La alacena
Tras un cristal opaco, lejos de miradas indiscretas, esconde el alma secretos,
recuerdos, silencios... Retazos de una vida ordenados en los estantes de una alacena.
Lleva de un lugar a otro de la memoria imágenes, sin olvidos ni ausencias,
protegiéndolas del paso del tiempo que amarillea las hojas .
Escolta los pensamientos por un camino de preguntas. Y los guarda, junto a sueños y
promesas, en el fondo de un porvenir que transita entre esperanzas y sueños de certeza.
En los días grises recoge miedos y desencuentros, los encierra bajo llave y, cuando las
sombras se convierten en luz, los libera en el sonido del viento.
Ella es la única capaz de abrir los goznes de la puerta, impecable en mi pasado y
mi presente.
Ella…el alma.
El reflejo de mi alma también está en la música...Esta canción es mi deseo para los que habitáis en mi alacena.
ResponderEliminar"Ojalá una estrella vespertina
pose su luz sobre ti.
Ojalá cuando la oscuridad caiga,
tu corazón te sea fiel.
Sigues un sendero solitario,
¡cuán lejos estás de tu hogar!
Mornie utúlië (La noche ha llegado)
Ten fe y hallarás el camino.
Mornie alantië (La noche ha caído)
Ahora una promesa vive en ti.
Ojalá la llamada de las sombras
se aleje.
Ojalá tu viaje continúe
hasta que luzca el día.
Cuando superes la noche,
ojalá despiertes y veas el sol.
Mornie utúlië (La noche ha llegado)
Ten fe y hallarás el camino.
Mornie alantië (La noche ha caído)
Ahora una promesa vive en ti."
"May it be." Enya
Yo tengo la alacena tan desordenada... todo ahí, mezclado a mogollón. Las penas y las risas, los amores y los desencuentros y me da mucha pereza poner orden.
ResponderEliminarMuy bonito tu escrito con esa canción tan relajante.
Un abrazo
Alacena...qué lugar tan bonito para el alma.
ResponderEliminarLa palabra alacena me trae recuerdos de mi infancia, de mi abuela...En una de las esquinas de la cocina tenía una alacena donde guardaba en tarros de cristal las joyas pulidas con sus manos: las conservas...Eran reliquias hechas con amor, ilusión, añoranza...
Cuando, terminadas las vacaciones, nos volvíamos a Bilbao, mi abuela entre paños, bordados por ella, envolvía los tarros y se los daba a mi madre. Mi madre conservaba esos tarros como el más preciado de los tesoros...Los abría en ocasiones muy especiales.
Ahora, con el paso de los años, entiendo el valor que tenían esas conservas para mi madre...Eran una parte de mi abuela: el alma.
Bonita canción...Gracias y enhorabuena por esta entrada.
Besos.
Toñi
En un con-curso sobre la palabra más bella del diccionario muchas personas eligieron la palabra alacena. Estas son algunas de las razones que dieron:
ResponderEliminarSonia Perez, de MALAGA:
"Recuerdo a mi abuela mandándome a la alacena a por rosquillas. Y es una palabra sonora y bonita, aunque este en desuso porque las viviendas ya no tienen alacena"
Carmen Alvarez, de Madrid:
"Su sonido que parece que acaricia, es acogedor, es una palabra diferente...no tiene derivados, ni compuestos, ni aumentativo, ni diminutivo..."
Horacio Guia, de Caracas(Venezuela):
"Es una palabra de origen árabe, que, a la vez que identifica un simple mueble, con lleva un hermoso nombre femenino"
Elisa de Armas de Sevilla:
"La elijo por su sonido...la a es acogedora, la l y la c, dulces, la n, rotunda. Porque me recuerda la casa de mi abuela en Carmona, con sus suelos de ladrillo, frescos y recién regados en verano, y su alacena con puertas de madera y cristal"
María Navarro de Palma de Mallorca:
"Mis razones son que es la más bonita palabra que he oido nunca"
Fidel Montes, de Malgrat de Mar:
"Me gusta por su musicalidad y por su procedencia...lo que en realidad somos, mezcla de vida y culturas"
Bien...a mi me gusta por todas esas razones y por el precioso poema en prosa que has escrito. Porque el alma es una alacena con madera y cristal imaginarios que almacena y esconde cosas pero que recibe y refleja la luz.
