrece la vida es suficientemente valiente para romper esquemas, para saber decir no, para salirse de la norma, para ser él mismo.
ResponderEliminarLa canción, no se si lo sabrás, me encanta, es una de mis preferidas.
Feliz domingo.
Un abrazo.
LAs confidencias como los secretos se rompen con nombrarlos....Un beso
ResponderEliminar¡Wow!
ResponderEliminarQue buen escrito..
Me gusto..
a pesar de que es algo que te carcome los huesos...
Besos mil.
Me encanta, Atxia. Eres sin duda la poetisa de Gigantes, la personificación de la elegancia. Felicidades.
ResponderEliminarMari Carmen, muchas veces la vida con su silencio nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban a preguntas que muchas veces nos hemos hecho.
ResponderEliminarBello tul hilado con palabras llenas de sentimiento.Enhorabuena.
Un abrazo
Qué razón tienes, Maribel, esas sutiles confidencias son las que nos enseñan a caminar firmemente sin dejar de volar, de soñar...lo suficientemente lento para entender y conocernos, para sentir, para aprender, para hacer proyectos...Con el optimismo de saber que tod@s merecemos ser felices y al lado de quienes nos hagan volar con los pies en la tierra.
ResponderEliminarSí, sabía que la canción te gustaría, y no me extraña. Aparte de tener una música maravillosa, creo que es el complemento prefecto para este poema. Tiene la nota de esperanza que lo impulsa, ¿no te parece?
“Cuando estás a punto de llorar recuerda
algún día todo habrá terminado
Un día, vamos a llegar tan alto
Y aunque es más oscuro que en diciembre
lo que viene es de un color diferente
Un día, vamos a llegar tan alto"
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Winnie, yo creo que el problema de que se rompan está en la persona en quien los deposites...y eso duele mucho porque, además, se destroza la confianza.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo,
Mi querida Muchita, me alegro de que te guste el poema a pesar de todo... Vivir no es fácil, por eso hay que parar, eliminar el exceso de energía o recuperar la perdida, confrontar intenciones y continuar.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Querida Frida, mira que eres exagerada...Eres giganta hasta en eso.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste el poema, estimo en mucho tu opinión. Gracias de todo corazón.
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Alicia, el silencio es el idioma de la empatía, es esa parcela personal que nos aleja del ruido ( todo lo que nos rodea) y necesaria para reencontrarnos con nuestra voz interior y no perder la identidad.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, por tus ánimos...por acompañarme.
Besos y un fuerte abrazo
"La pandemia del no puedo" me lo guardo para citarlo en algún momento.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Al igual que Luismi, yo escojo para guardarme la búsqueda del antídoto que me ofrezca un precario abrigo.
ResponderEliminarDa gusto leer este poema, Mari Carmen.
Un beso
Queridos Luismi y Nines, guardaros lo que deseéis. Que alguno de mis versos os acompañe, es una de mis ambiciones. ¿Dónde mejor podrían estar que junto a dos grandes poetas?
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras, no os podéis imaginar la alegría que me habéis dado.
Besos y un fuerte abrazo para los dos.
Yo también me quiero vacunar contra la pandemia del No puedo.
ResponderEliminarY no te lo plagio porque se va a notar.
Besazo
Bello es simplemente bello.
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen por compartirlo.
Querida Ana, ojalá hubiera una vacuna, pero me temo que no la hay. El “no puedo” es un virus y muy contagioso. Como en cualquier proceso vírico la cura se haya en nuestro interior, en la confianza en uno mismo, en nuestras capacidades y cualidades. Es una batalla dura que requiere un gran esfuerzo para no desanimarse en el intento...Pero, ¿quién mejor que nosotros para dirigir nuestra vida?
ResponderEliminarAna, las palabras no tienen dueño, son patrimonio de la humanidad. Puedes usar lo que quieras, además, me encantaría que lo hicieras.
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Bastet, yo soy la que debo darte las gracias, porque como decía Einstein, “la belleza no mira, sólo es mirada”
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Los racionales somos seres divididos en nuestra unidad más íntima. Por un lado nos sabemos limitados y por otro nos creemos inagotables con el poder de los deseos. Esa dicotomía produce en nosotros un estado melancólico permanente (no es una melacolía como la de un atardecer cualquiera, o la que vemos tras las puertas del otoño), pero no corrosiva ni eterna. Su cura está en el equilibrio, remedio que sólo se consigue con la meditación: escuchando los objetivos de nuestras aspiraciones y respondiendo con las posibilidades de que disponemos.
