“Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los
que espero no existen.”
……………………. (Alejandra
Pizarnik)
Atado al recuerdo
Mario mira desde la ventana de su habitación a un grupo
de niños que juegan en el parque.
—Hola, cariño, te traigo la merienda. Pero… ¿por
qué estás tan triste?
—Hola mamá… Es que mis amigos ya no vienen a jugar
conmigo...
La madre sonríe a su hijo mientras acaricia su mejilla, cubierta con barba incipiente. Mario no comprende que sus amigos hace veinte años que dejaron de jugar.
La madre sonríe a su hijo mientras acaricia su mejilla, cubierta con barba incipiente. Mario no comprende que sus amigos hace veinte años que dejaron de jugar.
Qué bien contado ese destiempo, esa tristeza.
ResponderEliminarQué manera de encoger el corazón en seis renglones.
Abrazo enorme, niña dulce.
Solo las personas sensibles, como lo eres tú, poseen el don de encoger y expandir el corazón :-) Gracias por compartir su ritmo conmigo.
EliminarBesos y abrazos.
A Mario hay que decirle que, a pesar de todo y de todos, recordar también es vivi, aunque a veces uno se pueda desgarrar un poco por dentro.
ResponderEliminarMari Carmen, cuánto dices en tan pocas palabras.
Un abrazo.
Así es, Alicia, no recuerdo quién fue el que dijo que el único paraíso del que no podemos ser expulsados es la memoria, allí todo se mantiene vivo.
EliminarBesos y abrazos.
De esos momentos vivimos algunos y con corazones como el tuyo, se digiere la vida mejor.
ResponderEliminarGracias por tus grandes palabras.
Un beso
Antonio
Poesía es leer tus versos
disfrutando con ellos,
porque tú eres poesía
en mi silencio.
Molina
Gracias a ti, Antonio, por tu cercanía, por tu aliento, y por buscar poesía allá dónde mires :-)
EliminarBesos y abrazos.
Y mire tus ojos y encontré poesía, la que brotaba sencilla y cuerda desde lo profundo de tu propio corazón, porque tu eres poesía.
Eliminarun beso
antonio
Antonio, has conseguido que me sonroje... Solo puedo decir gracias :-)
EliminarEsos relatos en que la vida - con sus alegrías y sus tristezas, pero siempre con su emoción - se derrama y nos hacer pensar y sentir, y nos acercan a la esencia del devenir humano...Esa literatura que llega a la mente y al corazón y, brevemente, nos hace saber que el giro del planeta lleva en él el alma de las cosas...y la memoria - aún la imposible - de todas las personas. Tú nos traes lo concreto de lo infinito de la existecia y el transcurso, lo que se ve y lo que no se ve, lo que alumbra la oscuridad o lo que acompaña el brillo aparente de los sucesos y los sueños. Esta literatura que tú tan bien conoces y nos ofreces...gracias, Atxia.
ResponderEliminarGracias a ti, Emilio, por tus bellas palabras y por esa reflexión de lo que es mi escritura. Has hecho un buen retrato :-) Pensar, sentir, poner las palabras y la mente a las órdenes del corazón… para, de ese modo, acercarnos a la esencia de la vida, y no alejarnos de ella.
EliminarBesos y abrazos.
Imposible pasar de largo ante este micro, Mª Carmen.
ResponderEliminarAunque tantas veces nosotros, los "normales", pasemos de largo ante el dolor de los seres que nos acompañan. Hay dolores tan esenciales, tan inmediatos, que nos parecen superfluos.
Uno de ellos es el que produce la soledad, sin duda. Más aún cuando se adereza con el asombro.
Un beso.
Normales… Qué término tan terrible, qué inaceptables varemos utilizamos para dictaminar quienes están dentro y quienes fuera, ¿verdad? Y luego nos llamamos seres humanos… Pero por suerte hay personas que no piensan así. Gente como tú, Manuel, que no has podido pasar de largo ante este micro, que sabes que ellos nos hacen grandes y que su dolor es el de todos.
EliminarGracias por romper la soledad de Mario y acompañarme a mí.
Besos y abrazos.
Como un insecto en el ámbar, atrapas eso tan atemporal que es la nostalgia y dejas a la imaginación del lector la historia de este hombre con corazón de muchacho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Jose, por rellenar los huecos de la historia de este niño grande y adentrarte en su corazón. ¿Qué extraño músculo este capaz de romperse con una palabra y repararse con una caricia, verdad?
EliminarBesos y un fuerte abrazo.
Yo también hace mucho tiempo que dejé de jugar, pero todavía me siento niño. Por eso estoy triste, porque ya no soy niño, y porque, lo peor de todo, me da vergüenza jugar en la patria del poeta.
ResponderEliminarIacob
La patria del poeta… ¿Qué es eso, Iacob? Yo no entiendo más patria que la que llevamos dentro, que la que vamos diseñando, desde nuestro interior, con nuestros sueños y pensamientos… Y en esa nadie tiene que sentir vergüenza. Pero claro, es que yo no soy poeta.
EliminarAsí que, querido amigo, comienza a jugar, yo te acompaño si lo deseas, siempre hay un espacio para lo lúdico, y los que escribimos lo sabemos. Quizás porque siempre nos sentimos niños :-)
Besos y abrazos.
¡Qué triste para la madre! Él nunca ha dejado de ser niño; ese el lado positivo (por buscar alguno) de quienes padecen esa enfermedad.
ResponderEliminarEstremecedor relato, Mari Carmen.
Un besito.
