-Qué paz se siente en el pueblo...Estando aquí parece que todo sigue igual. ¿Recuerdas que bien lo pasábamos cuando éramos niños? Sin obligaciones, sin horarios, con la libertad que no teníamos en la ciudad.
-(....)
-Mientras venía hacia aquí he visto al Señor Román. Cómo corría detrás de nosotros cuando subíamos a la torre de la iglesia a tocar la campana jajaja.-(...)
-¿Recuerdas cuando atamos con cordones nuestros tobillos, para acompasar nuestros pasos, y les decíamos a todo el mundo que éramos gemelos artificiales? Juramos no separarnos jamás.
María se quitó uno de los cordones de los zapatos y lo depositó con dulzura sobre la tumba de Luis.
- Adiós, amigo mío...Ha llegado la hora de que te deje marchar.
Tu relato me ha emocionado...Hay amistades que sólo la muerte separa...bss
ResponderEliminarQuerida Mari Carmen, evocador texto que invita a la reflexión, mientras contemplamos la realidad de este viaje. Un viaje en el que sufrimos y gozamos, sin haber sacado billete para hacerlo. Eso no importa, pues lo agradecemos; en definitiva, nadie quiere que la gira llegue a su fin, a esa meta de finales inconclusos marcada con las cadenas, rotas ya, que con tanta fuerza nos ataron a lo que nada vale: las bajas pasiones que alimentan el deseo de lo efímero y de la materia.
ResponderEliminar"María se quitó uno de los cordones de los zapatos y lo depositó con dulzura sobre la tumba de Luis". Allí se rompieron los lazos que unieron lo que ya nunca existirá, pero como sabes: "cuando algo muere, nace un sentimiento". Y allí nació, seguro, el germen que mantendrá vivo a Luis en la memoria de quienes compartieron con él el camino.
Agradecido por compartir este texto creativo, recibe, como siempre, todo mi cariño.
Alex
Precioso relato Mari Carmen, con un final inesperado y emocionante.
ResponderEliminarUn beso
Hola Mari Carmen,
ResponderEliminarEmotivo relato sobre lo difícil que es desprenderse de los seres queridos.
Tengo la sospecha de que, cuantos más años cumplimos, menos solos estamos.
Los recuerdos de los que ya no están nos acompañan, y nosotros hacemos cosas que ellos hacían sin darnos cuenta. Somos parte de ellos.
Un abrazo.
Querida Winnie, estamos unidas por círculos de palabras, silencios y afectos, gracias a los cuales nos vamos conociendo y descubriendo poco a poco. Imaginaba que esta entrada te emocionaría...Quiero pensar, y estoy casi segura de que compartes mi opinión, que la muerte sólo altera el plano físico, nada más.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Gracias, Ana, por compartir cada pasaje, cada historia...por tu compañía constante y el ánimo que siempre me transmiten tus palabras. Significa mucho para mí que me digas que he sido capaz de emocionarte y sorprenderte.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo
”Tengo la sospecha de que, cuantos más años cumplimos, menos solos estamos.
ResponderEliminarSomos parte de ellos.”
Y ellos de nosotros, Jose, porque con su presencia nos han alimentado y nos han hecho crecer. Fragmentos de su esencia habita en nosotros, y no sólo en la memoria, sino en los gestos...Son parte de nuestras referencias en la vida.
Es bonito ese pensamiento de que según pasa el tiempo estamos menos solos. He reflexionado sobre ese punto y creo que tienes razón.
Gracias por tus comentarios agudos y perspicaces, siempre me regalas alguna frase de la que me quedo fascinada. Debajo de mi crápula favorito mora un gran pensador.
Besos y un fuerte abrazo.
Querido Alex, tus comentarios siempre me hacen sentir bien. Ese "cuando algo muere, nace un sentimiento" lo llevo grabado en mi memoria junto las imágenes de un tronco moribundo y el brote de una flor.
ResponderEliminar¿Siempre importa más el contenido que el continente, verdad? El barro se deshace, los afectos y la memoria no...la luz se vuelve tenue, quizás más pasajera, pero no desaparece.
Gracias por esa flor que crece cada día más bella...
Besos y un fuerte abrazo.
Me ha impactado mucho el final. Cuánto dicho en tan pocas palabras.
