Lluvia de tiempo
El futuro transformado en lluvia de tiempo y arena errante
empuja al presente hacia el abismo de un embudo de cristal.
Arena errante
Arena acunada por el viento donde deja el océano su rastro de sal.
Arena de fuego que la Tierra extiende como bálsamo sobre sus heridas.
Arena sagrada de dioses y titanes donde habita el misterio de la eternidad.
Arena sigilosa que guarda la antorcha del pensamiento en ciudades perdidas.
Arena del desierto que el viento mezcla con las cenizas dormidas del volcán,
uniendo en la costa lo que el mar pretende separar.
Arenas errantes de mis tarros de cristal.
Cuando viajo, siento que un pedazo de mí se queda en cada lugar enredado en los paisajes, en las gentes...A cambio traigo la maleta llena de sensaciones, aromas...Lecciones que me demuestran que no hay más fronteras que las que la mente no quiera traspasar.
ResponderEliminarEl mundo es amplio, el corazón de las personas el mismo.
El recuerdo más valioso que traigo de mis viajes es un saquito de arena de cada país que conozco. Cada uno distinto, con su identidad. Con la esencia que el paso del tiempo y sus gentes dejan en ella. Son las arenas errantes de mis tarros de cristal.
Las arenas errantes de mis tarros de cristal. ¡Qué bien suena! Parece que hubiera unos misterios en cada una de esas palabras. Y el conjunto resulta ensordecedor. Es la imagen de un niño al borde de un infinito.
ResponderEliminarDe verdad, me gusta esta casa de lluvia y arena.
Pongo el pie,
ResponderEliminary mi vida entera se resume en la huella sobre la arena
que con palabras de agua salada
me trae voces de un tiempo pasado
que no ha de volver.
Pongo el pie,
y sólo escapa espuma crepitante,
el débil pulso de la brisa
y su temblor de pez capturado.
Un gélido viento esparce la arena de de la vida
por la playa de la serenidad,
donde las olas del recuerdo golpean
a modo de ráfagas de silencio.
Mari Carmen, si exprimes un puñado de arena mojada nunca conseguirás extraer ni una gota de agua. La arena es la esencia de la vida. Cada uno de los granos es como un pequeño recuerdo. Cuando paseamos por el borde de la playa, se pueden recuperar todos esos momentos maravillosos. Yo creo que eso es lo que intentas hacer con los saquitos de arena que vas trayendo de tus viajes. Es una manera de intentar mantener los buenos momentos atrapados en un tarrito de cristal.
Un abrazo
Esos versos del principio de tu comentario, Alicia, son de una extremada profundidad y belleza. Antes de pasar a hablar de la maravillosa entrada de Mari Carmen, lo que hará mi amigo Port ( tanto monta, monta tanto...) quería hacer esta apostilla.
ResponderEliminar"Pongo el pie,
y mi vida entera se resume en la huella sobre la arena
que con palabras de agua salada
me trae voces de un tiempo pasado
que no ha de volver"
Espléndido. Pura filosofía detrás de un precioso texto.
David Nihalat
En esas arenas se mezclaron, no sólo la historia de los lugares exteriores que visitaste, sino los sueños interiores que alimentaste. Arenas que son espejo y testimonio del silencio que acompaña la luz de tu sombra, la silueta exterior de tu mirada. Esas arenas te pertenecen. Igual que nosotros pertenecemos al paisaje que habitaron. Arenas que sujetan el viaje, pese a su levedad.
ResponderEliminarMuy buena la imagen de la arena como bálsamo sobre las heridas de la tierra. Y de sus pobladores.
ResponderEliminarUn beso, Mari Carmen
Arenas doradas, blancas, verdes, rojas, rosas, negras...
ResponderEliminarArenas que transmiten serenidad, claridad, inmensidad...
Arenas sabias, que hablan, que susurran historias...
Carmen, estas arenas tan solo nos piden unos minutos de nuestro tiempo... Tú se lo has dedicado.
Gracias por escucharlas. Y por favor no dejes de hablar con ellas, ni con otras muchas que te quedan por conocer.
Enhorabuena y besos.
Toñi
Querido Santiago, cada palabra encierra un misterio. Y cada grano de arena una historia, suma del paso del tiempo y del rastro dejado por los hombres en el mundo... Porque caminar por la vida es ir repartiendo pedacitos de uno mismo en el viaje.
ResponderEliminarGracias por compartir el latido del Universo y la vida conmigo.
Besos y abrazos.
Alicia, Sobre los versos que inician tu comentario, poco puedo añadir a lo dicho por David. Estupenda y bella reflexión.
ResponderEliminarComo el preciado perfume destilado y guardado en esencieros...en mis tarros de cristal guardo la esencia de los países y lugares que conozco.
Culturas milenarias que pugnan por salir a la luz y esfuerzos de los pobladores actuales por no caer en la oscuridad. Espejismos mudables de parajes inhóspitos que la superación del espíritu humano los hace habitables. Leyendas, deidades, misterios, sueños...también pesadillas, miedos, muerte...Esencia de la vida y de nuestro paso en ella.
Un beso y gracias por tus bellas palabras.
“Arenas que sujetan el viaje, pese a su levedad.”
ResponderEliminarEmilio, tienes razón. Estas arenas sujetan el viaje...Lo más importante para disfrutar de un viaje es el espíritu con el que lo inicias. Si caminas por el mundo, que para mí es viajar, con una mente abierta y sin fronteras, sin perder jamás la capacidad de asombro con ideas preconcebidas, si buscas el esplendor en lo sencillo y la sencillez en lo grandioso...disfrutarás del viaje y del destino.
Y las arenas te pertenecerán y tú a ellas.
Un beso, gracias por entender mis arenas.
Querida Ana, me gusta la palabra bálsamo. Una caricia, unas palabras de consuelo, una sonrisa...o la arena son aceites esenciales que calman las heridas de las que nadie, en el transcurso de la vida, estamos libres.
ResponderEliminarGracias por estar siempre, tu presencia también es un aceite esencial.
Besos y un fuerte abrazo.
“Arenas doradas, blancas, verdes, rojas, rosas, negras...
ResponderEliminarArenas que transmiten serenidad, claridad, inmensidad...
Arenas sabias, que hablan, que susurran historias”
Querida Toñi, tú vives el antes, el durante y el después de cada uno de mis viajes.
Conoces estas arenas y, aunque para algunas personas parezca una excentricidad, sabes lo que significan para mí...y por tu comentario hasta has aprendido a escucharlas.
Un beso enorme y gracias por ver mis dunas de arena como una unidad de colores.
Me siento viento y recorro cada arena: sobrevuelo montañas, recojo orillas, comparto secretos con la misma Cleopatra, siguiendo tus pasos escritos.
ResponderEliminar!Qué belleza, esencias depositadas con mimo en tarros de cristal, Mariatxu, tarros de Bihotzez.
Comprendo que tu colección de vivencias esenciales nutren tu nevera, tu despensa, estos tarros duermen y despiertan sobre los estantes de tu alma.
Imagino las etiquetas de cada tarro, de cada mimo, saber guardar lo positivo de la experiencia rd fr mujeres sabias.
Cuando me levante iré directa al contenedor para tirar para siempre todos mis tarros de lo profundo, que conservan penas inútiles.
No sabía por qué guardaba tanto tarro de cristal vacío, sin etiquetar. Gracias por hablarme de una realidad que está por llegar.
Y recogeré arenas finas, transparentes, gruesas, saladas, de colores, secas, mojadas. Las colocaré sobre mis tarros vacíos, escribiré, como tú, bellas etiquetas para recordar en positivo.