ResponderEliminarUn placer.
J. L. Salmerón
Uno sabe que no es nada - lo decía Pessoa y lo recoges tú - pero intenta luchar por los sueños. A veces los sueños pesan porque pesa la vida que los sustenta. Aún así el balance será positivo si ponemos en el platillo adecuado toda la esperanza que podamos, o nos quede. Este poema, confidencia y reflexión, tiene su parte dura ( los previos que deduce ) y su parte de impulso. Así que hagamos una mezcla de los dos para caminar. Las palabras, las buenas palabras, las que tienen y confieren significados, son un buen apoyo para ello. Y las palabras, con el mismo criterio, de algunos silencios también. Empujan el corazón. Cuando se saben, se conocen, se interpretan, se guardan.
ResponderEliminar¡Bienvenida al Club!.
ResponderEliminarMe niego a arrastrar los pies. No existe el "no puedo". Tengo un maravilloso diccionario para leer los sutiles códigos de la Tierra.
Y, más aún, no comparto la opinión de Pessoa. Soy más que algo: soy mucho.
Lo único realmente necesario es que este ejército aumente, que se haga inmenso.
Si, puedo.
Un beso muy grande por este poema.
Querida Mª Carmen, es tan importante ser capaces de dirigir nuestra vida y sin embargo un bien escaso que cada vez causa más víctimas.
ResponderEliminarToda mi admiración a ese "desvío de la pandemia del no puedo", tanto por lo que asoma detrás, como por ser un gran verso.
Un abrazo con mucho cariño
Querida Mari Carmen, un extraordinario poema donde se aprecia la inteligencia de la autora. Yo también me desvio de la pandemia y busco, en silencio, el dificil sendero en el que todos tengamos el mejor abrigo. En ese desvio, mientras persigo el camino y lo que veo en el horizonte no me gusta, me dedico a soñar.Retrocedo en el tiempo y vivo las palabras que escribió Kavafis:
ResponderEliminar"La delicia y el perfume de mi vida, es la memoria de esas horas en qué encontré y retuve el placer tal como lo deseaba".
Un besito.
Pessoa decía, Manuel: "No soy nada, se que no soy nada. Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo". Era todo menos nihilista. Luchó contra el exterior y contra si mismo, su timidez, su dificultad para comunicarse fuera de la escritura. Él nunca arrastró los pies. Por eso ha dejado la inmensa obra que ha dejado. Y Atxia es, precisamente, la esperanza hecha mujer. Y escritora. Estoy contigo en que no podemos dejarnos vencer por las circunstancias, no podemos dejar que nos anulen. Te pongo otra frase de Valle-Inclán: "No hay que estar a la altura de las circunstancias, sino por encima de las circunstancias". No siempre se puede. Pero para eso me vale tu frase en mi blog - perdona Atxia que utilice el tuyo - esa frase final y maravillosa que pusiste...pequeño saltamontes.
ResponderEliminarPort
(Estoy en un cyber, pues tengo problemas de internet y no me deja acceder con mi cuenta así que envío el comentario así)
Prueba tropecientosmil: ¿seré capaz de dejar esta nota? Chí lo sà...Por lo mismo, te escribí.
ResponderEliminarHace un tiempo, observando a unas gaviotas en el Cabo de San Vicente, supe sin dudas que, para el funcionamiento del mundo, su existencia y la mia tenían exactamente la misma importancia: ninguna (o toda, según).
Lo que importa es lo que dices: contribuír a hacer la vida un poco más vivible.
Un abrazo.
Me encanta Atxia, eres increíble..
ResponderEliminarPor casualidad he encontrado tu página y quiero hacerte una pregunta: ¿estás buscando al fotógrafo Miguel Jaúregui, que en el año 1897 tenía un estudio en la calle Real de Güines? Yo también querría saber datos de él; tengo una fotografía de mi abuelo, cuando la guerra de Cuba, que se hizo en este estudio, pero no sé nada más. Si no te importa, podríamos compartir las averiguaciones. Me llamo Montse.