ResponderEliminarfelicidades
Luismi, es duro decir adiós a un ser querido...pero es imprescindible, la vida continua.
ResponderEliminarGracias por tus palabras de aliento.
Besos y un fuerte abrazo.
Qué bonito relato corazón. Qué forma tan hermosa de dejarnos ese final y esa despedida que sólo puede nacer del amor. Ese amor que permanece vivo más allá de un cuerpo... más allá de la posesión.
ResponderEliminarGracias por este ratillo delicioso en esas horas donde a veces nos empeñamos en buscar sentido al sentimiento.
Un abrazo en libertad... sin cordones
Mari Carmen, el corazón me ha hecho boom boom, pero con mucha fuerza. Has sabido mezclar ese gusto por la nostalgia, por los recuerdos del pasado (que siempre nos parece mejor), con un impactante y bellísimo final. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mari Carmen, he intentado situarme en el lugar dónde nos has dejado con este bello texto. Acompaño también mis palabras de despedida.
ResponderEliminar"No sé si podré algún día archivar nuestro pasado, porque cada centímetro cúbico de mi ser parece estar sacado de tu complicidad, porque mi caminar te buscaba cada día para verte sonreír y mi alma siempre llegabas segundos antes que mi cuerpo, porque fuimos tan semejantes aunque casi ni nos dimos cuenta de ello. Solo deseo que no sea tarde, que el reloj se detenga antes de mi crepúsculo, porque en el día en que pueda alejarse tu recuerdo, desgraciadamente, en ese instante empezaré también a morir…
Un fuerte abrazo.
Dice la letra de unas conocidas "sevillanas"..."Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va..." Las canciones tienen mensajes sencillos, pero claros, y la música que los envuelve hace que se recuerden permanentemente. Tu relato, lleno de poesía, da que pensar, y da, aún más, que sentir. Amistad y amor, en mi concepto de la vida, se confunden. Son sentimientos similares cuando son de verdad, cuando se sienten más allá de la idea social de ambos, muy poco profunda en ocasiones. Yo los equiparo cuando enganchan con algo que no suele ocurrir: la entrega incondicional cuando el otro lo necesita. Todo lo demás son palabras...y sensaciones poco claras, sensaciones difusas, que, muchas veces, se diluyen al primer soplo. Tú y yo tenemos amigos de verdad. Muchos y pocos a la vez, pero sabemos que existen. No, no voy a citar nombres - alguno común ha escrito aquí mismo su comentario - pero estoy seguro que ellos y ellas depositarían esos cordones a nuestro lado si faltaramos. Y nosotros a su lado si ocurriera al contrario.
ResponderEliminarEs difícil escribir algo más bello sobre la amistad, el cariño, y la memoria, que lo que has escrito. Es hermoso, especial, emociona, llega dentro...
“Ese amor que permanece vivo más allá de un cuerpo... más allá de la posesión.”
ResponderEliminarMi querida Rosa, tú comprendes lo que es el amor, y la amistad que no deja de ser otra manera de amar. Sabes que no es algo físico, que es algo que siempre llevamos...porque los amigos no son las personas que vemos, sino las que sentimos.
Como te siento yo, mi querida amiga, cubriéndome con el cariño que pones en cada palabra.
Besos y un fuerte abrazo nada virtual.
Maribel, sabes que tus palabras significan mucho para mí por el respeto que te tengo como escritora y el cariño como persona. Recibo tu enhorabuena como el mejor de los premios que se me pudiera entregar.
ResponderEliminarMiles de gracias por tus enseñanzas y tu empuje.
Besos y un enorme beso.
"No sé si podré algún día archivar nuestro pasado, porque cada centímetro cúbico de mi ser parece estar sacado de tu complicidad, porque mi caminar te buscaba cada día para verte sonreír y mi alma siempre llegabas segundos antes que mi cuerpo, porque fuimos tan semejantes aunque casi ni nos dimos cuenta de ello.“
ResponderEliminarQuerida Alicia, por desgracia no puedo desearte que no utilices esta bella despedida, la vida es así, pero despedirse no es olvidar. Es aceptar una situación y no agonizar en vida, es archivar ese pasado convirtiéndolo en memoria , es decir a quienes nos quisieron que estamos bien...
No es una despedida definitiva, es lo que quieren escuchar antes de transitar a otra dimensión. Yo creo que el Universo no desperdicia nada, sólo lo transforma y allí los volveremos a encontrar.