David Nihalat
Mari Carmen, me gusta la palabra alacena para enraizarla con el alma. Además el que ambas empiecen por al y terminan por a, como mi nombre, hace que las sienta muy de cerca.
ResponderEliminarCreo que tus palabras lo dicen todo. Sólo añadiría que tanto la alacena como el alma son mucho más valiosas cuando al buscar en ellas se encuentran llenas, no en cantidad, sino en calidad.
Un abrazo.
Alacena, merienda-cena, maicena, son palabras muy favoritas que pertenecen al universo de mi abuela y mi bisabuela.
ResponderEliminarComo Toñi, yo también aprendí de ellas a hacer conservas y mermeladas en tarros de cristal, escribir bellas etiquetas con el contenido, la fecha, buscar telas para juntar el cristal con su tapa.
De alacena en alacena una copa de cristal muy antigua fue de mujer a mujer hasta a mí. Por mudanzas no está en mi alacena con vinos queridos por padre, pero pronto muy pronto, daré a esa copa el lugar que merece.
Un bellisimo texto que se saborea mejor con una segunda lectura, al repetir cada palabra da sentido a la anterior y nos acercamos al compartir el espacio colectivo que alberga esta palabra tan favorita por nuestros ancestros.
Enya, un regalo para los sentidos y tú para el corazón.
Muakalitos
Perdonadme el muy favoritas y el tan favoritas, estoy con alumnos norteamericanos y se me ha pegado, jeje.
Estaba seguro, Mari Carmen, que recogerías el reto de la alacena.
ResponderEliminarTus versos describen todo lo que uno puede guardar de las miradas indiscretas: los amores, los miedos, los deseos... Sin embargo, para mi gusto, falta un sentimiento. O podría llamarlo emoción. La vida es más llevadera gracias a él.
De lo que me conoces, supongo que sabrás cuál es.
Un abrazo.
Los libros de texto de Lengua suelen poner esta palabra como un ejemplo más de arabismo -del ár. hisp. alẖazána, y este del ár. clás. ẖizānah- junto con muchas más comenzadas por al-.
ResponderEliminarSu origen le da aún mayor atractivo. Hoy en día le toca competir con muebles más cool a los que nos referimos en francés.
Hermosa alacena, Mari Carmen.
Como Nelken, aprendí lo que era una alacena en casa de mi abuela. Como tu, ordené allí retazos de mi vida que, a pesar de todo, no consiguieron ganar la batalla al tiempo y fueron amarilleando...
ResponderEliminarPero... aún en sepia, a veces los libero y sonrío. Me hace bien recordar que un día fueron vividos.
Que hermoso reflejo de tu alma Mª Carmen. Enya pone ese toque final necesario a veces para seguir.
Un beso y gracias
¿Sabes?
ResponderEliminarPocas personas enseñan su alma. La muestras tan bonita...
Un beso.
Ana, en el mayor de los desordenes se puede hallar el orden. Como casi todo es personal. Lo que importa es encontrar lo que buscamos y saber dónde localizarlo.
ResponderEliminarLa alacena es una buena manera de guardar lo que nos importa: recuerdos, sueños, secretos...alegrías y penas.
No importa cómo sino por qué y para qué.
Besos y abrazos.
Querida Toñi, la palabra alacena tiene aroma de hogar, de infancia...sabores a melocotón, a fresa...y, como tú dices, a ilusión y amor.
ResponderEliminarMe alegro de que mi alacena haya abierto la tuya...Supongo que el reencuentro con tu abuela ha sido placentero.
Soñar con alacena
-Soñar con una alacena limpia y ordenada, significa que todo irá bien en casa. Una vida feliz y ordenada, sin estridencias.
-Soñar con una alacena sucia, desordenada, con objetos rotos... anuncian problemas en casa, peleas, una mala rachas...
Te deseo que sueñes con una alacena limpia y ordenada.
Un fuerte abrazo.
Me alegro David que te guste esta palabra, estás de suerte. En el hipotético caso de que esta palabra cayera en desuso, no desaparecería, ya está apadrinada por veinticuatro personas.
ResponderEliminarEs una palabras preciosa, con una sonoridad especial...con los bordes del pensamiento de un gran amigo que me la prestó.
Besos y abrazos.
PD.
¿Sabes una cosa curiosa? En Google nunca sabes lo que puedes encontrar. Buscando cosas interesantes sobre la palabra alacena, encontré la palabra unida a un apellido: el de nuestro amigo Emilio.
El escudo de armas de Porta es: en campo de azur, una alacena de oro con las puertas abiertas.
Aquí ya llegó el verano. ¿Qué tal se presenta el invierno en Australia?
Tienes razón Alicia, para eso es una alacena, para guardar cosas de gran calidad que son las que importan. Las demás se van con el sonido el viento.
ResponderEliminarEntre las cosas importantes se encuentran, como dice Kirmen, días de abejas de leche y prados de cera....que hemos compartido. También hay un lugar especial: La Nieve. Y para que lo añadas a ese recuerdo, este poema que espero que te guste.
NOCHE Y NIEVE
Me asomé a la ventana y, en lugar de jardín, hallé la noche
constelada de nieve.
La nieve hace tangible el silencio.
Es el desplome de la luz y se apaga.
La nieve no quiere decir nada:
es sólo una pregunta que deja caer millones de signos
de interrogación sobre el mundo.
( José Emilio Pacheco )
¿A que es precioso?
Besos y abrazos.
Querida Nelken, de alacena a alacena esa copa que elevaste un día para renovarnos como la primavera...De alacena a alacena tus recuerdos, tu abuela y bisabuela que hace tiempo dejaron de ser desconocidas para mí, tus tarros de conserva de frutas, de flores...De tú alacena a mi alacena.
ResponderEliminarGracias por estar siempre.
Bihotzez.
José Antonio, claro que recogería el reto, siempre lo hago Aster es testigo de ello, no por competir sino por ponerme a prueba. Aunque esta vez ha sido más que un reto... sentía que debía hacerlo.
ResponderEliminarNo creas que falta el sentimiento, emoción, estado de ánimo...El humor es la llave que utiliza el alma para encerrar los miedos y desencuentros de los días grises. ¿Por qué te referías al humor verdad?
Un fuerte abrazo.
Qué maravillosa es la unión entre culturas. Lástima que la mayoría de las veces en lugar de buscar puntos de unión, encontremos diferencias que nos separan.
ResponderEliminarHay un arabismo que me gusta mucho: es Alazán (Del ár. hisp. *alaṣháb, y este del ár. clás. aṣhab ). Me encantan los caballos...y un caballo árabe alazán es maravilloso.
No sufras Aster la alacena se está poniendo de moda...como todo en la vida es cíclico, hasta en los muebles.
Un fuerte abrazo.
Me confieso Rosa, yo también conocí la alacena con mi abuela. Tenía una casa grande. En el comedor, una preciosa alacena donde guardaba sus propiedades más preciadas...
ResponderEliminarRecordar es bueno en sepia, en blanco y negro o en color. La batalla contra el tiempo no se pierde hasta que los recuerdos se diluyan...hasta que no encuentren unos labios a los que hacer sonreír.
Gracias por compartir tu sonrisa.
Besos y un fuerte abrazo.
Jesús puede que tengas razón.
ResponderEliminarQuizás las personas esconden su alma por no sentirse vulnerables...el alma guarda fortalezas y debilidades.
De todas la formas el alma no se puede esconder, está en nuestros pensamientos, en nuestras acciones, en nuestra mirada...y, en nuestro caso, en nuestra prosa y versos.
Me alegro de que te guste lo que muestro de mi alma...la que veo tras tus poemas tampoco está mal.
Besos y abrazos.
- Cierra los ojos. ¿De que color son las nubes?