Leerte es degustar pequeños tarros de Bihotzez.Creo que sin saberlo me he convertido en coleccionista.
;-D
Nel
Hola Mari Carmen,
ResponderEliminarTus arenas me transportan a países lejanos. Estoy seguro que están impregnadas de la cultura a la que pertenecen. Con lo que a mí me gusta mezclarme con otras formas de pensar, de sentir...
Estamos hechos para compartir.
Un abrazo.
Fe de erratas:
ResponderEliminarQuería decir "estoy seguro de que..."; defecto profesional.
Por cierto, no eres tan rara. Yo, cuando era más joven, coleccionaba objetos olvidados: un trozo de peine, un fragmento de lápida, un huesecillo de ave...
Un abrazo.
Querida Nelken, en la arena se encuentra almacenado nuestro rastro y se funde con la energía fuente de la vida.
ResponderEliminarEsa energía nos mantiene unidos y conectados. Es curioso que el azar, en lo que parecen actos fortuitos y sin sentido, realiza las conexiones que se hacen más fuertes y evidentes entre semejantes.
Esa unión, que crece cada día y sin fronteras, es la que te ha transformado en viento. Y te ha hecho volar...porque sientes mis arenas y los pensamientos, escondidos en cada grano, como tuyos...como nuestros.
Cada arena guarda un secreto en su corazón y tú has sabido encontrarlos.
Abre los tarros, que se evaporen las penas...pero guarda su profundidad para rellenarlos de arenas de colores y esencias.
En agosto tenemos una magnífica oportunidad para rellenar el primero de tu colección y ampliar la mía con polvo de estrellas...puedes ir pensando en una bella etiqueta para recordar. ;-D
Bihotzez.
“Estamos hechos para compartir.”
ResponderEliminarJosé Antonio, qué bella reflexión, me gusta tu forma de pensar.
Conocer distintas culturas es interesantísimo. Además creo que es necesario para ampliar nuestra manera de pensar, de mirar, de caminar por la vida...Siempre desde el respeto, todos tenemos algo que aportar y mucho que aprender.
No sé si soy rara, no me importa...esas “rarezas” son las que nos hacen únicos y especiales. ¿No te parece?
Gracias por viajar conmigo, un fuerte abrazo.
Vengo de cruzar la frontera y me sumerjo en un bello desierto de arena, que como lluvia de tiempo cae grano a grano en un embudo de cristal. Bellísimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Maribel, espero que hayas disfrutado de este viaje por mis mundos interiores. Suena placentero en tus palabras.
ResponderEliminarGracias.
Que tengas buena semana.
Besos y abrazos.
Querida Mari Carmen:
ResponderEliminarDevolviendo una amable visita.
Me a parecido soberbio el poema de la Arena errante. Más allá de que se lo debas a tu costumbre de guardar arena de los lugares que visitas.
Intención, estructura anafórica perfecta, sugerencias múltiples, tensión humana sobre un elemento aparentemente inerte, intensidad que trasciende lo telúrico, en el puro estilo kantiano...Es una delicia.
¿Me dejas que lo lleve a la última sesión de mi Tertulia-Taller de poesía como ejemplo para los colegas? Les vendrá bien.
Gracias por tus palabras para nuestro "Fea y con gracia". Es un honor que nos escuches/veas, amiga. A ver cuándo en directo y con una cervecita o un café delante.
Enrique
¡Que barbaridad! he puesto "a" del verbo haber sin la "h". Pido perdón a los que se hayan visto golpeados por el desafuero.
ResponderEliminar¡echemos la culpa a los ordenadores!
Enrique
Querido Enrique ha sido un agradable despertar el que me has brindado.
ResponderEliminarNo te imaginas lo que significan estas palabras viniendo de un magnífico poeta como lo eres tú.
Claro que te dejo el poema para tu Tertulia-Taller. Para mí es un gran honor que te agradezco de todo corazón.
