Poco de lo que diga sobre Pedro P. de Andrés os va a
sorprender porque, aunque voy a referirme a su faceta literaria, no
podemos olvidar que, Literatura y vida siempre van unidas y que, como dijo
Aristóteles, al fin y al cabo somos lo que hacemos.
Conocí a Pedro a través de la plataforma cultural Netwriters,
de la que es uno de los participantes más activos. En esa red social literaria,
además de foros y grupos temáticos en los que interactuar, se ofrece la
posibilidad de participar en concursos semanales con los que aprender y crecer
como escritores. Cuando comencé a leer sus relatos en dichos certámenes,
a pesar de que su narrativa me resultó, al
principio, un tanto barroca, me atrajo poderosamente por sus imaginativas
tramas, el uso tan original que hacía de algunas acepciones y, sobre todo, por
sus asombrosos finales.
Cuando se comienza a escribir
hay que dejar de lado la imagen romántica del escritor que decide
iniciar una novela, se sienta ante una hoja en blanco y comienza su trabajo
hasta terminar una historia, sólida y conmovedora, con la palabra fin, solo
con la inspiración. Convertirse en escritor lleva tiempo. Pedro es consciente
de que es un proceso particularmente largo y complicado, que requiere esfuerzo
y constancia. Si hay algo que le caracteriza, además de una
predisposición natural para la escritura, es su ansia de aprender y la falta de
ego a la hora de admitir críticas y sugerencias. A base de revisar,
reescribir, y poner todas sus herramientas en beneficio de lo que
quiere contar, ha logrado un estilo ágil, directo y elegante, sin perder un
ápice de su originalidad. Lo podréis comprobar cuando tengáis en vuestras manos «El
libro de las historias fingidas».
Muchos de sus primeros textos están reunidos en este
libro. Recuerdo que, cuando los recopiló para una posible publicación, comenzó
a seleccionarlos según épocas, temas… pero no encontraba un marco que les diera
sentido, hasta que un día me dijo, «y si…» Ese
condicional, en él, siempre es el inicio de una búsqueda, de un nuevo
itinerario literario que de cobijo a su inquietud constante. Inspirado en «Las
mil y una noches» y en Sherezade, ese personaje que, en cierto modo, todos los
escritores llevamos dentro, creó una historia que les dio unidad. Una ficción
en la que descubrimos la trayectoria vital y literaria de un protagonista que
se ve impelido, por una fuerza sobrenatural, a convertirse en escritor y que no
deja de ser el reflejo de la del mismo autor y, por ende, de la de cualquiera
que se acerque por primera vez a la escritura.
Os invito a que toméis su mano y le
acompañéis al interior de una sima del bosque, donde, según sus palabras, todo
es posible y nada es lo que parece… Entre sus páginas hallaréis fantasía, magia y
misterio, pero también realismo, porque Pedro no espera a que la musa aparezca
y le encuentre trabajando, sino que sale a buscarla. Él sabe que la inspiración
está en todas las partes y descubre la belleza, lo inusual, el humor… el
simbolismo de lo cotidiano. Porque, al fin y al cabo, el Arte en general,
y la Literatura en particular, no es sino la vida cotidiana cargada de sentido.
Patrick Rothfuss, uno de los autores favoritos de Pedro, dijo que la fantasía no es el medio para escapar de nuestro mundo, sino que es un descanso, un momento de retiro. Hoy contamos con la generosidad de Pedro, que nos presta su imaginación, para obtener uno de esas merecidas pausas.
Qué bien me conoces :)
EliminarUn beso muy grande.
Fue un verdadero placer acudir al bautizo del nuevo retoño.
ResponderEliminarMari Carmen, pedro, gracias a ambos por ese momento de descanso y retiro en el que pudimos disfrutar de vuestras palabras.
Un abrazo.
Estoy entusiasmada por todos los bautizos que llevamos este año: Alex, Maribel, Pedro… y enseguida José Antonio. Estamos de enhorabuena, Alicia :-)
EliminarBesos y muchos abrazos
Me ha encantado esta introducción al autor y a su libro. Se me antoja que, además del cariño y admiración por la persona, en tu texto se esconde bastante de identificación con el escritor, con su labor callada pero constante. Muy de acuerdo con la afirmación de que escribir es dar sentido a lo cotidiano, pero ¿acaso no es también maravilloso vislumbrar el sinsentido y reírnos de él?
ResponderEliminarUn abrazo.
Que nunca nos falte el humor o una sonrisa, José Antonio. Como dice el refrán: Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír ;-)
EliminarBesos y muchos abrazos
¡Que acertadas tus observaciones sobre la escritura de Pedro, Mari Carmen. Era la primera vez que nos vimos y fue un auténtico placer haber asistido a aquella primera presentación que hizo en Madrid y a las siguientes. Es uno de mis amigos escritores favorito, siempre me sorprenden sus relatos.
ResponderEliminarBesos y abrazos para Pedro y para ti Mari Carmen Azkona.