ResponderEliminar- Blancas.
- Abre los ojos. ¿De qué color son las nubes?
- ( ......... )
Un abrazo muy fuerte Santiago.
PD.
Pasar a ver qué hermosas nubes hay en el blog de Santiago. Ya me contareis...
Qué bonita bateria de respuestas...todas ellas. Comentarios y contracomentarios unidos en la literatura y la amistad. Tu blog es pura armonía, un remanso de paz que empuja a ver las cosas mejores de lo que quizás son. O son mejores al hacernóslas ver así con tu escritura.
ResponderEliminarEntre cosas tan bonitas como el nuevo poema de Jose Emilio Pacheco y su definición de la nieve, hay una que me atañe directamente: el escudo de armas de Porta. Qué emotivo descubrimiento. Es curioso, azur y una alacena...parece magia.
Me quedo con esa imagen que, de alguna manera, abrocha la amistad que, con tanta generosidad, cultivas. Gracias Mari Carmen por todas tus palabras. Las de la entrada, que son especiales, y las que acompañan, con ilusión, nuestras visitas a tu página.
Gracias Mari Carmenn, es un poema precioso. No me lo voy a llevar. Siempre recordaré que está guardado en esta preciosa alacena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí Mari Carmen, así es el alma y muchas cosas más, claro,pero todo comienza detrás de un cristal o velo opaco.
ResponderEliminarEl alma es Sagrada, viaja con nosotros, está en este Mundo, pero no pertenece a este Mundo.
El alma es la que nos aporta la armonía y la paz, esas cosas tan difíciles de encontrar hoy en día cuando hay tanto desequilibrio mental
Un abrazo y gracias por llegar a mi tierra de letras.
Quizás tienes razón Emilio y las cosas no son como quiero que las veáis...o quizás si.
ResponderEliminarSi he conseguido que encontréis un remanso de paz, todas y cada una de mis palabras son justificadas y reales...como lo son los sentimientos de cariño y amistad que me inspirasteis al escribirlas.
No te imaginas cuál fue mi sorpresa cuando al buscar en Google alacena encontré la palabra unida a tu apellido. Primero pensé que sería algún poema tuyo, o algún artículo, pero al clikear...Sorpresa: sobre azur (mi color favorito) una alacena de oro. El escudo de armas de tu apellido. Casualidad, magia, destino...tu me prestaste la palabra, ahora te la devuelvo de esta manera. Nuestra amistad reforzada y ampliada.
Gracias por tus palabras...las escritas y la prestada.
Un abrazo.
Alicia, sabía que te gustaría el poema ¿Verdad que es maravilloso?
ResponderEliminarLo guardamos aquí en esta alacena. No sé si era preciosa. Ahora, con cada una de vuestras palabras...sí lo es.
Bihotzez.
Si Marian, el alma es esto y, como tú dices, mucho más.
ResponderEliminarEs la fina línea que une lo abstracto y lo concreto. Es la impulsora de nuestra realidad y la garante de nuestros sueños. Es silencio, armonía, luz...y equilibrio.
Gracias a ti. La visita a tu tierra ha sido un placer.
Un abrazo.
Estimada Mari Carmen:
ResponderEliminarAlacena de dos llaves, la una entra cuando la otra sale. Y así mantener el alma ordenada. Abrir la alacena y dejar marchar con el viento los malos sueños guardados, para luego cerrarla cuando el corazón se refleja en las copas de un cristal traslúcido y brillante.
Todo corazón es una alacena repleto de vivencias. Me parece genial la idea de limpiarlo de impurezas para que tan solo permanezca el aire puro aquel que ayuda a bombear y no permite que se ensucien las arterias.
Felicidades por tu poema.
Recibe un fuerte abrazo,
Cris.
Tienes razón Cristina, hay dos llaves. La del cariño y amistad, y, como le digo a José Antonio, la del humor.
ResponderEliminarNuestro camino por la vida está lleno de experiencias. Algunas, la mayoría, gratificantes, otras dolorosas.