ResponderEliminarQuerido Jose Luis, qué grata sorpresa, hace mucho que no se cruzaban nuestros caminos. Tu comentario es el resultado de una profunda reflexión, no exenta de sabiduría. Realmente en esa dicotomía nos movemos. Pero buscar ese equilibrio del que hablas no siempre se consigue con la reflexión. Descubrir cuales son nuestras capacidades, nuestras posibilidades, para conseguir lo deseado, sólo se sabe cuando se ponen en practica.
ResponderEliminarQue las reflexiónes nos impulsen, no nos limiten...
Gracias por venir a este espacio que espero lo hagas tuyo a partir de ahora. Sólo te pido que no nos ocurra como a los vecinos de tu texto, publicado en el blog de nuestro amigo común, Alex, ( http://caminarycontar.blogspot.com/) Yo siempre esteré encantada de verte.
Un abrazo.
Tienes razón, Emilio, los sueños pesan porque pesa la vida que los sustenta, pero más pesan cuando se tienen y no se intentan alcanzar.
ResponderEliminar¿Qué seríamos sin esos sueños que nos impulsan? Seres grises caminando en un mundo en penumbra sin dirección y sin sentido, girando constantemente sobre sus propias frustraciones y miedos, con la sonrisa doblada y guardada en el bolsillo...Tú no eres así, sabes que siempre el balance será positivo.
“El amor a lo imposible
como antídoto del olvido.”
¿Recuerdas estos versos finales? El amor a lo imposible nos sustenta, Junto a quienes empujan nuestro corazón.
Besos y un fuerte abrazo.
Querido Manuel, nunca he sido de pertenecer a clubes. No me gustan, me parecen restrictivos, pero eso era hasta ahora... Gracias por la bienvenida a ese club, éste si merece la pena, porque recupera ese espíritu de Sol que nos iluminó durante unos días.
ResponderEliminarSobre las palabras de Pessoa, como te comenta Emilio, los dos primeros versos no tienen sentido sin el último. Reflexionar sobre lo que somos, aceptar nuestra naturaleza, y, a pesar de todo, asegurar que se poseen todos los sueños del mundo, me parece un pensamiento valiente y lleno de esperanza...Aceptar la vida, es el primer paso para vivirla.
Tienes razón en que es necesario que el ejercito de “Todo es posible” aumente, es la manera de avanzar, de mejorar...y de que, como una vez dijiste, el fruto se haga maduro.
"Para que el SOL no se apague. Para que este espíritu que se ha extendido por el mundo entero, se haga fruto maduro..." ( Manuel Martínez-Carrasco)
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Rosa, poder dirigir nuestra propia vida es, para mí, la esencia de la libertar. Algo a lo que todo el mundo tiene derecho y que, como bien apuntas, cada vez escasea más. ¿No te parece que cuando más se busca, más se aleja?
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo, corazón. La cuenta atrás ya ha comenzado, de las decenas pasaremos a las unidades. Pronto ese abrazo dejará de ser virtual
Querida Mila, ante todo gracias por traer esas bellas palabras de Kavafis, que demuestra, una vez más, que las esencias se encuentran es frascos pequeños.
ResponderEliminarYa sabía que tú también te desviarías de la pandemia del “no puedo”, ningún soñador que se precie puede estar infectado por ese virus y tú eres, lo has demostrado, una de las mejores... De las que sueñan y de las que luchan por conseguirlo. Como botón, ahí está tu libro, y la sonrisa que arrancas, con tu alegría, a los que están a tu lado.
Tú con tu amistad contribuyes, y mucho, a que ese horizonte sea mejor.
Besos y un fuerte abrazo, mi dulce soñadora.
Oleaje, lo has conseguido jajaja...A ver quién es capaz de parar el impulso del mar.
ResponderEliminarToda existencia es importante para que sobreviva un ecosistema. Todos cumplimos una función, si un eslabón desaparece, se rompe la cadena...Y no lo dudes, mejorar la vida de los que nos rodean, apoyando, aportando aunque sea un poco de felicidad, es poner un grano, aunque sea minúsculo, para que la realidad dé menos reveses.
Besos y un fuerte abrazo
Querida Carmen, imaginaba que por tu forma de ser tan positiva, tan luchadora, te gustaría el poema...Tú si que eres increíble. No cambies nunca.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Hola Montse, siempre he pensado que el destino es menos caprichoso de lo que parece y tu aparición lo confirma una vez más. No tenía intención de buscar al fotógrafo Miguel Jáuregui, pero ahora, ¿quién sabe?