Gracias por estar siempre a mi lado.
Besos y un fuerte abrazo.
“Amistad y amor, en mi concepto de la vida, se confunden. Son sentimientos similares cuando son de verdad, cuando se sienten más allá de la idea social de ambos, muy poco profunda en ocasiones. Yo los equiparo cuando enganchan con algo que no suele ocurrir: la entrega incondicional cuando el otro lo necesita. Todo lo demás son palabras...y sensaciones poco claras, sensaciones difusas, que, muchas veces, se diluyen al primer soplo.”
ResponderEliminarHermosa definición, Emilio, del amor y la amistad. Estoy de acuerdo contigo la amistad es amor, quizás incluso la más desinteresada junto al amor a los hijos.
El amigo es aquella persona que te acompaña, la que te da la mano cuando no puedes más, la que te acepta como eres...Los amigos no se buscan sino que se encuentran y sabes que siempre, la distancia no es excusa, están allí.
Para mí la amistad es un techo en la irrealidad del mundo.
Besos y un fuerte abrazo, amigo.
Los que me conocéis ya sabéis la pasión que siento por Antoine de Saint-Exupéry. En sus textos encuentro muchas semejanzas con mi modo de entender la vida.
ResponderEliminarÉl escribió lo que yo siento...
Para tod@s vosotr@s con todo mi corazón.
“Seguro que por esta razón, amigo mío, necesito tanto tu amistad. Tengo sed de un compañero que, por encima de los litigios de la razón, respete en mí al peregrino de aquella hoguera. Algunas veces necesito saborear de antemano el calor prometido y descansar, un poco más allá de mí mismo, pensando en esta cita, que algún día será la nuestra.
¡Estoy tan cansado de las polémicas, de los exclusivismos, de los fanatismos! Yo puedo entrar en tu casa sin tener que vestir un uniforme, sin verme obligado a recitar un Corán, sin tener que renunciar a nada de mi patria interior. A tu vera no tengo que disculparme, no tengo que defender, no tengo que probar; encuentro la paz, como en Tournus. Por encima de mis torpes palabras, por encima de los razonamientos que pueden confundirme, tú, en mí, sólo tienes en cuenta al Hombre. En mí reconoces al embajador de creencias, de costumbres, de amores personales. Si difiero de ti, lejos de perjudicarte te enriquezco. Me haces preguntas como se pregunta al viajero.
Yo, como todos, necesito ser reconocido, contigo me siento limpio y por eso me dirijo a ti. Necesito ir a donde me sienta limpio. No han sido mis fórmulas ni mis andanzas las que te han permitido saber quién soy: ha sido el aceptar quién soy lo que, en todo caso, te ha hecho ser indulgente tanto con estas andanzas como con aquellas fórmulas. Te estoy agradecido por haberme admitido como soy. ¿Para qué necesito un amigo que me juzgue? Si acepto a un amigo que cojea en mi mesa, le ruego que se siente, no le pido que baile.”
Querida Mari Carmen.La infancia es, quizá, la etapa más signifícativa en la vida de las personas. La mía fue maravillosa y la recuerdo cada día. Algunas de las personas con las que compartí juegos en aquellos tiempos, ya no están físicamente entre nosotros. Sin embargo siguen vivas en mi corazón. Es una sensación tan íntima que no sabría explicarla.
ResponderEliminarMe ha encantado el texto.
Felicidades.
Querida Mila, sé lo importante que es para ti la infancia y sabía que tú especialmente disfrutarías con este texto. Guarda esos recuerdos, es la manera de mantener vivos a quienes quisimos. Memoria y corazón es una buena mezcla.
ResponderEliminarUn beso mi dulce soñadora.
Espero que continúes cosechando tantos éxitos como has hecho hasta ahora. Se te ve tan feliz...y yo contigo.
Me gustó cuando lo leí la primera vez, me sigue gustando esa despedida tan suave a pie de tumba, a pie de vida...
ResponderEliminarUn texto delicioso.
Siempre he pensado que el oleaje es la voz del mar siempre fiel, con sus respuestas, a mis pensamientos y sentimientos, y veo que no me he equivocado. Hoy llega hasta aquí para hacerme sentir su calor, su compañía...”a pie de vida” Qué bonita imagen...GRACIAS.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo