Sentada en la mecedora miro hacia el cielo. Entre mis manos un libro, ajado por tantas tardes de lectura, convertido en amigo inseparable. El sol del ocaso camina por el horizonte dejando a su paso un rojizo sendero hacia las montañas mientras llama en su lento avance... a la luna. En la soledad de la noche, admiro el escenario inmenso y eterno que es el firmamento.
Cada anochecer acudo a la representación de una nueva obra teatral en la que cambia el público pero no los actores principales. Allí están, fieles en cada representación, las galaxias, los planetas, las estrellas...Maravillosos actores que intercambian sus papeles con el paso de las estaciones. Poco a poco mi soledad se va difuminando mientras me rodean mis pequeños amigos que acuden junto a mí. Jamás en toda mi carrera como locutora de radio he tenido seguidores tan fieles como estos diminutos oyentes.
-María, ¿qué historia nos vas a contar hoy?
-Mirad al cielo y señaladme cual es la que queréis.
Una preciosa niña rubia con ojos suplicantes señaló un pequeño grupo de estrellas brillantes. Abrí el libro lentamente.
-Andrómeda era hija de Casiopea y Cefeo rey de Etiopía...
Cada anochecer acudo a la representación de una nueva obra teatral en la que cambia el público pero no los actores principales. Allí están, fieles en cada representación, las galaxias, los planetas, las estrellas...Maravillosos actores que intercambian sus papeles con el paso de las estaciones. Poco a poco mi soledad se va difuminando mientras me rodean mis pequeños amigos que acuden junto a mí. Jamás en toda mi carrera como locutora de radio he tenido seguidores tan fieles como estos diminutos oyentes.
-María, ¿qué historia nos vas a contar hoy?
-Mirad al cielo y señaladme cual es la que queréis.
Una preciosa niña rubia con ojos suplicantes señaló un pequeño grupo de estrellas brillantes. Abrí el libro lentamente.
-Andrómeda era hija de Casiopea y Cefeo rey de Etiopía...
“-Las estrellas no significan lo mismo para todas las personas. Para algunos viajantes son guías. Para otros no son más que lucecitas. para los sabios son problemas. Para mi hombre de negocios eran oro. Ninguna de esas estrellas habla. En cambio tú..., tendrás estrellas como ninguno ha tenido
ResponderEliminar-Qué intentas decirme?
-Por las noches tú elevarás la mirada hacia el cielo. Como yo habitaré y reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. Tú poseerás estrellas que saben reír.”
Antoine de Saint- Exupèry
"El Principito"
Soñar con estrellas en un cielo limpio y hermoso anuncia paz interior y porvenir positivo.
Os deseo que soñéis con estrellas o si no lo conseguís, mirar al cielo y escucharlas reír.
Bonito cuento, Mari Carmen. Cómo se nota hasta dónde llega tu pasión por "El Principito". Y fíjate qué casualidad, a mí también me encanta mirar a las estrelas, pero en las ciudades es tan difícil verlas... La intensidad de la vida, con sus humores opacos, no nos deja ver las esencias de las que tanto gustamos. Conviene sentarse en la mecedora, o en una piedra al borde de un camino cualquiera, en una noche de agosto, en medio de un campo de tomillos y oler el mundo. Nos recogeremos para hablar con nosotros mismos y alegrarnos por tener la oportunidad de amar y de mirar a las estrellas. A lo mejor vemos en medio de ese teatro galáctico a Andrómeda, acechada por el monstruo Ceto. Tal vez será ahí, en ese acto, cuando aparezca Perseo. Luego, éste, iluminado por los astros, se aplicará el proverbio: "Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar". Así, fortalecido, luchará con Ceto y Agenor, liberará a Andrómeda para casarse con ella y vivir felices en Tirinto. Una historia bella, como la tuya, con cimientos de amor por mirar a las estrellas.
ResponderEliminarTe agradezco el rato tan estupendo que he pasado buscando en este atardecer nubloso un puñado de estrellas. No las he visto, pero yo sé que están ahí.
Besos.
Alex
Mari Carmen, preciosa entrada que me trae a la mente un verbo referido a las estrellas. Me encanta pero que apenas nadie lo usa. Es el verbo “tintilear”. No aparece en el diccionario de la RAE y sin embargo yo lo he leído en algunas ocasiones refiriéndose a esa manera de brillar intermitente. Esos guiños a veces cómplices que tienen los pequeños astros suspendidos en el firmamento.
ResponderEliminarTú lectura me he retrotraído a una noche de principios de estío. En un paraje alejado de la contaminación lumínica de la ciudad. Abrigados, por un lado con los sonidos del tintineo de los grillos escondidos en la madre tierra, por el otro por el tintileo de las estrellas parpadeantes en la inmensidad del cielo. Sin embargo, tan desnudos de palabras para expresar la belleza del momento.
Alejandro, si bien hay una frase célebre que dice “Si quieres viajar a las estrellas, no busques compañía”, sabrás que también es buen ejercicio mirar las estrellas bien acompañados.
Besos
Me gusta Mari Carmen ese acercamiento que planteas en este relato breve al infinito de mano de los clásicos, que es también lo infinito, lo perdurable.
ResponderEliminarA mí la noche estrellada siempre me pone en mi sito, en este ni suspiro ante lo eterno que somos. La belleza me pone triste siempre, porque está y no, a la vez. Está en el corazón enamorado del hombre ante la inmensidad; pero es sólo eso un eco de la existencia del hombre. El cielo estrella es, simplemente.
Un beso
Gracias Alicia, por el regalo de esa frase, creo que de Heinrich Heine. Y gracias también por esa reflexión "Es buen ejercicio mirar las estrellas bien acompañados". Claro que sí, cualquier cosa nos saldrá mucho mejor si vamos bien acompañados. El escritor francés Paul Ambroise dijo que "Un hombre solo está siempre en mala compañía", no estoy del todo de acuerdo con él, pero te la dejo por si quieres conservarla. Gracias, Alicia, por tu compañía, y gracias a tí, Mari Carmen, por permitir que os acompañe.
ResponderEliminarBesos
Alex
"En la soledad de la noche, admiro el escenario inmenso y eterno que es el firmamento”
ResponderEliminarCerrando los ojos, dejo que mis sueños y mis recuerdos se balanceen hasta tocar el vértice de Inka...Inka es una nueva estrella que surgió hace un año. La descubrió mi hijo al día siguiente de irse nuestra perrita. Desde entonces, cuando miro las estrellas, veo a Inka ladrar y al Principito reir jugando con ella.
Siempre es bueno mirar la realidad a través de los ojos de un niño.
Precioso relato, Carmen.
Besos.
Toñi
Qué firmamento más florido luce en tu lista de comentarios. Enhorabuena Mari Carmen, de los momentos más placenteros que recuerdo con mi padre era cuando en las noches de verano nos recogíamos en el jardín, poco antes de que los aspersores comenzaran a mojarlo todo y bajo el olivo, en el rellano de la piscina, observábamos el silencio de las estrellas, en las afueras de Madrid. Un tiempo de quietud y paz compartida, tus palabras me han llevado de nuevo a esas noches maravillosas que siempre brillaran en mi corazón: Casiopea, la osa mayor y su pequeña, la vía láctea, el caballo blanco de Santiago... Pedazos de mi vida...
ResponderEliminarGracias por este bello cuento y bello viaje para antes de dormir, lo necesitaba.
Boa noite
Nelken Rot
En San Lorenzo de El Escorial, algunos veranos, se pueden ver lluvias de estrellas fugaces...La primera que ví fue en mi adolescencia, sobre un roquedal que nos servía de plataforma y observatorio a los chicos de la pandilla. Yo iba allí, cada año, a pasar unos días a casa de mi amigo Jose, cuyos padres vivían en el pueblo. Pensaba que esas estrellas que se veian a veces sobre la noche de San Lorenzo no eran estrellas de verdad porque las de verdad estaban fijas. Todo parece fijo cuando miras a la bóveda celeste y, sin embargo, todo está en movimiento. Nosotros mismos viajamos a gran velocidad por el universo y nuestro planeta es una enorme nave espacial. Eso somos, seres viajando permanentemente en el misterio. De vez en cuando algunas palabras lo iluminan. Como las que explican los nombres a la niña de mirada suplicante. Como las que pronuncia Le Petit Prince.
ResponderEliminarComo las que has escrito.
