Miro el reloj…las cinco y cuarto. Con calculada lentitud elijo la ropa para la cita concertada. Me visto y, antes de salir, me miro en el espejo buscando una mirada de aliento en el reflejo.
Camino hacia ti lentamente, pretendiendo que los latidos del reloj se acompasen a mis pasos. Será doloroso, pero siempre será mejor un dolor agudo que uno dilatado en el tiempo y sin sentido.
A la hora acordada llamo a tu puerta y sales a recibirme con la sonrisa amable de siempre. No son mis manos, sino las tuyas, las que preparan los detalles de lo que, espero, sea la ultima cita. Todo perfecto: la música relajante, el aroma de las flores del centro de la mesa...Sin embargo tanta perfección me infunde más desasosiego. Tu voz serena me invita a sentarme. Te acercas hasta mí mientras cierro los ojos. No te extraña esa reacción. Me conoces hace tiempo y sabes que es mi forma de abandonarme a lo inevitable. Intento decir unas palabras, pero quedan silenciadas por tus manos. Ahora que llega el momento tan temido, pienso que he sido injusta contigo. Tú no tienes la culpa. Sólo quieres lo mejor para mí. Al fin y al cabo, no fueron tus manos sino las mías las que aceptaron y firmaron el presupuesto para realizar una endodoncia.
Muy interesante modo de acercarse al odontólogo (siempre me ha parecido un nombre parecido a como se nombra al que estudia a los dinosaurios)... buen relato..¿es personal?. Debe serlo porque la cara de felicidad de la maravillosa imagen que has puesto tiene connotaciones que sólo una buena dosis de sueños anestesiados puede producir...Sueños anestesiados...en realidad es lo que sucede en otros temas...Coincido con Santiago, buena entrada. Va dando de sí el "jueguecito" propuesto por Javier y Nelken...Y es curioso como va habiendo formas expresivas muy distintas...a partir de una frase que, en si misma y sóla, nada significabs litrariamente. Por cierto, toda la entrada, en azules combinados con las dos fotos, es realmente bonita.
Algo muy importante en un relato es que parece que nos va conduciendo por un camino y, al final, desemboca en la sorpresa, lo inesperado. Tu microrelato sugiere, envuelve, y, al final, sorprende y muy inteligentemente. Te manejas muy bien en las distancias cortas. Bueno, y visto lo que has escrito en Tirano Banderas, también en distancias medias.
Si Emilio, el relato es real y retransmitido en directo. Tenías que haber visto las caras del resto de las personas que estaban en la sala de espera, cuando tras escribir el relato, me entraron ganas de reír mientras lo releía. Sus caras eran un poema.
Hola David, cómo agradezco tus visitas inesperadas. Manejarme bien es mucho decir, Intento caminar sin tropezar, que ya es mucho, y alguna vez, como esta, parece que incluso lo consigo. Es lo bueno de ser aprendiz con grandes maestros.
Mari Carmen, ya veo que has superado ¡y con buena nota! el cursillo de micros. Me gusta el desarrollo, como quien va desenvolviendo lentamente un regalo, para llevarnos a ese final tan contrapuesto.
Alicia, cómo no aprovechar las enseñanzas, en micros, de Aster y Maribel, con la paciencia que han tenido con nosotras. Me alegro de que te haya gustado.
Original relato, querida Mari Carmen. Me gustan los finales sorprendentes cuando están bien construios. Éste lo está con nota sobresaliente. Has sabido seducir al lector para llevarle a un universo que pudo ser y no fue: una escena sentimental, de deseo urgente e imprescindible, que se quedó en la realidad de un hecho temible en un escenario de dolor. Todo doméstico, todo necesario. Extraordinario ese juego, Mari Carmen, con el que nos has hecho pensar -maliciosamente o llevados por lo fácil- lo que no era. Es que nos creemos todo.
Técnicamente, excelente. Has marcado con claridad las tres frecuencias del cuento clásico. Secuencias que has llenado de intensidad con acción constante y contenido interesante. Todo ello, con el final como postre exquisito, me ha hecho pasar unos momentos gratos, reconfortantes, en busca de un desenlace insuperable.
Otra nota que aumenta la cateria de de tu gran "micro": no hay adjetivos, sólo los imprescindibles, que son muy pocos. Tampoco hay sustantivos abstractos, que tanto estorban, sobre todo porque, sirven más al lucimiento del autor que a la eficacia del texto, que es el verdadero espejo lúcido de la historia. No hay descripciones, que tanto paralizan la acción, a veces hasta aburrir; por último, todos los verbos, salvo los subordinados y algunos eficientes, imprescindibles, son de movimiento, transmitiendo así tensión a lo que acontece. Sirvan estas virtudes citadas como aviso de manual a todo navegante.
Y para que no le falte de nada, Mari Carmen, hasta nos has dejado una moraleja, o varias, entre los miedos del personaje narrador (protagonista) y el instrumental de su odontólogo. A mi se me ocurren las siguientes: Las cosas no siempre son lo que parecen. Otra, recurriendo a un refrán popular: todo discurso bien dicho puede ser mal interpretado.
Por favor, Mari Carmen, desde la consulta del doctor o la estación de autobuses, no dejes de enviarnos perlas como ésta.
Alex ¿ves como siempre llegas con las manos llenas? Guardaré el manual para navegantes con cariño y lo consultaré cada vez que escriba un cuento o un micro. No tuve en cuenta nada de lo que dices en tu manual, pero si era consciente de que como escritores, tenemos una gran imaginación tanto al escribir como al leer y añadimos imágenes sobre cada palabra. Reconozco que quizás si fui un poco maliciosa y me alegro de haberlo sido, si con ello he conseguido que hayáis disfrutado .
Gracias Alex por regalarme tu amistad, tu sabiduría y tu cariño.
Linda, que placer ir discurriendo por el texto, con textura a película en blanco y negro, el reloj transporta casi a los años 50, y de repente, al final, saltamos al urbano cotidiano.
Todo está dicho por tus lectores precedentes, magistral tejedora de palabras, gracias por contribuir con tus manos en esta propuesta.
Nelken, ver como con unas solas palabras cada uno crea un mundo diferente y personal, es, además de divertido, interesante, en algunos de los casos incluso sorprendente.
gracias a ti por tus bellas palabras y por contribuir, con tu propuesta, a que mi visita al dentista fuera más grata.
¡Hola, ILUSIONISTA de letras! ¡Y yo que pensaba regalarte... “The Writers Block Kit” de Elizabet Dilk! Ya veo que no es necesario... de inspiración, estás sobrada.
¡¿Tenias miedo al dentista?! Yo también le tendría . He oído que está en las SGAE...con lo cual, le vas ha tener que pagar la endodoncia y, los cánones por derecho de imagen en tu micro ja,ja,ja.
Mientras leía tu relato, he de confesar, que he pensado en muchas cosas e incluso en alguna guarredidaaaa ja,ja,ja.
Hola Mari Carmen, no me esperaba este sorprendente final, en el que demuestras tu capacidad imaginativa. Creí que se trataba de la última vez que iban a encontrarse dos personas enamoradas. Me ha gustado mucho.
Hola amiga: Es perfecto. Lo tiene todo. La cuadratura del círculo. Es una tirolina mágica por la que te deslizas hacia un final que intuyes conocido y de pronto !zas!, el quiebro. Como a mi me gusta: sorprender. Tengo alguna idea para escenificarlo. Un abrazo Valeriano.
Hola toñi: Miedo es poco, ya sabes el pánico que le tengo, aunque el otro día, intenté verle de otra manera...pero fue imposible, decididamente no es mi tipo. En cuanto a lo que has pensado mientras leías el relato ¡ Pero Toñi como has sido capaz de pensar que yo...! no hay malas palabras, sino malas interpretaciones ja, ja, ja.
Espero que no nos veamos mañana, descansa. Besos y abrazos.
¡Ah!!! Lo del Kit, déjalo en reserva por si acaso.
Gracias Mila, siempre agradezco tus cariñosas palabras. Qué buena propuesta nos hicieron Nelken y Javier, ha sido muy interesante, espero que hayas disfrutado, como yo lo hice con el tuyo.
Valeriano, cómo me gustan los símiles que utilizas en los comentarios. Una tirolina mágica, que bonita imagen a la vez que divertida. Espero que me sorprendas contándome las ideas para escenificarlo, supongo que en lo básico coincidirán con las de todos...¿Tú crees que serás capaz de sorprendernos?
No, no, Mª Carmen: no está nada bien que nos lleves con tus manos, que no las nuestras, hasta esa nube sensual, fascinante, temblorosa. Que nos rodees de una atmósfera propicia para casi todo y al final nos dejes caer sin piedad en el sillón tenebroso del dentista.
Pero como es tan bello lo que has escrito, te perdonare.
Gracias por el buen rato que me has regalado. Un beso.
Manuel, no te he regalado un buen rato, hemos compartido buenos ratos. Estábamos juntos mientras yo lo escribía, cuando tú lo leías y ahora en los comentarios. Jugado con las palabras, damos y recibimos y, sobre todo, compartimos sensaciones y buenos momentos.
Hola, Mari Carmen, por fin vengo a darme una vuelta por tu casa. La he visitado hasta el último rincón y me encanta. Enhorabuena. Coincido con los comentarios sobre este micro. Tiene una belleza de desarrollo increíble, con detalles muy líricos. Y después... sorpresa final, inesperada y que te arranca una sonrisa. Muy bueno. Un abrazo.
Maribel, como persona que comparte contigo otro magnífico foro, sólo decirte que me encanta que estés entre nosotros, que me encanta tu visita. Aquí y donde desees. Son casas intercomunicadas. Un abrazo
¡Maribel qué ilusión!!! Me alegro de que estés en mi casa y agradezco tus palabras. En cuanto a la enhorabuena, la tengo que compartir contigo y todos los componentes de la nieve, sin vosotros, sin vuestras lecciones...y todo el apoyo que me habéis dado, seguramente no estaría aquí.
Emilio, tus círculos concéntricos o mis cruces de caminos...nos convierten en viajeros constantes de un espacio a otro, llevando la maleta repleta de sueños, ilusiones... y lo más importante, en esos espacios comunicados, encontramos amistad.
Estimada Mari Carmen.
ResponderEliminarBreve, intenso, insinuantes, magistral. Cada frase te lleva a una situación distinta, disparatada y real a la vez.
¡Qué envidia, sana!
Felicidades, amiga.
Un beso.
Muy interesante modo de acercarse al odontólogo (siempre me ha parecido un nombre parecido a como se nombra al que estudia a los dinosaurios)... buen relato..¿es personal?. Debe serlo porque la cara de felicidad de la maravillosa imagen que has puesto tiene connotaciones que sólo una buena dosis de sueños anestesiados puede producir...Sueños anestesiados...en realidad es lo que sucede en otros temas...Coincido con Santiago, buena entrada. Va dando de sí el "jueguecito" propuesto por Javier y Nelken...Y es curioso como va habiendo formas expresivas muy distintas...a partir de una frase que, en si misma y sóla, nada significabs litrariamente. Por cierto, toda la entrada, en azules combinados con las dos fotos, es realmente bonita.
ResponderEliminarAlgo muy importante en un relato es que parece que nos va conduciendo por un camino y, al final, desemboca en la sorpresa, lo inesperado. Tu microrelato sugiere, envuelve, y, al final, sorprende y muy inteligentemente. Te manejas muy bien en las distancias cortas. Bueno, y visto lo que has escrito en Tirano Banderas, también en distancias medias.
ResponderEliminarDavid Nihalat
Si Emilio, el relato es real y retransmitido en directo. Tenías que haber visto las caras del resto de las personas que estaban en la sala de espera, cuando tras escribir el relato, me entraron ganas de reír mientras lo releía. Sus caras eran un poema.
ResponderEliminarUn beso.
Hola David, cómo agradezco tus visitas inesperadas.
ResponderEliminarManejarme bien es mucho decir, Intento caminar sin tropezar, que ya es mucho, y alguna vez, como esta, parece que incluso lo consigo. Es lo bueno de ser aprendiz con grandes maestros.
Un abrazo y vuelve pronto.
Santiago, valorando como valoro tus silencios y tus palabras...gracias, me ayudas a continuar y mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mari Carmen, ya veo que has superado ¡y con buena nota! el cursillo de micros. Me gusta el desarrollo, como quien va desenvolviendo lentamente un regalo, para llevarnos a ese final tan contrapuesto.
ResponderEliminarNos estás saliendo alumna aventajada.
Enhorabuena y nos encontramos por el camino.
Un abrazo.
Alicia, cómo no aprovechar las enseñanzas, en micros, de Aster y Maribel, con la paciencia que han tenido con nosotras.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un beso.
Original relato, querida Mari Carmen. Me gustan los finales sorprendentes cuando están bien construios. Éste lo está con nota sobresaliente. Has sabido seducir al lector para llevarle a un universo que pudo ser y no fue: una escena sentimental, de deseo urgente e imprescindible, que se quedó en la realidad de un hecho temible en un escenario de dolor. Todo doméstico, todo necesario. Extraordinario ese juego, Mari Carmen, con el que nos has hecho pensar -maliciosamente o llevados por lo fácil- lo que no era. Es que nos creemos todo.
ResponderEliminarTécnicamente, excelente. Has marcado con claridad las tres frecuencias del cuento clásico. Secuencias que has llenado de intensidad con acción constante y contenido interesante. Todo ello, con el final como postre exquisito, me ha hecho pasar unos momentos gratos, reconfortantes, en busca de un desenlace insuperable.
Otra nota que aumenta la cateria de de tu gran "micro": no hay adjetivos, sólo los imprescindibles, que son muy pocos. Tampoco hay sustantivos abstractos, que tanto estorban, sobre todo porque, sirven más al lucimiento del autor que a la eficacia del texto, que es el verdadero espejo lúcido de la historia. No hay descripciones, que tanto paralizan la acción, a veces hasta aburrir; por último, todos los verbos, salvo los subordinados y algunos eficientes, imprescindibles, son de movimiento, transmitiendo así tensión a lo que acontece. Sirvan estas virtudes citadas como aviso de manual a todo navegante.
Y para que no le falte de nada, Mari Carmen, hasta nos has dejado una moraleja, o varias, entre los miedos del personaje narrador (protagonista) y el instrumental de su odontólogo. A mi se me ocurren las siguientes: Las cosas no siempre son lo que parecen. Otra, recurriendo a un refrán popular: todo discurso bien dicho puede ser mal interpretado.
Por favor, Mari Carmen, desde la consulta del doctor o la estación de autobuses, no dejes de enviarnos perlas como ésta.
Besos
Alex
Alex ¿ves como siempre llegas con las manos llenas? Guardaré el manual para navegantes con cariño y lo consultaré cada vez que escriba un cuento o un micro.
ResponderEliminarNo tuve en cuenta nada de lo que dices en tu manual, pero si era consciente de que como escritores, tenemos una gran imaginación tanto al escribir como al leer y añadimos imágenes sobre cada palabra.
Reconozco que quizás si fui un poco maliciosa y me alegro de haberlo sido, si con ello he conseguido que hayáis disfrutado .
Gracias Alex por regalarme tu amistad, tu sabiduría y tu cariño.
Linda, que placer ir discurriendo por el texto, con textura a película en blanco y negro, el reloj transporta casi a los años 50, y de repente, al final, saltamos al urbano cotidiano.
ResponderEliminarTodo está dicho por tus lectores precedentes, magistral tejedora de palabras, gracias por contribuir con tus manos en esta propuesta.
Un gran abrazo
Nelken
Nelken, ver como con unas solas palabras cada uno crea un mundo diferente y personal, es, además de divertido, interesante, en algunos de los casos incluso sorprendente.
ResponderEliminargracias a ti por tus bellas palabras y por contribuir, con tu propuesta, a que mi visita al dentista fuera más grata.
Un beso.
¡Hola, ILUSIONISTA de letras!
ResponderEliminar¡Y yo que pensaba regalarte... “The Writers Block Kit” de Elizabet Dilk!
Ya veo que no es necesario... de inspiración,
estás sobrada.
¡¿Tenias miedo al dentista?!
Yo también le tendría . He oído que está en las SGAE...con lo cual, le vas ha tener que pagar la endodoncia y, los cánones por derecho
de imagen en tu micro ja,ja,ja.
Mientras leía tu relato, he de confesar, que he pensado en muchas cosas e incluso
en alguna guarredidaaaa ja,ja,ja.
Me ha sorprendido el final. Muy ingenioso.
Besos y hasta mañana.
Toñi
Hola Mari Carmen, no me esperaba este sorprendente final, en el que demuestras tu capacidad imaginativa. Creí que se trataba de la última vez que iban a encontrarse dos personas enamoradas. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarFELICIDADES.
Mila
Hola amiga:
ResponderEliminarEs perfecto. Lo tiene todo. La cuadratura del círculo. Es una tirolina mágica por la que te deslizas hacia un final que intuyes conocido y de pronto !zas!, el quiebro. Como a mi me gusta: sorprender. Tengo alguna idea para escenificarlo.
Un abrazo
Valeriano.
Hola toñi:
ResponderEliminarMiedo es poco, ya sabes el pánico que le tengo, aunque el otro día, intenté verle de otra manera...pero fue imposible, decididamente no es mi tipo.
En cuanto a lo que has pensado mientras leías el relato ¡ Pero Toñi como has sido capaz de pensar que yo...! no hay malas palabras, sino malas interpretaciones ja, ja, ja.
Espero que no nos veamos mañana, descansa.
Besos y abrazos.
¡Ah!!! Lo del Kit, déjalo en reserva por si acaso.
Gracias Mila, siempre agradezco tus cariñosas palabras.
ResponderEliminarQué buena propuesta nos hicieron Nelken y Javier, ha sido muy interesante, espero que hayas disfrutado, como yo lo hice con el tuyo.
Un beso, me encanta tu compañía.
Valeriano, cómo me gustan los símiles que utilizas en los comentarios. Una tirolina mágica, que bonita imagen a la vez que divertida.
ResponderEliminarEspero que me sorprendas contándome las ideas para escenificarlo, supongo que en lo básico coincidirán con las de todos...¿Tú crees que serás capaz de sorprendernos?
Un beso.
No, no, Mª Carmen: no está nada bien que nos lleves con tus manos, que no las nuestras, hasta esa nube sensual, fascinante, temblorosa. Que nos rodees de una atmósfera propicia para casi todo y al final nos dejes caer sin piedad en el sillón tenebroso del dentista.
ResponderEliminarPero como es tan bello lo que has escrito, te perdonare.
Gracias por el buen rato que me has regalado. Un beso.
Manuel, no te he regalado un buen rato, hemos compartido buenos ratos.
ResponderEliminarEstábamos juntos mientras yo lo escribía, cuando tú lo leías y ahora en los comentarios. Jugado con las palabras, damos y recibimos y, sobre todo, compartimos sensaciones y buenos momentos.
Me alegro de que me perdones. Un beso.
Hola, Mari Carmen, por fin vengo a darme una vuelta por tu casa. La he visitado hasta el último rincón y me encanta. Enhorabuena.
ResponderEliminarCoincido con los comentarios sobre este micro. Tiene una belleza de desarrollo increíble, con detalles muy líricos. Y después... sorpresa final, inesperada y que te arranca una sonrisa. Muy bueno.
Un abrazo.
Maribel, como persona que comparte contigo otro magnífico foro, sólo decirte que me encanta que estés entre nosotros, que me encanta tu visita. Aquí y donde desees. Son casas intercomunicadas. Un abrazo
ResponderEliminarPort
¡Maribel qué ilusión!!!
ResponderEliminarMe alegro de que estés en mi casa y agradezco tus palabras.
En cuanto a la enhorabuena, la tengo que compartir contigo y todos los componentes de la nieve, sin vosotros, sin vuestras lecciones...y todo el apoyo que me habéis dado, seguramente no estaría aquí.
Un beso y un fuerte abrazo..
Emilio, tus círculos concéntricos o mis cruces de caminos...nos convierten en viajeros constantes de un espacio a otro, llevando la maleta repleta de sueños, ilusiones... y lo más importante, en esos espacios comunicados, encontramos amistad.
ResponderEliminarUN beso.