El sonido de unos
puños golpeando una puerta resuena en lo más profundo de sus sueños. Mary se
despierta asustada. Respira aliviada al comprobar que está en la habitación del
motel junto a la playa. Se dirige al baño para refrescase la cara. Se
mira en el espejo. Instintivamente, saca del neceser el maquillaje para tapar
los moratones que van tornándose amarillentos. Destapa el bote y tira el
contenido en el lavabo. Observa cómo se desliza por la cerámica creando
caprichosas formas. El rumor de las olas la trae a la realidad. Abandona la
habitación y cruza desnuda la arena. Sonríe mientras siente su piel
erizarse al adentrarse en el mar. Hace tanto tiempo que nadie la acaricia con
tanto mimo...
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Hace 5 días