Gracias a Soledad y a ti por regalarme minutos de buen humor tan necesarios en estos tiempos. Espero que pronto sea en directo, el espectáculo es digno de ver.
Besos y abrazos.
PD.
Aprovecho para animar a todos los compañeros y amigos a que pasen por el blog de Enrique. “Fea y con gracia” no os defraudará. Será fea...pero no os imagináis la gracia que tiene. Y el salero que desprenden Enrique y Soledad.
Querida Mari Carmen:
ResponderEliminarPoco colorido darán mis flores al bello jardín construido por quienes me precedieron en este vergel que ha crecido sobre la arena fértil de tus palabras, ungidas con el riego y el don de tu sensibilidad.
Cuando viajamos dejamos nuestras huellas en el asfalto, harto de recoger señas llenas de prisas e impersonalidad; en el barro, modelado por los deseos de quienes vamos cargados de ilusiones y volvemos llenos de recuerdos; en los mosaicos de piedra o cerámica de palacios y monumentos, esculpidos con el acontecer de crónicas milenarias...
Pero tú, Mari Carmen, además de dejar tus huellas en esos lugares de paso, itinerantes a la vez, te traes como insignia de identidad las huellas marcadas en las arenas de allí donde vas.
Arenas del desierto, que saben del peregrinar, de la soledad, de los miedos y de la esperanza que transita por caminos sin hitos frente a horizontes inciertos...
...Arenas de las tormentas, sin domicilio fijo, que no dicen dónde van ni cuentan de dónde vienen, que pregonan los dolores de aquellos pueblos que cegaron, y cantan los loores de los lugares donde enjugaron los lodos amasados con la tempestad de sus lágrimas...
...Arenas de las playas placenteras, donde nos solazamos con cara de vacación y lejanía, después de guardar en los baules los trapos sucios que no gustan, o de olvidar por unos días los gestos menos gratos de la vida.
Ahí, en todas esas arenas están los granos de nuestra existencia, y la existencia de otros trotamundos que dejaron allí su estela, su marca invisible de identidad para nosotros.
Arenas, arenas, arenas... Que sean arenas integradoras, arenas pacificadoras, que unen en su mezcla el espíritu de la unidad universal. Amén.
Mari Carmen, besos y abrazos cariñosos para tí, y recuerdos respetuosos para tus arenas.
Felicidades.
Alex
Precioso poema lleno de sugerencia y profundidad. Muchas gracias por tus cálidos comentarios.
ResponderEliminarUn beso
Mari Carmen:
ResponderEliminarMe han gustado mucho estas letras dedicadas a "la arena"; esas partículas a las que nadie hace caso, las pisan sin darse cuenta de cuanto bien... Si supieran aplicar su "medicina"...
Besos.
Querido Alex, tienes razón. Alrededor de mi casa se está construyendo un bello jardín cuidado con esmero por todos vosotros. Plantas exuberantes de intensos colores, arroyos y cascadas de palabras cristalinas...Y en él no podían faltas tus bellas flores, siempre esperadas y deseadas.
ResponderEliminarFlores impregnadas de aromas, imperceptibles a la vista, que tú sabes ver. Esperanza ante la soledad y el miedo. Alegría ante las tormentas y lagrimas...Y uno de los mayores encantos de la vida: la amistad.
Tu entiendes mis arenas y sientes mi poema...porque sabes mirar la vida.
Besos y un enorme abrazo.
PD.
Las flores silvestres, renacer cíclico de la vida, son las que mejor aroma tienen.
Luismi, me alegro de que te haya gustado este poema...la belleza está en vuestra mirada y la profundidad en vuestro pensamiento.
ResponderEliminarGracias.
Besos y abrazos.
Querido Jesús:
ResponderEliminar“El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas"
"Lo esencial es invisible a los ojos"
Estas dos frases de Antoine de Saint-Exupery es una buena manera de caminar por el mundo ¿No te parece? En las cosas sencillas encontramos grandes hallazgos.