ResponderEliminarEl texto que has leído está ajustado en los bordes desgastados de un retrato que se hizo en su estudio. Es una de esas fotografías que pasa de unas manos a otras, generación tras generación, y que guardo como un tesoro. Nadie sabe quién es, no tiene nombre ni recuerdo. Es la sombra de alguien que debió ser importante para algún familiar mío. Siempre me fascinó y desde pequeña he fantaseado sobre quién sería... Me daba pena que sólo quedara ese retrato como memoria de toda una vida. Tú abuelo tiene más suerte, se mantiene vivo en tus recuerdos.
Gracias por venir, ha sido una bella sorpresa.
Un abrazo.
Hola Mari Carmen,
ResponderEliminarTu dominio del lenguaje poético me deslumbra; además, sabes encajar perfectamente la forma y el fondo, el continente y el contenido.
Estoy contigo: me niego a dejarme arrastrar por la masa. Eso es personalidad y lo demás son tonterías.
Un abrazo.
Hola Mari Carmen. Suscribo lo dicho por Jose, qué dominio del lenguaje y las emociones.
ResponderEliminarYa somos legión luchando contracorriente :)
Un beso grande
Liuva y Jose Antonio, habéis conseguido ruborizarme. ¿Dominar el lenguaje? Qué más quisiera, lo que ocurre es que a veces, ante mi desesperación, se apiada de mí y me deja encontrar algún texto que merezca ser compartido con vosotros, querid@s amigos.
ResponderEliminarMe alegro de que os apuntéis a mis filas y a las de todos los que quieran mantener un espacio de libertad personal, por mínimo que sea.
Gracias a los dos por vuestras palabras y cariño, da gusto tener amig@s como vosotros.
Besos y un fuerte abrazo.
Mari Carmen: Saber escuchar los silencios de la vida. Es reconocernos vivos, sensibles, capaces y antetodo minúsculos, frente a lo que ella es. Texto muy lindo, mas para penetrar en el. Un beso.
ResponderEliminarEscuchar a nuestro prójimo realmente nos hace mejores personas.
ResponderEliminarQuerida Rosaura, ¿qué pequeños y frágiles somos, verdad? Cuánto mejor nos iría si abandonásemos esa postura arrogante de quién se cree dueño del universo, en lugar de saberse parte de él.
ResponderEliminarGracias por dejar tu huella y querer compartir este espacio, siempre enriqueces los lugares con tu presencia.
Besos y abrazos de todo corazón.
David, bienvenido de nuevo. Tus comentarios son escuetos, pero siempre llenos de palabras certeras. Qué razón tienes, escuchar nos enriquece y nos hace mejores.
ResponderEliminarGracias por aportar tu luz, veo que quizás ya la hallaste...
Un abrazo.
El mejor antitodo es saber escuchar y saber decidir.
ResponderEliminarfeliz fin de semana.
Todos deberíamos apartarnos de la pandemia del "no puedo" y ponernos en cuarentena para no caer enfermos de impotencia.
ResponderEliminarNo puedo añadir nada que no hayan dicho ya todos tus comentaristas, así que ya me callo :)
Besos
¡Qué pasada, Atxia! Es magnífico... eres un hada de las palabras, una curandera del alma.
ResponderEliminarFelicidades!!
Qué razón tienes, Ricardo, al darle importancia a saber escuchar como base de nuestras decisiones. Escuchar es un arte y un gesto de sabiduría, aunque difícil porque implica atención, esfuerzo y comprensión.
ResponderEliminarEjercitemos la habilidad de escuchar para no caer en un monólogo egoísta que no conduce a nada.
Gracias por tu comentario y tus buenos deseos.
Un abrazo.
Mi querida Nanny, no se si debemos ponernos en cuarentena, lo que si podemos hacer es utilizar los antígenos que poseemos, los pensamientos. Tenemos que ser positivos y confiar en que podemos cambiar las cosas.
ResponderEliminarWinston Churchill dijo.” A cada paso que damos creamos nuestro propio universo.”
Demos el primer paso, el segundo, el tercero...No podemos mantener viva la enfermedad.
Y por favor no calles nunca, me gusta escucharte ;-))
Besos y un fuerte abrazo.
Querida Laura, me gusta lo de curandera del alma... Ojalá fuera verdad y pudiera curar.