Con la amistad, el cariño de quienes nos rodean y un poco de alegría llenamos el corazón de recuerdos, sueños, proyectos...y de la misma manera, esas llaves nos ayudarán a lanzar al vientos los miedos y desencuentros.
Tus palabras me animan a continuar escribiendo. Muchas gracias.
Un fuerte abrazo.
Mari Carmen las nubes son blancas, las nubes son negras, y grises, y cuando el sol saca su paleta de pintor, al atardecer, incluso rosa, y amarillas. Algunas caoba. Y por la noche, con luna al fondo, plata lorquiana.
ResponderEliminarPero todo esto es pura apariencia. Todo esto es sólo la vibración de la luz ante nuestros ojos. En realidad las nubes son un engaño. Son agua travestida, agua de vacaciones, agua ensañando el nirvana.
Lo sé porque en mi alacena yo tengo algunas nubes enlatadas. Sí, nubes del ayer, de Persia, de una niña abandonada que llora en medio de una plaza de arena que el viento levanta, nube de ojo de elefante, nube sombrero, nube de estrellas...
De vez en cuando abro una lata y me la voy tomando, siempre muy lentamente, que el cielo es así, lo excelso. Y eso se da poco.
Un beso.
Hoy, el mar entra por mi ventana en una cortina de bruma que lo inunda todo. Es una gasa con olor a sal. Una gasa que difumina contornos y deja espacio a la imaginación. No veo tejados, ni edificios que recortan el horizonte...Siento la paz de nuestras montañas verdes caminando hacia el mar.
ResponderEliminarTienes razón Santiago, las nubes son pura apariencia. Pronto los rayos del sol rasgarán la cortina. Pero mientras tanto disfruto de las montañas, del mar...y de tus nubes enlatadas.
Besos y abrazos.
¡Bravo. baríssssssimo, Cara Amica!
ResponderEliminarEsto sí que es un Comentario Literario: poesía. Me dejas en el filo de la emoción, de alambrista nocturno, a veinte metros de las llamas, intentando no caerme.
Santiago, ahora la que se ha quedado sin palabras soy yo.
ResponderEliminarMi comentario no es mas que el reflejo del tuyo, lo que tus palabras ha provocado en mi al leerlas.
Por eso me gusta la Blogsfera. Porque es una reacción en cadena de pensamientos y sentimientos que utiliza como vehículo de comunicación nuestro amor por la literatura. Empiezo a entender la frase de Emilio “Ser es escribir”
Gracias de todo corazón.
Un fuerte abrazo.
¿Quien no tiene una casa de su abuela con Alacena, Mª Carmen?. En la de mi querida abuela había. Mi memoria es tan pobre que ni sé lo que había en aquella alacena. Solo se que en ella, y en la casa que la envolvía, crecieron mis sueños y mis fantasmas.
ResponderEliminarLo del alma... Eso es otra historia. El alma creció al aire libre, a merced de los vientos y las calmas. El alma se sitúa, desde siemrpe, en un lugar tan impreciso, que es muy dificil que ni un solo rayo de sol la alcance.
Prefiero tostarme la piel a merced de los elementos que puedo olfatear. Allá, dentro, vaya Vd. a saber donde, el alma teje su maraña de sentimientos que quizá nunca sepan superar el laberinto para ver la luz.
Un beso.
Querido Manuel, ya sabía yo que a tu espíritu libre esto de las puertas, cristales opacos y llaves no le gustaría.
ResponderEliminarMi alma nació al aire libre con aroma de naturaleza y mecida por el sol...pero necesita un lugar donde convertir los frágiles instantes en eternos. Una alacena donde guardar secretos, recuerdos...y sueños.
Las puertas sirven para preservar y para retener. Quizás tengas razón y haya sentimientos que se queden sin ver la luz...o quizás no.
Gracias por traer siempre una brisa suave y refrescante.
Un fuerte abrazo.
Alacena es una palabra que realmente
ResponderEliminarveo a todos nos trae recuerdos muy bellos y nos remonta a unas vivencias irrepetiblesy por ello aun mas valiosas.
Abracitos