Supongo que tras tu estancia junto al mar ( no sé si antes o después de visitar El Pilar)... seguro que puedes añadir alguna percepción a la mías.
En cuanto a lo de aplicar su “medicina”, lo veo un poco difícil pero podemos empezar por una envoltura de lodo. Según dicen es beneficioso para el organismo. Es un principio
Besos y un gran abrazo, me alegro de tu vuelta.
Estimada Mari Carmen:
ResponderEliminarGran parte de la fina arena se halla en los arrecifes de coral, sobre todo, la caliza que es molida a través de la digestión del pez loro.
Esto de las arenas y el coral me ha recordado a la espléndida obra: "Corales" de nuestro amigo Emilio.
Esas arenas errantes en tus tarros de cristal, son pequeñas partes de vida que conservas en tu interior universal. ¡Qué bonito!
Tu comentario inicial me gusta tanto como el poema. Y no olvidemos lo efímeras que son las huellas sobre la arena. Haces bien en conservar esos saquitos y mantener intocable la pisada del recuerdo.
Me ha hecho gracia la nota aclaratoria de Enrique poque al leerlo me chocó esa "a" y al leer el siguiente comentario...pensé: ¡cómo se le iba a escapar!
Todo un placer devolverte la visita.
Recibe un fuerte abrazo con afecto y mi felicitación por este profundo y excelente texto.
Cris.
Poco más, Mari Carmen, puedo decirte. Contarte tal vez una experiencia personal. Recuerdo que la primera vez que llevé a mi hijo a la playa no no le impresionó el mar sino la superficie de arena: la pisaba con una precaución desconocida como el primer hombre en la luna. Levantaba los pies como si le quemara.
ResponderEliminarLos granos de arena tan solitarios y tan complementarios.
Hola Cristina.
ResponderEliminarLa Arena es la esencia con la que está formada la Tierra. No distingue entre continentes. Su espacio-tiempo nada tiene que ver con el tiempo de los hombres. Cada grano tiene su dimensión particular con retazos de aquellos que las pisaron.
La arena, incluso, es la portadora de uno de los aromas que más me gusta, el de la tierra mojada tras la lluvia.
Bienvenida a mi casa, que espero sea tuya. Y gracias por tu bello comentario...tú también has dejado una huella a mis arenas errantes.
Un fuerte abrazo.
¡Aster, qué alegría!!!
ResponderEliminarPara no poder decir nada más, me has dicho mucho...Compartir un recuerdo, nuestras joyas más preciadas, es un regalo de amistad y confianza. Y sobre todo si es tan bello como el que relatas.
La mirada de un niño da la dimensión justa a cada cosa, la importancia necesaria. Te has fijado lo felices que están jugando con la arena. Les das un cubo, una pala, un poco de arena y a crear o recrear mundos.
¿Será que mi atracción por la arena significa que una parte de mi infancia sigue viva dentro de mi?
Gracias por venir compañero.
Un fuerte abrazo bihotz-bihotzekin.
Hola llego a ti a través del blog de Cristina Barreto, vine a ver tu blog, pero al leer el mensaje de tus comentarios me he identificado con lo que dices de tu colección de arena, yo también hago lo mismo y en tarros de cristal, y también traigo piedras y las colecciono.
ResponderEliminarSigo por aquí leyéndote
Saludos
Hola Marian.
ResponderEliminar¡Qué sensación más maravillosa cuando sientes el tacto de la arena y proyectas en cada grano una historia, un sentimiento...o localizas un sueño!
Yo también tengo alguna piedra y, además, en mi casa tengo obras de una magistral escultora: La Naturaleza. No hay formas más hermosas, mas brillantes...que aquellas que va moldeando con el paso del tiempo y minerales.
Verter sensaciones y encontrar alguien que las comparta es gratificante.
Agradezco tu visita.
Saludos cordiales.