ResponderEliminarUn beso mi hada favorita.
Afirmar ser persona y librarse de las cadenas del no puedo. Vestirse con afirmaciones que permiten avanzar, para escuchar a la propia vida es un don que no muchos conocen o quieren aplicar a sus rutinas.
ResponderEliminarSer valiente con el destino merece como mínimo un brindis.
Felicidades.
un cálido abrazo, egunon.
Nel
Querida Nel, está claro que tener pensamientos positivos no aleja los problemas y dificultades que nos impone la vida, pero nos ayuda a encontrar más rápidamente una solución y a salir más fácilmente de ellos. Los pensamientos negativos son limitadores, frenan nuestros pasos y hacen que nos sintamos peor con nosotros mismos.
ResponderEliminarComo decía Martín Luther King “ Da el primer paso con fe. No tienes que por qué ver toda la escalera. Basta con subir el primer peldaño”
Brindemos por el destino, linda flor, tenemos mucho espacio en blanco que rellenar...
Besos y abrazos de algodón
“No puedo”. ¿Quién dice eso? Quizá alguien que tiene miedo, alguien que no ha escudriñado sus adentros y por eso no sabe de sus posibilidades, sus capacidades para hacer frente a las confidencias fantasmales que nos ofrecen los ruidos –más que los silencios— de la vida.
ResponderEliminarSí la naturaleza corrige sus propios defectos ––al menos eso dicen algunos filósofos––, también el hombre se corrige a sí mismo, se supera a si mismo, porque está dotado de la facultad que le permite, con su esfuerzo, crearse las capacidades que le permitan salir del “amasijo de códigos indescifrables y misteriosos” que le atenazan con el “No puedo”.
Podemos. Basta querer.
Besos y abrazos para todos.
Faustino del Monte
Realmente estupendos tus versos. Un placer haberme pasado de nuevo por tu casa.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
“también el hombre se corrige a sí mismo, se supera a si mismo, porque está dotado de la facultad que le permite, con su esfuerzo, crearse las capacidades que le permitan salir del “amasijo de códigos indescifrables y misteriosos” que le atenazan con el “No puedo”.
ResponderEliminarMagnífica reflexión, querido Faustino, yo también tengo fe en el hombre y en sus capacidades de regeneración, de adaptación y de superación, si no fuera así hace tiempo que nos veríamos inmersos en una involución, y sin embargo continuamos, a pesar de los contratiempos, avanzando y progresando. Además yo creo en la magia y al fuerza del pensamiento.
La misma magia que ha hecho que precisamente seas el comentario número cincuenta, número que me trae gratos recuerdos de dos buenos amigos.
Besos y un fuerte abrazo.
Gracias Hiperión por tu palabras y tu visita, siempre es grato encontrarte.
ResponderEliminarLa puerta siempre está abierta, ven cuando lo desees...pero siempre con la sonrisa.
Besos y un fuerte abrazo
Estimada Mari Carmen:
ResponderEliminarComo muy bien dijo Henry F. Amiel: La vida es un aprendizaje de renunciamiento progresivo, de continua limitación de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestra fuerza, de nuestra libertad.
Por otro lado, creo que cuando la la vida nos presenta motivos para llorar, debemos hacer un recorrido por la bola del mundo y darnos cuenta de que tenemos mil razones para reír.
Excelente texto.
Un abrazo.
Montserrat Tejera.
Querida Montserrat, inteligente comentario, como también lo es la frase de Henry F. Amiel. Es cierto que la vida es un aprendizaje de renunciación, de elecciones en las que cedemos a parte de nuestra identidad, de nuestra libertad...Es un precio que se debe pagar a cambio de nuestras quimeras, sueños y afectos.
ResponderEliminarSe dice que la vida no es un lecho de rosas, o quizás si, pero con espinas. Por suerte la Naturaleza nos ha dotado con dos grandes escudos la mente y el corazón, que nos aportan la sensibilidad necesaria para apreciar, como bien dices, esas razones para sonreír.
Gracias por tus palabras hacia mi texto y bienvenida a mi casa, que deseo que la sientas como tuya.
Besos y un fuerte abrazo.
Aquí, para verte vivir con motivo de fuerza. Lindo poema.
ResponderEliminarGracias, Rosaura, siempre encontraremos una razón para vivir. Tenemos que mirar en nuestro interior, allí es donde reside nuestra fuerza.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.