Port
Alex, esto es lo mejor de los comentarios, Yo te he llevado a las estrellas y tu me acercas al verano. Siento el calor, el aroma de la hierba cuando me tumbo para admirar las estrellas.
ResponderEliminarEste verano, estemos donde estemos, busquemos esas historias. Allí nos espera Pegaso con sus blancas alas, Hércules...historias de amor, coraje y valentía, y si no las encontramos, da igual, disfrutemos de la belleza de una noche estrellada.
Un beso y gracias por alejar el invierno.
Tienes razón Alicia “tintilear” no está aceptado en el diccionario de la RAE, pero no sufras, hay una iniciativa para apadrinar palabras en vía de extinción y está apadrinada.
ResponderEliminarLa palabra que corresponde al significado de centellear con ligero temblor un cuerpo luminoso es “titilar”.
En cualquiera de los casos, lo importante es que ese centelleo hace que podamos distinguir las estrellas de los planetas y veamos las risas que nos lanzan las estrellas desde el infinito.
Titilantes y tintineantes besos.
Santiago, me alegro de que te acerques a ver junto a mí las estrellas.
ResponderEliminar“El hombre es un pedazo del
universo hecho vida.”
Ralph W. Emerson
No debes ponerte triste ante la belleza, porque si como dices en tu magnifica frase “Está en el corazón enamorado del hombre ante la inmensidad” no desaparece, está dentro de ti, disfruta de ella.
Besos.
Querida Toñi, sería bueno mirar a través de los ojos de un niño, y pensar que las almas de quienes quisimos y se marcharon habitan en las estrellas, y que juegan con mi Principito, y que le dan galletas a Inka, y que vienen al anochecer a visitarnos...sí, sería maravilloso.
ResponderEliminarGracias, un beso.
Tienes razón Nelken, tengo un magnífico firmamento en el que cada uno de vosotros luce con luz propia, y además, tengo la suerte de que os acerquéis a mí compartiendo pedacitos de vuestras vidas.
ResponderEliminarGracias a ti, sabes que siempre estoy dispuesta a viajar contigo.
Besos y abrazos.
Emilio, yo todavía pido un deseo cuando veo caer una estrella fugaz, y me gusta pensar cuando miro la luna que las personas que quiero, cuando no están junto a mi, ven la misma luz que yo... porque como tú dices “ somos seres viajando permanentemente en el misterio” y el misterio acrecienta mi imaginación.
ResponderEliminarBesos.
Hablar de las estrellas es una buena terapia para combatir la nostalgía de días grises y lluviosos como el de hoy en Madrid. Su luz ilumina los caminos, para algunos los reales y para otros los imaginarios. En los últimos me incluyo: el resplandor que desprenden, siempre ha sido importante en mi vida.
ResponderEliminarGracias por escribir belleza.
Un beso, Mari Carmen.
Mila
Mila, creo que la palabra estrella es una de las más evocadoras que existen, porque su resplandor luce dentro de nosotros y nos invita a soñar, a recuperar recuerdos, a pedir deseos...mirar las estrellas invita a la reflexión y a saber que somos una pequeña parte de un infinito compartido.
ResponderEliminarGracias por venir a pintar estrellas conmigo.
Besos.
Mari Carmen, ¿por qué no cuentas aquí eso tan bonito de la luna que te seguía cuando eras pequeña? Tal vez prefieras hacer con esa idea que te acompaña desde siempre un relato nuevo. Como todos los tuyos será único. Perdona por la revelación.
ResponderEliminarBesos
Alex
Espero que haya disidentes, y si no, tendremos que ser nosotros los que resistamos. Un abrazo
ResponderEliminarluismi
Alex tus deseos son ordenes para mí...pero luego no te quejes.
ResponderEliminarUn beso.
Luismi resistiremos, de hecho, ya lo estamos haciendo.
ResponderEliminarY para que se una algún disidente más a nuestras filas...animo a todos los amigos a que sigan la REVOLUCIÓN que se está organizando en tu blog.
Os aseguro que no os defraudará.
http://psicopoetica-luismi.blogspot.com/
Un abrazo.
Nunca me quejo, Mari Carmen. Menos de tí, que no sabes hacer daño, sino bien y felices a tus lectores y amigos.
ResponderEliminarBesos
Alex