Hay miles de cosas positivas, Mila, te lo aseguro. La mayoría de las veces la discapacidad está en nosotros y no en ellos. Solo tenemos que entender que hay otras maneras de percibir el mundo, de sentirlo y acercarse a él.
EliminarBesos y abrazos, mi dulce soñadora.
Qué micro tan conmovedor, Mari Carmen. Me he sentido perfectamente el niño desubicado en su ventana intemporal.
ResponderEliminarPrecioso.
Un beso enorme.
Gracias, Mare, no solo por observar a Mario mirando por la ventana, sino por estar con él y adentrarte en su mundo. Necesita compañía, nadie mejor que tú para hacerlo.
EliminarBesos y un fuerte abrazo.
Bien escrito, Mari Carmen, y bien moldeada la complejidad de la vida con economía de palabras. Sensibilidad aguda, la tuya.
ResponderEliminarAsí es nuestro caminar, así somos. Hartos de un día y otro, nos olvidamos de afeitarnos, nos olvidamos de jugar, y nos olvidamos de los amigos que tampoco nos recuerdan. Se nos olvidará el espejo, y ya no veremos que la barba y las patillas (el único pelo que nos queda) están cargadas del tono mate de la última plata. ¡Qué pena, qué verdad!
Besos.
Pues no sé qué decirte, cielo, porque a pesar de las ausencias, de los olvidos, de los espejos en los que no nos miremos, significará que habremos vivido. Así es nuestro caminar... por eso no hay que desperdiciar ni un solo instante. Como dijo Lincoln, lo que importa es la vida de los años.
EliminarBesos y un fuerte abrazo.
qué potencia con cuatro cosas.
ResponderEliminarGracias de nuevo.
Un beso
Para potencia la tuya, querido amigo… Te auguro el mayor de los éxitos para tu recital, que, para todos los que tengan la suerte de poder acudir, será el sábado 4 de mayo, a las 20:15, en el Dinosaurio.
EliminarNo dejes nunca de jugar con el ovillo de las palabras :-)
Besos y abrazos.
Todos los días a las 9.30 de la mañana veo pasar a un chico por delante de mi casa. Habla solo como un chával pequeño, pero va solo, como un hombre. Luego, suele pasar nuevamente -supongo que rumbo a su casa- a las 21.00 horas. Siempre hablando, con una energía inagotable. Antes de la llegada de los Reyes Magos, un chico le preguntó: ¿qué has pedido?. Y éste le responde: pues me traerán una bufanda o una sudadera, ¿a que mola mucho?. ¡Solo eso! Le insite el otro chico. ¿Te parece poco? Soy autista y no tengo padre. Mi madre trabaja mucho, limpia casas. Además ella me hará el regalo. Yo le ha hecho un dibujo muy bonito.Se pondrá muy contenta.
ResponderEliminarAl escuchar esta conversación lloré. Jamás he visto a un chico tan feliz, sano, inteligente y conformista. Y sí, distinto, pero para mejor.
Cuando estoy en casa a esas horas y no le escucho, temo que le hubiese podido pasar algo.
Ya sabes que los escritores siempre obervamos...aprendemos de la vida y las personas no nos son indiferentes.
Te felicito por tu entrada, es escueta pero profunda y concisa.
Un beso.
Montserrat Tejera
Qué bonito lo que cuentas, qué valor añadido a esta entrada… Toda una lección de aceptación, superación y valentía. Cuándo aprenderemos que no hay “distintos” sino que todos somos diferentes… Disfrutar de la diversidad e intercambiarnos mundos, regalándonos todo lo bueno que hay en ellos.
EliminarContinúa mirando la vida, Montserrat, y anotándola en tu diario vital, eso te hace grande.
Besos y abrazos.
Sólo un ser tan sensible como tú podría describir en tan poco espacio algo tan grande cielo. Me ha emocionado este micro, precisamente por esa dulzura que unes a la tristeza, para dejar bien patente la belleza de sus personajes.
ResponderEliminarMe encanta tenerte cerca cielo. Es un privilegio en todos los sentidos. Un abrazo y mi cariño
Tuyo es la mitad del mérito, cielo, porque tan importante como la escritura es la lectura. Ser sensible va más allá de un estado de ánimo, es permanecer alerta de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, es el don que nos hace despertar a la realidad… y tú, mi querida Rosa, si que sabes mirar, y lo que es mejor, contar.
EliminarNunca te alejes :-)
Besos y un fuerte abrazo
Ternura en muy pocas palabras. Muy hermoso el micro Mari Carmen. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Amaia, por tus palabras. Es una suerte que, al final, el destino nos haya reunido, aunque previamente pasara por Madrid :-) Vuelve cuando quieres, estás en tu casa.
EliminarBesos y abrazos.
El relato tiene la habilidada de dejar muchas preguntas con respuesta abierta y eso lo hace inquietantwemente seductor. Me gusto mucho más el título "atado al recuerdo" pero además de la ilustración intento cambiar de manera respetuosa el título. No siempre tengo el éxito que deseo. http://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/05/11/la-infancia-5-todas-las-tardes-de-mi-existencia/
ResponderEliminarGracias, Javier, por añadir este relato a tus fragmentos de vida. Has cambiado el título y la imagen, no me molesta, porque con eso sé que has sido mi cómplice llenando esos espacios que he dejado para que el lector los rellene y haga la historia suya.
EliminarGracias por encontrarte en mis letras.
Un abrazo.
Estremecedora y tierna escena, con la belleza de la esencia en seis líneas, no cabe más en menos.
ResponderEliminarBesos.
EliminarGracias, Rosa, por acercarte, a través de mi personaje, a esas personas que tanto nos necesitan.
Besos y abrazos.